Lunes de Icónicos:

My Chemical Romance en Reading Festival

Se termina marzo, llega el otoño y con él la mejor nostalgia que en este último lunes del mes nos lleva a revisitar una de las historias más icónicas para una banda en el marco de un festival, y que transcurriría a través de dos presentaciones distintas. Los protagonistas: My Chemical Romance, el escenario: Reading Festival.

Tan icónicos como controversiales, al día de hoy My Chemical Romance tiene un puesto merecidamente ganado en el salón más VIP de bandas post 2000 que lograron trascender en el tiempo. Gracias a su impronta, que mezcla la teatralidad, la picardía y el descaro con un sonido rock definido por ellos mismos como “pop violento y peligroso”, han logrado posicionarse como estandartes de la escena y cultura alternativa. Sin embargo, hace 15 años atrás la cosa no era tan así.

La primera parte de esta historia nos lleva a finales de agosto del año 2006. El éxito repentino alcanzado por la banda gracias a su segundo álbum «Three Cheers for Sweet Revenge» (2004), la explosión de internet y la posibilidad de compartir escenario con bandas insignes como Green Day o The Used les había ganado un espacio en el escenario principal del festival británico. Ad portas de lanzar su tercer disco (su magnum opus «The Black Parade») las expectativas y el hype eran altos y, en dicho marco, su show estaba pactado como el antepenúltimo acto durante el último día, sólo antes de Placebo y Pearl Jam, ¿qué mejor?

Aún así, no hay mal que por bien no venga, y lo que prometía ser un show icónico, terminó siéndolo por todas las razones equivocadas. Los contratiempos generados por el hecho de presentarse justo media hora después de Slayer, una mala prensa y el prejuicio frente a la escena “”emo”” de la época fueron traducidos en un público que, desde la primera canción, no escatimó en objetos que arrojar al escenario (desde fruta podrida hasta las tradicionales botellas con orina).

Incluso con bandera en mano, las mejores intenciones de Gerard Way y compañía se vieron mermadas por aquel hostil recibimiento. No obstante, lo que podría haber sido percibido como una receta para el desastre, terminó siendo todo lo contrario. Fuera de doblegarse el espíritu de la banda, y con la actitud desafiante que los caracteriza al dar un espectáculo, abordaron la situación incitando al público a manifestarse y alterando el setlist para interpretar 9 de sus canciones más agresivas en lugar de las originalmente planeadas (razón por la cual los nombres de algunos temas en la transmisión oficial no calzan).

En el escenario, las declaraciones de Gerard respecto al show tampoco se harían esperar. En su mejor tono irónico afirmaría “Esta canción se llama gracias por todas las botellas, por todo el pichí, por todas las pelotas de golf, por todas las manzanas y por toda la mierda pegajosa” antes de interpretar «Thank You For The Venom» o “Esta canción es sobre tipos que usualmente tiran botellas a los shows” previo a «You Know What They Do To Guys Like Us In Prison», por dar algunos ejemplos.

Del mismo modo se referiría a la mala prensa hecha por el diario británico The Daily Mail, que previamente los habría acusado de generar un “culto” y promover la autolesión y el suicidio en sus letras, algo que la transmisión oficial nunca mostró. “No somos un puto culto, somos un ejército (…) y estamos aquí para decirles que por nada vale la pena autolesionarse, por nada vale la pena quitarse la vida” declararía antes de hacer cantar al público 3 veces “Fuck the Daily Mail”.

Así, a medida que transcurrió el show, el público fue demostrando un mejor recibimiento y ya para el final, con su clásico «Helena», el panorama había cambiado. Gracias a lo que podría definirse como su “carismática arrogancia”, la banda logró usar todos los abucheos y proyectiles urinarios a su favor para dar un show que pasaría a la historia. Sin embargo, después del particular incidente la duda estaba en el aire: ¿Volverían a presentarse nuevamente en aquel escenario?

La respuesta, y segunda parte de esta historia, nos la darían exactamente 5 años después, y acompañados del mismísimo (y nos ponemos de pie) Brian May. En palabras del propio Gerard a NME: “Le escribí un e-mail a Brian (…) Hubo una historia de que ustedes (Queen) tocaron en un show en París y los abuchearon, y Freddie (Mercury) dijo: “Regresaremos y seremos la banda más grande del mundo”. Y después de lo que nos pasó en Reading en 2006 la gente nos preguntaba: “¿Van a hacer eso de nuevo?” y yo decía: “No, a menos que seamos headliners”.

Y así, tal cual, el tiempo terminaría dándoles la razón y My Chemical Romance pasaron a encabezar la edición 2011 del festival brindando un show para el recuerdo con uno de los mejores cierres en su carrera musical, si es que no el mejor, con un cover a «We Will Rock You» de Queen y una espectacular presentación de su mejor canción (sí, lo dije y qué) «Welcome to the Black Parade», donde lo único que fueron lanzados fueron toneladas de pirotecnia y confetti. En 2 palabras: Justicia divina.

Ahora, la pregunta que nos queda dando vueltas no puede ser otra sino, ¿Lograremos ver la tercera parte de esta historia? Sólo el tiempo lo dirá.