Martes de Covers:

«West Coast» por Royal Blood

Le damos la bienvenida al primer martes de marzo con una renovación de especiales, porque después de dedicarle los meses de enero y febrero al colectivo LGBT+, hoy damos inicio a un nuevo especial: Los martes de covers, una sección dedicada especialmente celebrar las más icónicas, bizarras e inesperadas reversiones de nuestras canciones favoritas.

Los que inauguran son Royal Blood de la mano de «West Coast», canción original de nuestra monarca, Lana del Rey.

Los nombraron los salvadores del rock y con justa razón. Una banda fresca y pulida que como si se tratara de teletransportación, llegaron a ponerle la cuota rock ‘n’ roll setentera al siglo XXI con sus fuertes riffs de bajo y una potente batería.

Sin embargo, cuando de rock se trata, el pop está prohibido, o eso creíamos antes de presenciar uno de los mejores covers que dejo la década con el auspicio de Lana Del Rey.

Descrita como de las canciones más destacadas de la artista neoyorquina, “West Coast” hizo su primera aparición como single promocional de álbum «Ultraviolence». Debutando como uno de los videos más vistos del año 2014, «West Coast» se convirtió en el himno hippie, con la magia del rock de los 80’s y un cigarrillo prendido en la parte detrás del auto.

Un acierto de Lana, que supo transcender en géneros, conquistando a los rockeros de Brighton en un abrir y cerrar de ojos.

Con un sonido exquisito y sin errores, Royal Blood no tan solo hizo un excelente trabajo llevando a su terreno la famosa canción, sino que también hicieron una reversión tan exclusiva, sabiendo mantener la esencia clave de la composición, «West Coast» por Royal Blood, podría fácilmente pasar desapercibida como canción original de la banda británica.

 Tal como si fuera el tema principal de una película de James Bond o Batman, esta nueva versión de «West Coast» tiene esa delicadeza y elegancia de letra que tan solo alguien como Lana podría haber escrito combinado con ese el potente ritmo y pegajoso riff que solo Royal Blood podría haber tocado. Una combinación que nunca imaginamos, pero que sin ninguna duda se dedicó a volar nuestro oído musical.