Mujeres Bacanes: Beth Gibbons

Un nuevo viernes, una nueva mujer bacán de la que hablar. Hoy rendimos tributo a la vocalista de una de las bandas más icónicas de los 90’s, pero de la que quizás no se habla demasiado en comparación a otras. Nuestra mujer bacán de la semana es Beth Gibbons, multiinstrumentalista y compositora que es parte de la agrupación Portishead.

Su historia con el arte nació en su infancia, cuando vivía en una granja en Devon, Inglaterra. Fue criada junto a sus hermanas en una familia religiosa que no entendía muy bien el gusto de su hija por la poesía y, en particular, por la tristeza expresada por la reconocida poeta Sylvia Plath.

Esta actitud calmada duró toda su adolescencia e inicios de adultez. No se sumaba a los panoramas nocturnos de sus amistades, prefería quedarse en casa con su madre escuchando música, pasión que eventualmente la llevó a abandonar el pueblo en que había vivido desde su nacimiento con tal de buscar nuevas experiencias.

Su primera parada fue la ciudad de Bath, seguida por Bristol, donde finalmente se asentó y conoció a Geoff Barrow el año 1991. Fue dos años después que con el mismo Geoff comenzaron con lo que en ese entonces era el trío Portishead, y durante el 1193 y 1994 se gestó la creación del disco debut, «Dummy», un lanzamiento de larga duración que consta de 11 canciones.

Este álbum fue exitoso a pesar de su poca promoción, y es que la banda proponía un sonido nuevo, un triphop experimental que terminó siendo uno de los sonidos clásicos de la década de los 90’s. Beth dio a conocer una voz capaz de variar desde la dulzura más tranquila hasta la desesperación según se requiriese, las oscuras letras que cantaba compuestas por sí misma, inspiradas en esa tristeza que la atrajo desde la infancia.

«Dummy» fue solo el inicio de una discografía quizás no demasiado extensa, pero remarcable, y una popularidad innegable. Ya con un lanzamiento debut que fue considerado uno de los 20 mejores álbumes del siglo pasado, Beth siguió siendo una frontwoman reconocida con el segundo trabajo de Portishead, el homónimo que vio la luz el 1997 después de 3 años en que la agrupación mantuvo un bajo perfil. 

De los tres sencillos que se desprendieron de «Portishead», «All Mine» fue una de las 10 canciones más populares del Reino Unido. Con un sonido mucho más duro y disonante con el que mantuvo su identidad lírica, Beth fue capaz de darle vida a esta poesía sin que la intensidad instrumental disminuyese el impacto de su voz en lo más mínimo.

El 1998 trajo un álbum en vivo de la mano de Portishead y durante los años siguientes se dedicó a su proyecto solista, dando a conocer el año 2002 su trabajo de larga duración «Out of Season», realizado junto con Paul Webb, ex integrante de la banda Talk Talk. En este Beth nos entregó un sonido más cercano al folk y al jazz, pero eso no quiere decir que es un álbum menos intenso con respecto a las emociones, es simplemente un sonido nuevo de parte de la que es probablemente una de las vocalistas más versátiles de la escena alternativa. 

Las influencias principales para este trabajo fueron Nina Simone y Billie Holiday, y tal como sus lanzamientos con Portishead este álbum no pasó desapercibido. Además de tener una buena recepción de parte de la crítica musical, el corte «Mysteries» apareció en las bandas sonoras de las películas «Russian Dolls» (2005) y «Palermo Shooting» (2008).

Pasaron diez años antes de que Beth lanzase un nuevo material musical, enfrentando el 2008 con el álbum «Third» de Portishead. Se vino un nuevo cambio de sonido con este álbum, esta vez volviéndose prominentes las influencias del rock psicodélico, la música electrónica, el R&B y el avant-garde. Aún así la esencia de la agrupación se mantuvo intacta, siendo capaces de añadir su sello a cualquier género musical que decidan visitar.

Además de su aporte vocal, Beth participó en la creación de todas las canciones y tocó el teclado. También fue guitarrista en el corte «Threads», ya que en el proceso de grabación la banda probó intercambiar roles en búsqueda de inspiración y experimentación. Después de un período de sequía creativa decidieron cambiar de enfoque musical, quitándole valor a la técnica y virtuosidad que por años buscaron y valorando más los elementos de improvisación.

Y siguiendo la línea, nuevamente pasó más de una década antes de que oyésemos su voz en trabajos nuevos. El año 2019, Beth se unió a la orquesta sinfónica de la radio nacional de Polonia para hacer una rendición de la «Sinfonía de las Canciones Dolientes» del compositor contemporáneo Henryk Górecki, siendo la soprano requerida para tal labor.

Como una de las mujeres más icónicas de la historia de la música alternativa y con una discografía de versatilidad casi imposible, Beth Gibbons posee todo lo necesario para ser una artista y una mujer admirable. Esperamos con ansias más lanzamientos o colaboraciones y deseamos que lleguen más cerca del 2020 que del 2030, pero sea como sea, agradecemos aquellos cuatro álbumes de estudio (y dos en vivo) con los que la multiinstrumentalista nos ha consentido sin perder nunca su identidad ni su sinceridad, que es lo que más valoramos.