
Jueves de Cine: «Shrek»
De nuevo es jueves, y es uno que esperábamos con ansias, es que era cuestión de tiempo para hablar de esta obra maestra. La elegida para nuestro especial de películas es la saga de «Shrek».
«Shrek», la que empezó todo, es una película del 2001, basada ligeramente en el libro de William Steig nombrado «Shrek!», y la ganadora del primer premio Oscar en la categoría de película animada.
Una historia que la mayoría (sino todos) ya conocemos, del ogro verde y solitario que se hace amigo de un burro parlante y se compromete con un enano megalómano para rescatar a una princesa, a cambio de que saque a las criaturas de cuentos de hadas de su propiedad, pero enamorándose de ella en el camino, para descubrir que también ella es parte ogro. Un cuento tan viejo como el tiempo que ya es una franquicia compuesta por 4 películas y un spin off (que es mejor olvidar), además de especiales de Halloween, Navidad e incluso una adaptación teatral y parques temáticos.
Además de todo esto, es una obra maestra de la narrativa musical, con un uso magistral de música popular, que en su mayoría no fue escrita para la película, pero que calza a la perfección con las escenas en las que aparece, siendo reconocidas luego más por esas escenas que por las canciones en sí. El uso de música popular, sin embargo, no era algo revolucionario, ya que se ha hecho desde el inicio del cine sonoro, pero acá no se hace de forma superficial; se vuelve ya imposible separar a las películas de su soundtrack, sobre todo las dos primeras.
El motivo por el que «Shrek» usa tanto la música popular en lugar de tener canciones originales tiene que ver con su crítica explícita a Disney, originada por altercados entre dos de sus productores, Mike Eisner y Jeffrey Katzenberg, que llevó a la renuncia de Katzenberg, quien posteriormente fundó Dreamworks. Por eso en «Shrek» los personajes no tienen canciones propias de “yo quiero”, la princesa es fuerte y se salva sola y se convierte en una “bestia”, Shrek se limpia con una hoja de un cuento de hadas, y está la parodia a Disney World con el pueblo de Duloc, además de la burla directa a Eisner con Lord Farquaad.
Pero la música original no es inexistente, y tiene de los temas más reconocibles del cine: la melodía con la que Fiona hace explotar al pajarito. Lo que vuelve brillante el uso de la música en la película es la mezcla de las canciones populares con la banda sonora original, que además cumplen diferentes propósitos en la trama.
La música pop es una revelación de las presiones externas que tienen los personajes, cómo se sienten cuando están tratando de ser quienes no son, además de amenizar momentos divertidos, y la música original aparece cuando nos revelan su verdadera identidad, en los momentos más fuertes emocionalmente, los que REALMENTE importan en la historia: cuando se conocen Shrek y Fiona, cuando la rescatan del dragón, cuando Fiona se transforma, etc. Y además se mezcla con los temas populares en los momentos de tensión, como una de las escenas más épicas de toda la franquicia: cuando Shrek va camino al castillo en una galleta gigante al ritmo de «Holding out for a hero».
Algo curioso es que la mayoría de la música incluida en la película no es diegética, es decir, no forma parte del mundo de la película, salvo la canción de propaganda del hada madrina, «Holding out for a hero» que es cantada por ella misma en un escenario, y la música que suena en el bar “La Manzana Envenenada”: «Little Drop of Poison» de Tom Waits y «People ain’t no good» de Nick Cave and The Bad Seeds. Fuera de esto, ningún personaje canta… salvo Burro.
Burro es uno de los pocos, sino el único personaje de Shrek que está completamente cómodo siendo él mismo, y es el único que canta sus versiones de canciones populares y que vuelve la música diegética, ya que es el único que no tiene nada que esconder y nada que aparentar. Burro canta pequeñas partes de «On The Road Again» y de «Try a Little Tenderness», metiendo musicalidad incluso en el diálogo. Hay además múltiples referencias musicales entre las que destaca la versión del burro de «Mesa que más aplauda» y el trompetista real tocando el tema principal de «Hawaii 5-0» (Basta Rogelio).
Podríamos decir que «All Star» de Smash Mouth es LA canción de «Shrek», que se volvieron inseparables desde que apareció en el inicio de la película, que no podemos evitar pensar en «Shrek» cada vez que la escuchamos, y que ahora sea casi un meme… bueno, le permite a «Shrek» mantenerse relevante incluso casi 20 años después de su estreno. Y podríamos decir lo mismo de la canción del final, «I’m a Believer», original de Neil Diamond, interpretada por Eddie Murphy (voz de Burro en el idioma original), y de la que suena en el momento más triste de la historia, «Hallelujah», original de Leonard Cohen, interpretada por John Cale en la película. Además cuenta con todo un puñado de canciones clásicas como «Bad Reputation» de Joan Jett y otras que no podemos separar de la película, como «My Beloved Monster» de Eels y «I’m on my way» de The Proclaimers.
En las segunda película también tenemos canciones que no pueden más de lo icónicas, entre las que está «Accidentally in love» de Counting Crows, escrita para la película y nominada a un Oscar a mejor canción original. Es la encargada de abrir el film, musicalizando el montaje de la luna de miel de Shrek y Fiona de una forma bellísima, acompañando las numerosas referencias visuales. «I Need Some Sleep» de Eels suena cuando Shrek tiene insomnio luego de una pelea con Fiona, «Ever Fallen in Love» de Pete Yorn cuando se roban la poción “Felices para siempre” del laboratorio del hada, «Changes» de David Bowie & Butterfly Boucher cuando Shrek vuelve a Muy Muy Lejano en su versión “hermoso”, y la grandiosa «Holding out for a hero» de la que ya hablamos anteriormente.
Cuando llegamos a las últimas dos secuelas, decae la calidad tanto de la historia como del soundtrack, pero aún así nos encontramos con algunas joyitas, como «Barracuda» cuando las princesas se rebelan contra Encantador, «Live and let die» en el funeral de el rey sapo, «9 Crimes» de Damien Rice cuando Shrek se entrega a cambio de Artie y «Darling I do» de Landon Pigg, cuando entrena con Fiona en la realidad alternativa y vuelve a florecer el amor entre ambos.
Hay varios hechos curiosos musicales rodeando a la franquicia también. Por ejemplo, «Bam Thwok», un single de Pixies, fue originalmente compuesto para la banda sonora de «Shrek 2», pero finalmente no fue seleccionado. Además, la canción que toca el flautista para encantar a las brujas en «Shrek: Forever After» se llama «Sure Shot» de Beastie Boys, y la melodía principal es un sample de «Howlin’ for Judy», una canción del flautista de jazz Jeremy Steig, hijo del autor del libro «Shrek!»… El ciclo de la vida.
«Shrek» es innegablemente un fenómeno cultural que tiene repercusiones hasta el día de hoy, y a pesar de que se haya transformado en un meme, no hay que dejar de reconocer la brillantez de su narrativa y de su banda sonora.
