«folklore” de Taylor Swift: la transición del pop al indie

Ya ha pasado un día desde que la estrella pop Taylor Swift lanzó su nuevo álbum sorpresa. Lo que ya fue algo repentino para sus fans alrededor del mundo, lo fue aún más para quienes aún no éramos muy cercanes a su trabajo, ya que no esperábamos que “folklore” nos hiciera llorar tanto.

¿Qué es ese espíritu indie triste en este disco nuevo? Bueno, empecemos por lo más simple: el confinamiento.

Taylor (al igual que todo el mundo) ha estado recluida en una cuarentena que nos tiene deprimides y tal como han hecho varios artistas, ella ha optado por una versión DIY (do it yourself), que significa literalmente “hacerlo tú mismo”. Si bien este disco ha tenido productores y voces con las que no hubiésemos imaginado que llegasen a trabajar con Taylor, sus letras, sus composiciones y el alma en cada una de las historias descritas en el álbum son algo completamente nuevo para la artista, quien ya ha mostrado diferentes versiones de sí misma a lo largo de su discografía. Esta nueva faceta podría haber estado escondida entre sus trabajos anteriores o creciendo en los últimos meses en aislamiento, la cual ha concluido (o comenzado) con este nuevo y repentino estilo.

La influencia en la producción musical ha venido de los hermanos Bryce y Aaron Dessner, quienes son el alma de la banda inglesa The National y que ya son reconocidos por la suavidad y tristeza que pueden expresar en su música. Ambos, combinados con el productor Jack Antonoff, quien ha trabajado anteriormente con Taylor Swif,  e incluso la obra maestra y dolorosa que resultó en la canción “exile” donde la voz dulce de la cantante se mezcla con la voz de Justin Vernon, vocalista de la banda indie-folk, Bon Iver, cuentan la historia de una relación resquebrajada y llegando a sus últimos intentos de sobrevivir.

Por otra parte, Swift ya es conocida por tener mensajitos y curiosidades escondidas en sus álbumes. En “folklore” se pueden apreciar dos puntos importantes: un trío amoroso adolescente, visto desde las perspectivas de las tres partes. Las canciones involucradas son el single “cardigan” que cuenta la historia de la novia y cómo el novio infiel le hace sentir hasta el punto de la traición y sabiendo que él eventualmente volvería a ella. “august” es la perspectiva de “la otra chica” ilusionada con este amor prohibido, pero que lamentaba haber perdido a alguien que no le pertenecía. Y la perspectiva del infiel se ve en “betty”, quien sería el nombre de la novia, se muestra arrepentido y expone tanto sus disculpas como sus razones.

Otro mensaje secreto, que no es realmente secreto, es “the last great american dynasty”, una canción que habla de Rebekah Harkness, una mujer millonaria patrona de las artes, quien era dueña de una mansión en la que tenía fiestas increíbles. La mansión en cuestión ahora le pertenece a Taylor, lo que también menciona en la canción para hacer una comparación entre ella y Rebekah.

Fuera de estas historias, cada canción en el disco parece ser su propio universo conectado por el sentimiento de dolor y amores desgastados o no correspondidos como se puede ver en “mirrorball”, donde la hablante lírica busca hacer lo posible para tener la atención de un personaje que parece ir aburriendose de ella y la forma en que le busca. Por otro lado, hay canciones que van a un lugar más oscuro, como “my tears ricochet”, en donde se presenta un funeral y el hablante lírico es la persona en el ataúd, quejándose de ver en su forma fantasmal, a su ex pareja, mostrándose emocional y actuando como si le quisiera vivo cuando en las palabras del mismo protagonista, le quería muerto.

El piano se hace protagonista en la mayoría de las canciones de este álbum, al igual que la mano de Aaron Dessner se nota en composiciones como “this is me trying”, “seven”, “epiphany” y “mad woman”. Pero el final perfecto es la voz de Taylor acompañada con el piano en una triste melodía en “hoax”, cerrando el disco con la melancolía que cubre todo este trabajo nuevo y delicado.

Lo mejor de todo, es que a pesar que algunas personas dicen que esto “no suena como Taylor Swift”, simplemente no saben la forma en que la artista ha intentado llegar a diferentes aristas en la música, y es algo que, para quienes disfrutamos del dinamismo y de los artistas que no se encasillan en un solo género musical, es simplemente un encanto a nuestros oídos. Estas sorpresas para nosotres, amantes de la música triste, unido a las mismas letras y composiciones originales de la artista, han creado en conjunto un disco que sin duda estará entre nuestros favoritos de lo que va de este año tan complejo.