I don’t speak English: Plastic Tree

A estas alturas queda claro que amamos el indie, pero como no todo en la vida es indie, en este martes de I don’t speak English, sección en la que hablamos de artistas de habla no inglesa, vamos a variar un poco el género y les contaremos de una de las bandas alternativas más grandes de Japón.

Han firmado con más de 10 sellos, los más grandes siendo Warner y Universal, y durante toda una vida de carrera su formación ha sido más bien estable, a excepción del hecho de que han contado con numerosos bateristas. Han lanzado 42 sencillos, 24 álbumes de estudio (9 de ellos son compilaciones), 3 EPs y más de 20 DVDs que los han llevado a un lugar cómodo desde el cual hacer música.

Se les ha clasificado dentro de muchos sub-géneros durante sus 27 años de carrera, pero el término que más se les asocia es j-rock, que básicamente es rock japonés, y dentro de este rock japonés calzan con el rock alternativo, considerando la inmensidad de influencias que se reflejan en su trabajo.

Primero bajo el nombre CAM-FLAGE y posteriormente llamados NTT FUCKS, la banda a la que hoy conocemos como Plastic Tree nació en el año 1993 en la prefectura de Chiba, pero no fue hasta el 1995 que lanzaron su primer material. Conformada en la actualidad por Arimura Ryūtarō en la voz y la guitarra, Nakayama Akira como guitarrista, Hasegawa Tadashi en el bajo y Sato Kenken en la batería, la banda tuvo fuertes influencias de la subcultura visual kei en sus inicios. Hay fuentes que asocian sonidos en particular a la música visual kei, pero lo predominante es el concepto de alternativo en la estética, puesto que es un término paraguas o una subcultura cuya música varía muchísimo en géneros.

En el caso de Plastic Tree, pasaron de lo estrafalario del visual kei a tener influencias del art rock, metal, dream pop, garage rock, noise pop, rock sinfónico, electrónica, rock progresivo y pop, volviéndose una agrupación sumamente versátil. Según los propios integrantes, su inspiración musical nació de bandas tales como Radiohead y The Cure. Si bien todo suena muy abstracto, a la hora de la práctica el sonido de nuestros artistas de hoy es fácilmente reconocible.

No hay nada de minimalista en su música, cada instrumento es intenso y constantemente predominante, hay cambios de ritmos permanentes. En las canciones más lentas, la guitarra tiende a presentarse con arpegios y el sonido se mantiene intenso. Saben hacer brillar cada instrumento de la misma manera, el conjunto siendo acompañado por la voz aniñada y rota de Ryūtarō, que es lo más fácil de reconocer cuando no te familiarizas aún con el trabajo de la banda.

Los cambiantes, pero siempre intensos sonidos de Plastic Tree, vienen perfecto para los tópicos de los que hablan sus canciones. Hablan de dolor, tristeza, melancolía, añoranza. Su música no se trata de perfección ni de prodigiosidad, se trata de sentimientos y vulnerabilidad, y son capaces de transmitirlo en todo aspecto. Son músicos excelentes, por supuesto, pero el enfoque de su arte no es ese.

Siempre introvertidos y privados, algunos integrantes incluso tímidos a la hora de las entrevistas, no son una agrupación que tenga mucho contacto con sus seguidores, pero aún así criaron a una generación de personas que fueron marcadas por la música alternativa, tanto dentro de Japón como en otros continentes.

Plastic Tree hacen música triste para gente triste, y nos han enseñado que está bien no ser una persona con una esencia alegre o positiva, que es posible vivir una buena vida sabiendo canalizar los sentimientos negativos y ojalá sin reprimirlos. Por la misma sinceridad que nos han inculcado, corresponde recordar que aún no superamos el concierto cancelado del 2008, y que esperamos en algún momento poder llorar con sus canciones desde el público, escuchando sus canciones en vivo. De momento parece ser un sueño, considerando que apenas han pisado el continente americano, pero la esperanza es lo último que se pierde.