
Mujeres Bacanes: Lily Allen
Como cada viernes nos encontramos con una mujer bacán. Hoy traemos a una cuya existencia pertenece en verdad a nuestros lunes de icónicos, porque sin duda alguna es una mujer que marcó una década. Hoy hablaremos de la gran Lily Allen, compositora y cantante británica.
Lily es parte de una familia prominente. Su madre es la productora de cine Alison Owen, mientras que su padre es el actor y comediante galés Keith Allen. Además, es hermana del actor Alfie Allen y tiene una hermana más, quien no es celebridad. Durante su adolescencia asistió a 13 escuelas distintas y fue expulsada de la mayoría de ellas por fumar y beber. Su historia con la música partió en su infancia, cuando con tan solo 11 años una profesora la escuchó cantar «Wonderwall» de Oasis en el patio de la escuela, convenciéndola de tomar clases de canto con ella y de cantar en una obra escolar.
Al ver a la gente emocionarse ante la visión de una niña problemática haciendo algo “bueno”, la cantante supo que la música era algo que necesitaba hacer. Dejó la escuela a los 15 por no querer pasar un tercio de su vida preparándose para trabajar el siguiente tercio para poder vivir el último.
En sus inicios tuvo problemas para encontrar una discográfica que confiase en ella, por sus hábitos de bebedora y por la reputación de su padre. Intentó usar las conexiones que él poseía, pero no dieron frutos. Incluso pensó en rendirse y ser florista, pero se arrepintió de esto y comenzó a escribir canciones, la que compartió en su página de MySpace. Esto llevó a que miles de personas siguiesen su música y, tras esto, logró firmar con Regal Records en 2005.
Su primer disco, «Alright, Still», fue lanzado el 2006, cuando solo tenía 21 años. «Smile» fue el primer single que la cantante liberó, canción que llegó al número 1 de las listas en Gran Bretaña. Su música se caracteriza por su voz dulce y clara y la variedad de influencias que maneja, entre las que está el ska, el reggae e incluso la electrónica, pero sin duda alguna su mayor sello es su identidad lírica. La cantante es honesta, graciosa y sarcástica, no teme escupir verdades y dejar ver mediante la ironía las peores verdades de la vida.
De este primer álbum salen también dos de sus más conocidas canciones, «LDN» y «Littlest Things». El contraste de estos dos temas la identifican por completo, por un lado nos regala ritmos animados y energéticos a la hora de tratar de lidiar con el lado negativo de la vida mediante la ironía, mientras que la vulnerabilidad la expresa con una sutileza que la hace ver casi tímida.
«It’s Not Me, It’s You» (2009) nos presenta una Lily Allen más madura, con influencias musicales más amplias y una identidad musical más desarrollada. Las influencias electro-pop son evidentes y se mezclan con un aura prácticamente transportada del shoegaze. Este álbum tiene una dulzura sonora que hace el contraste aún mayor con sus letras, regalándonos un espectáculo completo para los sentidos. «The Fear» se transformó casi en un himno, hasta el día de hoy siendo una de las canciones reconocidas de la cantante incluso por quienes no la conocen a ella.
Este sonido se mantiene en su tercer álbum, «Sheezus», que fue lanzado en 2014. El electro se mezcla con el R&B de forma totalmente armónica. «Insencerily Yours» resulta ser uno de las canciones más notables junto con «L8 CMMR», pero el lanzamiento completo es destacable. Es en «No Shame» (2018) donde a estas influencias se les añade el reggae, con temas como «What You Waiting For?». Esa tímida sutileza del primer álbum a la hora de expresar sentimientos reaparece a ratos, pero con un estilo mucho más consolidado que nos da a ver a una Lily mucho más desarrollada.
A pesar del éxito de su carrera profesional, su vida personal siempre ha estado en el ojo de los medios, por lo que es conocida también por sus “escándalos”, como el abuso de drogas y alcohol, múltiples episodios depresivos y relaciones fallidas. Aún así, con todo el peso de una vida emocional complicada, una infancia llena de traumas y la mirada innecesariamente crítica de los medios, nada la ha alejado de la música.
Reconoció que le sorprende no estar muerta, por lo destructiva que puede llegar a ser la industria musical y el hedonismo que la rodea. Sin embargo, tener hijos en su propias palabras la ayudó, ya que adquirió nuevas responsabilidades en la vida. Siendo una chica problemática desde pequeña, se ha sabido aferrar a la música y ha triunfado tanto en la industria como en la vida. Lily no solo logró el éxito comercial, que es lo de menos; Lily ha conseguido encontrar en la música un refugio, una fuente de felicidad y sanación que se desborda y se expande hasta todes aquelles que la escuchamos. Por lo que fue, es y siempre será, Lily Allen es nuestra mujer bacán de la semana… Y de la vida.