Codec estrena su frenético álbum «Metrópolis»
Luego de lanzar los singles «Metrópolis» y «Lapsus», Codec finalmente edita su consolidado segundo material discográfico, «Metrópolis». Entre las diez canciones que lo integran, se puede descubrir una serie de ideas y motivos que se unen entre sí y que se refuerzan sobre el último tramo del tracklist.
A diferencia de su antecesor «Data» (2019), «Metrópolis» se presenta con una sonoridad más cruda y distorsionada, con vibras frenéticas y vertiginosas. El álbum busca sumergir en un viaje hacia un universo en el que se habla sobre el futuro de las ciudades, el poder autoritario, lo caótico y lo agobiante de la cotidianeidad.
Codec logra nutrir de influencias literarias, cinéfilas y artísticas a sus canciones de rock. Esto se aprecia, por ejemplo, en las letras de «Lapsus», que toma sus bases de una tradición de la literatura rusa; o en «Ruido blanco» con reminiscencias beatle y referencias que pasan por el mundo subterráneo de «Alicia» y el inframundo griego (los castigos de Ixión, Tántalo, Sísifo). La escritura de las letras aparece en función de la música, a lo que la banda explica: «Sólo le ponemos letra a aquello que nos satisface primero melódicamente».
El primer single adelanto, que da nombre e inicia el disco, revive la imagen de una ciudad representada por un monstruo lleno de bocas y de ojos. «Parallaxis» transmite la idea del acercamiento a un futuro distante que no se puede frenar, mientras que «Vas a ver» da voz a un grupo de mafiosos y extorsionadores sin moral. En clave reflexiva y melódica aparece «Lapsus» que absorbe influencias de «Go to sleep (Little Man Being Erased)» de Radiohead y «The Eraser» de Thom Yorke. Junto con «Feedback» y «La cuenta va a llegar» conforman una tríada que se cuestiona el poder y plantea cierta desconfianza hacia los líderes. Transitando el final del viaje por las sonoridades de Codec, aparece «REM», la canción más extensa y calma que se une a «Metrópolis» y «Ruido blanco» para plasmar el imaginario central del álbum. Por último, aparece «No escuches» para finalizar el corrido de «Metrópolis» con una metáfora de inundación y colapso.
A continuación te invitamos a escuchar este tremendo disco, ¡no te lo pierdas!