Lunes de Icónicos:

«Song to the Siren»

Comienza una nueva semana de cuarentena y, para alegrarnos la existencia (o para ponernos un poco tristes, en este caso), les traemos nuestro lunes icónico de la mano de «Song to the Siren».

Es una canción escrita por Tim Buckley y Larry Beckett en 1967 y lanzada por Buckley en su álbum de 1979, «Starsailor», ya que no estuvo conforme con los resultados anteriores de la canción, de los cuales hay un registro de 1968 en el programa de TV «Monkees».

Pat Boone fue el primero en lanzar una versión de la canción en el 69, una versión bastante peculiar que comienza con un “Yo ho ho and a bottle of rum!”, sugiriendo que no entendió para nada el sentido de la letra, además de darle un aire algo más festivo y grandilocuente, quitándole el peso de la tristeza que tiene impresa la canción… Mejor que quede un poco en el olvido.

Luego de eso viene el lanzamiento por parte de Tim Buckley, una versión un tanto diferente a la mostrada en Monkees, que no alcanzó la fama hasta luego del cover de This Mortal Coil en el 83. This Mortal Coil fue el nombre colectivo de un grupo de artistas bajo el sello 4AD, entre los que se encontraba Elizabeth Fraser y Robin Guthrie de Cocteau Twins, quienes grabaron esta versión. 

Es una balada inquietantemente hechizante, y sus imágenes del océano, el romance condenado y el ahogamiento aluden al daño inevitable que causa el amor. La versión original de Buckley tiene fuertes olas de guitarra y ocasionales aullidos de sirena (que no alcanzan a distinguirse como su propia voz o un instrumento desconocido). Mezclados con su profunda voz, nos cuentan la historia de este trágico amor, y en la versión de Fraser ella misma personifica a la sirena que atrae a los amantes a una tumba prematura.

La canción cuenta con alrededor de 24 covers diferentes, entre los que se encuentra el de The Chemical Brothers, que usa samples de la versión de This Mortal Coil, el de Robert Plant, John Frusciante, Sinead O’Connor, George Michael, Wolf Alice, Third Eye Blind, entre muchísimos otros. 

La canción tiene el poder de transportarnos a otros lugares, fuera de nosotres mismes, y de hacernos sentir un millón de emociones por segundo.