Jueves de Cine:

«Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street»

Hoy es jueves nuevamente, pero es el último de octubre, el mes que nos trae las tinieblas de Halloween, fecha que está cada vez más cerca, y no hay mejor forma de celebrarlo que con un espeluznante especial dedicado a «Sweeney Todd, The Demon Barber of Fleet Street».

Sweeney Todd es un legendario personaje del Londres victoriano del siglo XIX, cuya veracidad no ha sido probada. La leyenda narra la historia de un barbero que asesinaba a sus clientes con su navaja de afeitar con la ayuda de su cómplice, la Sra. Lovett, quien convertía los cadáveres en pasteles de carne. 

La historia sirvió de argumento para una película dirigida por George King estrenada en 1936 y luego, junto a la obra de teatro de Christopher Bond (basada a su vez en los asesinos Pedro Miquelón y Bernabé Cabard), fueron inspiración para el musical homónimo de Stephen Sondheim, uno de los mayores éxitos de Broadway en los 80. 

Un joven Tim Burton fue a ver el musical y se enamoró por lo cinematográfico de la puesta en escena, por la música y su sentido macabro, y no escondió sus intenciones de adaptarlo a la pantalla grande, pero no estaba listo aún. Finalmente lo estuvo el 2006, cuando le dieron la oportunidad de dirigirlo ya que el director anterior abandonó el proyecto. Esta versión está protagonizada por Johnny Depp como Sweeney, Helena Bonham Carter como la Sra. Lovett y Alan Rickman como el juez.

La película nos cuenta la historia de Benjamin Barker, un barbero feliz con esposa e hija, al que el capricho del juez Turpin lo lleva a un exilio de 15 años del que vuelve amargado y con sed de sangre y venganza. El aspecto del film se antepone a lo que habíamos visto hasta el momento de parte del director, un universo colorido y excéntrico, que acá se transforma en escenarios sombríos y violentos, con un verdadero baño de sangre en el clímax. 

Es una de las pocas películas de Burton que no está orquestada por Danny Elfman, sino por Jonathan Turmick, quien utilizó las canciones compuestas por Sondheim, pero para crear algo más grande y cinematográfico, aumentó la orquesta de 27 a 78 músicos. Además decidieron eliminar el número de apertura del musical, «La Balada de Sweeney Todd», ya que básicamente cuenta toda la historia, y él prefería mostrarla. 

Este puede parecer un cambio drástico, pero la realidad es que la música es una parte importantísima en la forma en la que se cuenta la historia, tanto por la letra como por las melodías que elige utilizar, y es que constantemente nos da pistas de quiénes son los personajes incógnitos, cómo se relacionan entre sí y qué ocurrirá con ellos. Todo esto se explica con la utilización del «Dies Irae». 

El «Dies Irae» (“Día de la ira”) es un himno latino del siglo XIII, que habla sobre la ira de Dios y el día del juicio, y a través de los años se ha transformado en la representación musical de la muerte, por ende es usado en muchísimas obras y, aunque no lo reconozcamos conscientemente, nos genera una sensación específica. La banda sonora de Sweeney Todd está plagada de referencias y citas al «Dies Irae», y es que es una historia marcada por la muerte.

De hecho, lo primero que escuchamos en la película es este himno, y se escuchan referencias a él en cada canción que canta Sweeney, que sabemos que es un asesino atormentado por la supuesta muerte de su esposa, y que además tiene un trágico final. Cada vez que suena el himno en la canción de algún otro personaje, ya sabemos que estará relacionado con la muerte de alguna forma, o muere o matará. El único personaje cuya canción no hace referencia al himno es Anthony, el marinero que llega a Londres junto a Sweeney, que se enamora perdidamente de Johanna, la hija perdida de este último, y por tanto es el único personaje que no muere ni mata, ni está atormentado por la muerte de un ser amado.

Como ya dijimos, la música además nos da pistas sobre quiénes son los personajes y cómo se conectan. Un ejemplo de esto es la canción de Johanna, que en todo momento hace alusión a que es un pájaro enjaulado, tanto por lo visual como lo musical, con las flautas simulando el canto de las aves, y el único otro momento en el que esto se repite es cuando la Sra. Lovett cuenta lo que le sucedió a Lucy, su madre.

Entonces, la música se usa tanto para adelantarnos la trama, pero también para generar suspenso, dándonos pistas de algo que no ocurre de inmediato, haciendo que nos sumerjamos en la trama. 

La crítica elogió al todo el elenco por sus dotes musicales, y particularmente a Johnny Depp por su canto áspero y tenue, con una expresividad incontenible, que a pesar de mostrarse como un hombre oscuro, consumido por la sed de venganza, cuando canta su voz cruje y se rompe de tristeza. Les dejamos invitadísimos a ver esta gran adaptación, sumergirse en su trágica historia y dejarse llevar por su música.