20th Century Women
Vuelve a ser jueves de películas, y la de hoy, además de deleitarnos con su música y su bella fotografía, nos habla de contrastes, de conexión y de mujeres. Hoy hablamos de «20th Century Women».
Es la tercera película escrita y dirigida por Mike Mills, estrenada el 2016, que viene desde sus inicios planteando formas poco convencionales de narrar y centrando sus historias en su propia vida. La película está protagonizada por Annette Bening, Lucas Jade Zumann, Greta Gerwig. Elle Fanning y Billy Crudup.
“¿No hace falta un hombre para criar un hombre?”, pregunta Julie, “No lo creo”, le responde Dorothea. Y es que se trata de, una mujer que fue madre muy mayor, y que nunca pudo seguirle el ritmo a su hijo Jaimie en plena explosión cultural y tecnológica, por lo que busca ayuda en su inquilina Abbie, una artista que logra conectar con él a través de la música, y en su amiga Julie, de la que está enamorado, para que colaboren en la misión de criarlo con su padre ausente.
El hilo cronológico de la película se ve interrumpido constantemente por flashbacks narrados por los personajes que cuentan la historia única de cada uno de ellos, su formación cultural y el contexto histórico en el que nacieron y lo que ha ocurrido en su vida hasta el punto en que transcurre la película, todas las cosas que hacen que ellos sean ellos, e incluso nos regala un vistazo a sus futuros. Con esto, nos introduce más profundamente a sus mundos y hace que nos importen mucho más, además de hacernos cuestionar los hechos clave y las imágenes que conocemos sobre otras personas y nosotrxs mismxs.
Habla de las mujeres de una forma seria, bella y madura y las retrata como seres gloriosos, complejas, sexis, poderosas, amables, amorosas, llenas de defectos, inteligentes, graciosas, humanas, y con problemas como la insatisfacción, la desorientación, la maternidad, la crisis de confianza y el estancamiento vital. Retrata a las mujeres del siglo XX, pero también a las del siglo XIX que las criaron, y por consecuencia, a las del siglo XXI que fueron y son(somos) criadas por ellas. Tiene una enorme carga de feminismo, desde sus personajes y su descubrimiento del tema a fines de los 70s y desde los textos que mencionan y citan, como por ejemplo «Sisterhood is Powerful» y «The Politics of Orgasm». Además no solo pone esto en la pantalla, sino que los vuelve tema de conversación y debate, en una época en la que estaba empezando la anticoncepción y la paternidad planeada, donde las mujeres comenzaban a tener derecho sobre sus cuerpos, hablar sobre eso, sobre sexo o sobre menstruación por ejemplo estaba «mal visto» (e incluso hoy para algunxs), pero en el film lo tratan con madurez y respeto.
Dorothea, nacida en los años 20, se crió durante la gran depresión y la segunda guerra mundial estalló en su juventud. Soñaba con ser piloto y fué a la academia, pero la guerra terminó antes de que se graduara. Fué la primera mujer en su área de trabajo, fue madre a los 40 años y tiene un espíritu liberal y rebelde a su manera. Jamie nació en los 60, en medio de la guerra de Vietnam, con protestas, revoluciones, tecnología, drogas y punk. Siente que lo conoce cada día menos y necesita ayuda para terminar de criarlo sin entrometerse tanto en su vida, a la que casi no tiene acceso por no comprender.
“Que te rompan el corazón es una forma tremenda de aprender sobre el mundo”. Jamie está enamorado de Julie que es un par de años mayor. Su madre es terapeuta y hace que participe de sus sesiones grupales, lo que hacía que se alejara más de ella. Se escapa de su casa en las noches para dormir y solo dormir con Jamie, pero le gusta acostarse con otros chicos, a pesar de nunca haber tenido un orgasmo. Tiene un pensamiento cínico sobre el mundo.
Abbie nació en los 50 y creció en Santa Barbara, pero la volvía loca, así que fue a Nueva York a estudiar arte y se enamoró de la fotografía. Aprendió a desahogarse bailando, se tiñó de rojo por David Bowie y aprendió a empoderarse en su sexualidad a través del punk. Tuvo cáncer cervical y se debilitó aún más la relación con su madre, para luego descubrir que quizás ella misma no podría ser madre. Le presenta a Jamie la teoría feminista, que considera una parte importante de criar a un hombre.
La música es una parte crucial de la película, ya que es una de las razones principales por la que Dorothea no logra conectar con Jamie; ella con el jazz de principios de siglo y él con el punk. Además de ser la razón principal por la que sí conecta con Abbie, que es la que le presenta toda esta música nueva, y cómo no es necesario que “sea bonita”, sino lo interesante que es cuando la pasión por expresar algo es más fuerte que las herramientas que manejas para plasmarlo en algo. Por esta razón, en el soundtrack nos encontramos con artistas desde Louis Armstrong, Benny Goodman, Sandy Williams o Fred Astaire hasta Talking Heads, Siouxsie and the Banshees y Suicide. Todo unido gracias al hilo conductor que forma la música original de Roger Neill.
Sin dudas una joya cinematográfica que funciona también como un ensayo visual o un largo estudio de personajes, de mujeres y de la vida, que tiene alguna enseñanza valiosa para cada persona que la vea.