
Mujeres Bacanes: Chloe Moriondo
Un viernes más, una mujer bacán más de la que hablaremos. Quizás sea por nuestra edad, quizás sea por nuestra sobreexposición al internet, pero no hay duda de que tenemos una leve fascinación con aquellxs artistas que han logrado alzarse a la fama gracias al mundo virtual.
Chloe Moriondo cumplió recién hace tres días los 18 años de edad, pero su presencia en internet data desde el 2014. Partió como muchxs: Su cuarto y ella con uno que otro instrumento (siendo un vaso el protagonista de su primer vídeo, de hecho…), acompañada por esas canciones que forman parte de la cultura popular alternativa, y es que nadie puede negar que casi toda persona que tuviese un ukelele cerca en esa época probablemente tuvo una fijación con canciones como «Can’t Help Falling in Love» y «House of Gold».
Con una vibra hogareña, rubor en las mejillas y unas paredes moradas que pronto se volvieron amarillas, Chloe nos siguió encantando durante años al reversionar a nuestrxs favoritxs: Rex Orange County, Radiohead, Billie Eilish, Panic! at the Disco, Joji, Conan Gray, My Chemical Romance… Solo por nombrar a algunxs. Artistas sumamente famosxs, compañerxs de plataforma, la artista estadounidense mostró la misma dedicación por cada una de las canciones que volvió propias.
De vez en cuando sacaba una que otra composición original. El 2017 nos encontramos la primera, «waves», donde un sencillo vídeo de la playa y el mar acompaña una tonada en ukelele y su voz que solo puede definirse como bedroom pop por esencia.
Fue al año siguiente cuando «waves» tomó una forma distinta al transformarse en la canción de apertura de su primer álbum, «rabbit hearted.», el que fue lanzado de manera independiente. Diez canciones son las que nos acercan a la adolescencia (real o tardía, porque a veces esos sentimientos “adolescentes” no parecen querer irse) con una lírica relajada, este álbum tuvo una excelente recepción dentro de lo que a estas alturas ya era su fanaticada.
Probablemente la canción más conocida de tal lanzamiento, nuevamente por los algoritmos y ese tipo de magia del internet -además de la siempre apreciada difusión-, sea «silly girl», donde la cantante abre su corazón y admite caer en una constante idealización de sus intereses románticos, lo que nunca resultó bien. Las armonías destacan la parte grave del versátil registro vocal de la cantante, el que manejaba de forma admirable incluso a esa corta edad.
El tiempo pasó, Chloe siguió reversionando artistas, comenzó a presentar su música en vivo, su canal siguió creciendo. Siempre mostrando una imagen sincera de sí misma mediante sus redes sociales y algunos vídeos hablando de su vida y de su crecimiento personal, la cantante se aventuró con un segundo lanzamiento de estudio, esta vez un EP que vio la luz en abril del 2020, «spirit orb».
Es considerablemente más corto que su primer trabajo, tiene solo cuatro canciones, pero con este logramos ver una faceta bastante distinta de la artista. El “indie” de la denominación de su estilo musical se mantuvo, pero el “pop” se inclinó más hacia el “rock”. Su clásico ukelele hizo aparición nuevamente, pero «ghost adventure spirit orb» y «bugbear» fueron las canciones que se llevaron más la atención del público, destacando por el contraste con el material que mostró durante años.
Y cuando decimos material no nos referimos solo a su música, hablamos de toda la experiencia estética que rodeó desde un inicio a Chloe y que con este último lanzamiento se vio reformada, la suavidad siendo dejada de lado para mostrar una faceta más “dura” y una lírica que denota que la chica de 14 años que conocimos está creciendo, incluso si mantiene su esencia.
Y si esta faceta encantó al público, lo que se vino encantó a todxs aún más: «i want to be with you» fue lanzada hace tan solo un mes y lo que habíamos visto en su videoclip anterior se acrecentó aún más. Guitarras y baterías más fuertes junto a un bajo pegajoso dieron la atmósfera perfecta para que Chloe gritase sus sentimientos de frustración ante no poder estar con la chica que desea.
Muchxs crecimos con artistas de nuestra edad que nos hicieron sentir una cercanía especial hacia ellxs, por lo mismo ver a gente menor que unx pasar por ese proceso genera un sentimiento de melancolía que te puede hacer querer regresar a esos momentos donde los problemas del día a día eran bajar música por plataformas inestables y no querer cumplir con las responsabilidades estudiantiles.
Chloe Moriondo es precisamente esto para una nueva generación de internet. Es una referente que acompaña a su grupo etario, compartiendo sus valores políticos, experiencias de vida LGBT+ y auto-descubrimientos. Con su música es capaz de brindar un siempre necesario confort para las personas de su edad y también para todx aquel que lo necesite, porque mientras algunxs están viviendo esa etapa de la vida, otrxs a veces quisiéramos librarnos del ahora y regresar a ciertas épocas de nuestra existencia que recordamos con añoro.