
St. Vincent
A solo días de su regreso a nuestro país este próximo 27 de mayo en el Teatro Caupolicán, en este nuevo viernes de Mujeres Bacanes hablaremos de una artista que ha sabido conquistar la escena musical, dejando un legado indiscutible para las mujeres y las personas de la comunidad LGBT+. Con gracia y un desplante multifacético, hoy hablamos de St. Vincent.
Inspirando su nombre artístico en su bisabuela y en la memoria del poeta Dylan Thomas, Annie Clark nació en Estados Unidos. Desde temprana edad se sintió atraída por la música, influenciada por sus tíos, quienes conformaban el dúo de jazz Tuck & Patti. Comenzó a tocar la guitarra a los 12 años y, tras graduarse de la secundaria, decidió mudarse a Boston para estudiar en el prestigioso Berklee College of Music. Sin embargo, abandonó la carrera tres años después, al darse cuenta de que la formación académica solo le ofrecía conocimientos cuantitativos, mientras que ella buscaba experimentar la música desde un lugar más íntimo y emocional.
En 2006, Annie adoptó el seudónimo de St. Vincent, destacando rápidamente por su virtuosismo con la guitarra. Ese desplante la llevó a unirse como guitarrista oficial a la gira de Sufjan Stevens y a formar parte de la banda The Polyphonic Spree, llegando incluso a abrir conciertos para The National y Xiu Xiu.
Fue en 2007 cuando decidió emprender su camino como solista con el lanzamiento de su primer álbum, «Marry Me». Este trabajo fue bien recibido por la crítica, que comparó su estilo con el de figuras como David Bowie y Kate Bush.
En los años siguientes, entre discos, conciertos y apariciones públicas, la figura de St. Vincent fue creciendo hasta convertirse en una de las artistas más influyentes del rock alternativo contemporáneo, reconocida no solo por el público, sino también por sus colegas.
El punto de inflexión llegó en 2014 con el lanzamiento de su álbum homónimo, «St. Vincent», que le valió el Grammy al Mejor Álbum de Rock Alternativo, convirtiéndose en la primera mujer en ganar esta categoría. Este hito marcó un precedente en la industria. Fue tal su reconocimiento que fue invitada a tocar con Nirvana durante la ceremonia de inducción al Salón de la Fama del Rock and Roll en el mismo año. Esta colaboración se repitió en 2025, cuando fue nuevamente invitada por la banda para presentarse en el concierto benéfico Live Aid, organizado en apoyo a las víctimas de los incendios en Los Ángeles.
Años más tarde el 2019 trabajaria junto a Metallica en la celebración de los 30 años de «The Black Album», además de recibir creditos por parte de Jack Antonoff y Taylor Swift por la canción Cruel Summer, en la que se rumorea, la cantante tomo inspiración de St. Vincent para su sonido y producción.
Más allá de la música, St. Vincent ha utilizado su plataforma para abogar por los derechos de la comunidad LGBT+, el rol de las mujeres en la industria musical y el derecho al aborto seguro. También ha participado activamente en iniciativas por los derechos civiles, expresando su apoyo público a movimientos como Black Lives Matter y denunciando la brutalidad policial y el racismo sistémico, especialmente tras la reelección de Donald Trump.
Actualmente, con el lanzamiento de su más reciente álbum, «All Born Screaming» publicado el 2024, St. Vincent vuelve a dejar en claro por qué es una de las artistas más innovadoras y necesarias de nuestra era. Este nuevo trabajo no solo reafirma su talento como compositora, productora y guitarrista, sino que también la muestra en una etapa de madurez creativa, donde continúa desafiando los límites del rock alternativo, el pop experimental y la performance escénica.
Con este nuevo capítulo, la cantante se embarca en una gira mundial junto a la legendaria Kim Gordon, en una travesía que promete ser inolvidable. No solo por la potencia artística de ver a dos mujeres tan influyentes compartiendo escenario, sino también porque marcará sus primeros shows en solitario en países como Chile, donde hasta ahora solo había participado como parte del cartel de Lollapalooza. Así, salda una deuda pendiente con su fiel base de fans en esta parte del mundo, que por fin podrá verla brillar en vivo y en directo.
St. Vincent no solo ha construido una carrera sólida, diversa y audaz; también ha abierto camino para nuevas generaciones de artistas que ven en ella un referente de libertad creativa, autenticidad y compromiso social. Su regreso no es solo un concierto, es una celebración de la música como espacio de expresión, resistencia y liberación.