Jueves de Cine: «Charlie and the Chocolate Factory»

¡Buenos días, estrellitas, la tierra les dice hola! Y es que como cada jueves, hoy encontraron el boleto dorado y serán transportados a un dulce mundo de fantasía, de la mano de un excéntrico chocolatero. Así que limpia tus pantalones, que hoy hablaremos de «Charlie and the Chocolate Factory» de Tim Burton.

Es una de las adaptaciones de la novela infantil de Roald Dahl del mismo nombre, publicada en 1964, sobre Charlie Bucket, un niño honesto y bondadoso que vive en la más extrema pobreza, cuya vida cambia al encontrar el boleto dorado para asistir a la fábrica de chocolates de Willy Wonka. La primera adaptación de este clásico fue «Willy Wonka and the Chocolate Factory» en 1971, escrita por el mismo Roald Dahl, dirigida por Mel Stuart y protagonizada por Gene Wilder. Es una versión colorida, divertida y bastante superficial de la historia, pero que vale la pena ver, sobre todo por la canción «Pure Imagination», interpretada por Wilder, que ha sido versionada y popularizada en TikTok por Kathleen.

La adaptación que nos convoca el día de hoy es «Charlie and the Chocolate Factory» del 2005, una fantasía musical dirigida por Tim Burton y protagonizada majestuosamente por Johnny Depp. El desarrollo de esta versión comenzó en 1991, Warner Bros cedió control artístico a los herederos de Dahl y hubo numerosos directores como candidatos para el proyecto, incluyendo a Martin Scorsese, pero finalmente quedó en manos de Burton.

La historia de base es la misma: un chocolatero solitario que no ha abierto su fábrica en años decide esconder 5 boletos dorados en sus chocolates para que 5 niños, junto a un familiar, asistan a su fábrica por un día y tengan la posibilidad de ganar un premio especial secreto. Charlie es un niño muy pobre, pero muy bondadoso que tiene muy pocas posibilidades de encontrar el boleto, pero la suerte está de su lado y asiste a la fábrica con su abuelo. Los demás niños son el glotón Augustus Gloop, la consentida Veruca Salt, la arrogante Violet Beauregard y el agresivo e iracundo Mike Teavee.

A diferencia de la adaptación de 1971, se le da más profundidad al personaje de Willy Wonka, además de un más misterio y oscuridad rodeando la fábrica. Basta decir que el recorrido comienza con un número musical interpretado por marionetas mecánicas bastante espeluznantes, y que termina en desastre cuando se incendian con la pirotecnia (que culmina con la creación de la unidad de cuidados a marionetas quemadas que se abre en la fábrica). Ahí conocemos a Wonka, un sujeto extraño que no sabe muy bien cómo comportarse cuando está con más gente, al haberse aislado tanto tiempo.

En el recorrido conocemos un cuarto en el que todo es comestible, un río de chocolate, conocemos a sus trabajadores: los Oompa Loompa, el cuarto donde hacen crema batida (batiendo bien la vaca, todo el mundo sabe eso), donde fabrican algodón de azúcar con ovejas rosadas, donde numerosas ardillas se encargan de abrir nueces, donde teletransportan chocolate real a la televisión, un laboratorio donde crean todos los dulces que puedas imaginar, y claro, Wonka nos ilumina con conocimiento como que el cereal se hace de virutas de lápices de madera.

En cada sitio que visitan, uno de los niños rompe las reglas y termina pagando las consecuencias: Augustus cae en el río de chocolate, Violet come un chicle prohibido y se infla como un arándano, Veruca intenta robarse una ardilla y la tiran a la basura, Mike se teletransporta a la tele y queda diminuto. El único que se salva es Charlie, y por lo tanto, es el ganador del premio especial que es nada más y nada menos que la fábrica misma, con la condición de no ver más a su familia.

Charlie se niega y comenzamos a explorar la relación de Wonka con su padre, un dentista muy estricto que le prohibía comer dulces. Es la relación con su padre la que lo tiene estancado creativa y emocionalmente, y Charlie lo ayuda a solucionarlo, y finalmente acepta la oferta del chocolatero y va a vivir a la fábrica con sus padres y sus 4 abuelitos.

El rodaje tomó lugar entre junio y diciembre del 2004 en los estudios Pinewood en el Reino Unido, y Burton intentó maximizar el uso de efectos prácticos antes que digitales, aunque tratándose de una película así, no fué tan fácil. Se utilizó la perspectiva forzada, props gigantes y modelos a escala para crear el fantástico mundo dentro de la fábrica. El río es real, con 726.800 litros de chocolate falso que se ve apetitoso, además, Burton se propuso utilizar ardillas reales y adiestrarlas para abrir nueces, criándolas desde bebés y acostumbrándolas a convivir con humanos y realizar las tareas que necesitaban para la película. Finalmente se apoyaron con CGI y animatronics para esa escena, pero en los acercamientos y la acción principal, las protagonistas ardillas son reales.

La música es otra protagonista en la historia, y estuvo a cargo del colaborador frecuente de Burton, Danny Elfman, quien compuso el score  e hizo las voces de las canciones que cantan los Oompa Loompas. Las composiciones las divide en 3 clases: la gentil música de la familia Bucket, la mística música de Willy Wonka y la grandilocuente y animada música de la fábrica. Elfman escribió e interpretó 5 canciones, con cambios de tono y modulación como si fuesen cantadas por diferentes personas.

Las letras de las 4 canciones de los Oompa Loompas fueron adaptadas directamente de la novela de Dahl, por lo que están acreditadas a él, y cada una tiene un estilo completamente diferente. «Wonka’s Welcome Song», la canción de las marionetas, es exasperantemente alegre, digna de un parque de diversiones; «Augustus Gloop» se basa en la música de los espectáculos bollywoodenses; «Violet Beauregarde» está inspirada en el funk de los 70; «Veruca Salt» se inspira en la psicodelia y el bubblegum de los 60 y «Mike Teavee» es un homenaje al hard rock y glam metal de finales de los 70 y principios de los 80.

Sin dudas es una película que llegó para quedarse hace más de 15 años, con iconografía que permanece reconocible hasta hoy, con sus canciones pegadizas y sus personajes adorables o detestables, y claro, al tratarse de una historia de Roald Dahl, la bella enseñanza que nos deja. Lxs invitamos a volver a ver esta maravilla, y de pasadita ver la primera versión también, que siempre es entretenido compararlas.