Semana Radiohead: «Kid A»

Es el tercer día de nuestra semana especial dedicada a Radiohead y en esta ocasión vamos a hablar de «Kid A», un álbum que muchos consideran el mejor disco de la década 2000-2010.

Al sentarnos a escribir sobre un disco tan poderoso como «Kid A», uno realmente encuentra bastante complicado encontrar un primer tema por dónde abordarlo, porque la obra en sí es compleja y con muchos aspectos para analizar, así que vamos a hacer un rápido repaso por  los puntos que encontramos más importantes y que sí o sí debemos tener en cuenta cuando pensamos en este trabajo de Radiohead.

Fue lanzado en el año 2000, al comienzo del nuevo milenio, y para marcar esta nueva etapa la banda decidió dar un salto al vacío sacando un álbum muy distinto a su exitoso trabajo anterior. Luego de lanzar un disco como «OK Computer», lo más esperable era que continuarán experimentando con el sonido que habían logrado en esa etapa, pero en cambio, estos genios decidieron ir por más y reinventarse.

Esto los colocó de forma definitiva en la posición que incluso hoy en día la banda mantiene y uno de los motivos por los cuales su trabajo es tan relevante: Radiohead juega sus propias reglas, se guían por su propia intuición y siempre sorprenden a su audiencia por tener un punto de vista impredecible.

Así, lanzaron un disco en el que dejaron de hacer rock y, en cambio, nos mostraron un lado más electrónico, en el que la voz dejó de tener protagonismo para pasar a trabajarse como un instrumento más, lo cual permitió que admirásemos su sonido de una manera más apaisada.

Aunque «Kid A» es el disco más difícil de escuchar de la banda, fue el que más rápido se posicionó en las listas: fue posicionado número 1 en la primer semana de su lanzamiento. Lo llamativo es que este álbum llegó a esa posición sin tener singles (entendemos que fue muy complejo elegir un sencillo entre tantas canciones experimentales)  y con una difusión bastante extraña porque, claro, eligieron hacerlo de forma digital en un momento donde no era común tener un ordenador en nuestras casas como ahora. De hecho, su forma de promocionarlo fue mediante videos cortos de algunos segundos de duración que subieron a internet, en un momento en el que subir esos pocos segundos y poder verlos, era muy pesado.

Si nosotros nos ponemos a pensar en cuales podrían haber sido los sencillos de este disco, seguramente diríamos «Idioteque» o «The National Anthem», ya que son las canciones con las que menos jugaron experimentalmente, tienen una estructura más convencional y sus letras son más claras y directas. Luego nos encontramos con canciones como «Treefingers», «How to Disappear Completely» o «Kid A» que nos muestran el uso de los recursos electrónicos más ambientalistas y la ausencia de guitarras utilizadas como su primer instrumento. Cabe destacar el trabajo de su productor, Nigel Godrich, que fue quien tomó las riendas del disco y permitió que todo este experimento no se vaya por las ramas y mantenga la esencia de Radiohead.

El proceso creativo de Kid A fue bastante particular también, porque los miembros de la banda estaban atravesando momentos personales bastante fuertes. Además, se dice que compusieron esta obra yendo y viniendo entre cuatro ciudades distintas, mientras en este intento de autosuperarse atravesaban una etapa de bloqueo creativo de la cual momentáneamente salían con fuertes arrebatos de inspiración. También hay una anécdota que cuenta que al momento de lanzarlo, EMI se dio cuenta de que había un error de fábrica en las copias de los discos y tuvieron que sacar 150.000 ejemplares de circulación. Creemos que algo de toda esa esencia caótica fue lo que terminó plasmada en la obra y lo que los acompañó hasta su lanzamiento.

Conceptualmente, Thom Yorke en sus letras volvió a representar la paranoia moderna, pero esta vez el sentimentalismo humano es apreciado mediante un nuevo lente: el de los nuevos medios. Este recurso nos da una sensación impresionista, ya que retrata sentimientos puros e intensos, que al ser expresados a través de la voz de Yorke que en muchos casos no es muy clara y es intervenida con efectos, hace que el mensaje nos llegue de una manera más pasiva y sutil. Él mismo en una entrevista dijo que considera que las letras de «Kid A» son absolutamente brutales y horribles, y que hubiese sido incapaz de cantarlas de forma directa, pero al haber sido recitadas y filtradas, él se sintió menos responsable de lo que decía.

En medio de una época donde se sentía mucho miedo a raíz de la explosión tecnológica, el cambio climático, las teorías conspirativas y el constante juego de poder capitalista, esta banda nos invita a cuestionarnos desde un lugar de conciencia, aunque con una inevitable mirada pesimista causada por esta situación apocalíptica que aún al día de hoy, 20 años después, nos sigue atropellando y muchas veces nos hace sentir diminutos. Pero tranquilos, “You can try the best you can, the best you can is good enough” (“puedes intentarlo lo mejor que puedas, lo mejor que puedas es suficiente”), diría Thom.

Para finalizar, queremos compartir con ustedes un concierto de octubre del 2000, momento en el que Kid A fue lanzado. ¡Gracias a todes por leernos!