Jueves de Cine:

«Nick and Norah’s Infinite Playlist»

Llegó el jueves y, junto con él, nuestro especial semanal dedicado a las películas. Esta vez nos sumergimos en la noche llena de música y diversión que nos propone «Nick and Norah’s Infinite Playlist».

Dirigida por Peter Sollett y basada en la novela homónima de Rachel Cohn y David Levithan, esta historia se desarrolla a lo largo de toda una noche junto a Nick y Norah, interpretados por Michael Cera y Kat Dennings respectivamente. Guiados por sus amigos, ambos personajes se conocen de forma repentina y terminan envueltos en la magia de la noche neoyorquina.

Un guión divertido y vivaz llevado a cabo por Lorene Scafaria que resulta clave a la hora de adaptarse a las diferentes atmósferas planteadas por la película y que logra encarnar la fugacidad e intensidad vividas en esas noches de fin de semana en las que sentimos que todo puede pasar. Y en esta película, todas esas posibilidades convergen en el transcurso de esas horas nocturnas en las que los protagonistas van de un lado para el otro.

Nick y Norah funcionan como personajes típicos de cualquier película coming-of-age: el chico con el corazón roto y la chica insegura, además de ser adolescentes que todavía se encuentran perdidos en la incertidumbre de qué hacer con su futuro. Con la noticia de que su banda favorita se presenta esa noche en una locación secreta, cada uno por su lado y en compañía de sus amigos emprenden el viaje desde los suburbios hasta la ciudad con el objetivo de asistir al preciado concierto. Ambos se conocen de casualidad y sin saber que los espera una larga noche juntos.

Norah siente interés por Nick antes de conocerlo, sólo a través de sus mixtapes (presentados, como toda generación de adolescentes de los 2000’s, en forma de compilado en CD) que llegan a sus manos a través de su ex novia que los desecha. Por su lado, Nick sigue estancado mientras atraviesa el duelo de su relación anterior, por lo que tarda en reconocer sus sentimientos por Norah.

Nueva York es el escenario central y la ciudad cumple la función de un personaje más en esta historia. Los protagonistas pasean y se pierden por sus calles, la escena cultural nocturna propia de la ciudad que nunca duerme predomina en cada rincón.

Del mismo modo, la música cumple tal vez el rol más importante. Con un soundtrack destacable que acompaña las distintas situaciones de la película, encontramos canciones como «Ottoman» de Vampire Weekend o «Lover» de Devendra Banhart, además del icónico ringtone de Nick con la melodía de «Boys don’t cry» de The Cure. La música también funciona como hilo conductor de toda la película al ser lo que mueve a los personajes, en busca de ver en vivo a su banda favorita. 

Ambos protagonistas son apasionados de la música y, cuando parecía que no tenían nada en común, ese es el factor que los conecta. En sus vidas personales se encuentran constantemente estimulados por el universo musical, Nick al ser parte de una banda y Norah con una figura importante dentro de la industria de la música como su padre, dueño de los míticos Electric Lady Studios, que es justamente el lugar donde la relación de Nick y Norah llega a su punto cúlmine. Las horas merodeando por Nueva York concluyen al encontrar, al fin, a la banda que inició todo.

Amor, aventuras, amistad y música predominan en una película simple e ideal para ver cuando necesitamos consumir algo ameno sin necesariamente convertirse en una obra desalmada. Cumple el rol como comedia romántica de una manera sólida y es imperdible para todos aquellos que consideren a la música como una parte importante de sus vidas.