Recomendación: Turnstile

Si hace una semana alguien hubiese dicho que uno de los mayores éxitos de Lollapalooza sería una banda de hardcore punk a media tarde, probablemente hubiese sido un poco difícil de creer. En una industria dominada por las listas de éxitos y los grandes sellos, es poco común imaginarse que un sonido tan “de nicho” o poco accesible como el hardcore, pudiese generar un impacto en el mainstream. Sin embargo, y contra cualquier pronóstico negativo, la distorsión y la euforia típicas del género lograron ser protagonistas en lo que fue uno de los mejores espectáculos de los 3 días de festival. Es por eso que la recomendación de este miércoles, a apenas 4 días de una breve pero intensa primera vez en nuestro país, la protagonizan los estadounidenses Turnstile.

Oriundos de Baltimore, Maryland, el relativamente repentino éxito de la banda radica en la diversidad de su sonido, que logra retener a una fanaticada curada en la rigidez del hardcore tradicional, a su vez atrayendo a nuevas generaciones en búsqueda de sonidos más frescos, rítmicos o pegajosos. Esto se ve particularmente reflejado en su último álbum «Glow On», lanzado en agosto de 2021, cuyo popurrí de ritmos e influencias que transitan desde el dream-pop a la electrónica, los llevaría al puesto n° 8 en la lista de los 50 mejores álbumes del año de Rolling Stone y los catapultaría el éxito mediático.

La banda fue formada el año 2010, surgiendo desde la necesidad de su vocalista, Brendan Yates, por encontrar nuevas maneras de expresar su creatividad a través de la música, tras su paso esporádico por pequeñas agrupaciones en la escena. Así, junto a su amigo y vecino Brady Ebert, actual guitarrista y compañero de Brendan desde su primera banda One Step Too Many, reclutaron a Franz Lyons en el bajo y a Daniel Fang en la batería. En 2015, Pat McRory (Angel Du$t) se uniría a la formación definitiva a cargo de la segunda guitarra.

Desde su formación, el quinteto comenzó a adquirir relevancia gracias a la escena punk do-it-yourself de Baltimore y Washington DC. A través del sello independiente Reaper Records lanzarían su EP debut, «Pressure to Succeed», en 2011, y su segundo EP, «Step 2 Rhythm», en 2013. En líneas generales, ambos trabajos trataban sobre la angustia masculina adolescente, una piedra angular ya demasiado predecible para el género, y se desarrollaban con una impaciencia claramente juvenil, con Yates criticando con frecuencia a sus oponentes por “hacerlo perder el tiempo”.

El comienzo de su experimentación y diversificación sónica llegaría con su álbum debut, «Nonstop Feeling», lanzado en enero de 2015 bajo el mismo sello. Si bien este capturó la esencia de la escena hardcore de la época con guitarras estridentes que recuerdan al sonido de bandas insignes como Fugazi, Minor Threat o Rites of Spring, también probaría que la banda era capaz de incorporar elementos alternativos a su música, no en un afán de llegar a una audiencia más amplia sino como una muestra de auténtica apreciación de los distintos estilos. “Somos una banda de hardcore”, afirma Brendan sobre aquel sonido hiperagresivo y de alta velocidad surgido en los años 80. “Esa es la escena de la que venimos. Pero una de las cosas que me atrajo al hardcore y al punk en primer lugar, lo que siempre creí que se trataba fundamentalmente, fue que era un lugar para mentes abiertas y para personas que quieren desafiar las normas. Creo que cualquier etiqueta puede limitarte. Nunca quisimos existir dentro de una caja”.

Tras el pequeño EP de 4 canciones «Move Thru Me» lanzado en 2016, la banda lanzaría su segundo álbum «Time & Space» en febrero de 2018, esta vez bajo Roadrunner Records, sello detrás de bandas como Slipknot, Avanged Sevenfold y Opeth, entre otras. Pese a continuar por la línea de la diversificación, integrando interludios y guiños al funk, al rock alternativo o la música ambiental, el disco no pareció cumplir con las grandes expectativas que habían ido en aumento desde su primer elepé. El dinamismo y el groove característico de la banda no se había perdido, el balance de agresividad y melodía seguían en su punto justo, pero el carácter casi anecdótico de algunos temas y la sensación de que podría haberse desarrollado el material en una dirección diferente, dejó a la audiencia con gusto a poco.

Tres años después la historia sería diametralmente opuesta. «Glow On», además de mantenerse fiel a la propuesta de diversificación y experimentación, se presenta como un álbum que no busca trascender el género del hardcore sino elevarlo a su máxima visibilidad utilizando todas las herramientas posibles. El disco sacude el bagaje emocional de sus trabajos anteriores integrando sintetizadores y ritmos que transitan en una diversidad de caminos. En 35 minutos, repartidos en 15 canciones que apenas superan los 2 minutos de duración, la banda despliega ritmos caribeños, estribillos emocionantes, riffs demoledores y un cuanto hay de sonoridades alternativas que recuerdan el trabajo de bandas como DIIV o Beach Fossils.

El disco también vino acompañado de un EP de cuatro canciones con un cortometraje dirigido por el mismo Yates. Con un elenco rotativo de amigos que se mueven a través de campos deportivos abandonados y paisajes suburbanos, el video tiene como banda sonora su particular hardcore. Es la representación perfecta de la alquimia de una banda que exuda una sutil intimidad.

Turnstile, al igual que la escena en la que están insertos, parecen fáciles de clasificar en un principio, pero mientras más larga sea la exposición a su música, más difícil es su clasificación. En general, el hardcore se caracteriza por ser corto, enérgico, a veces furioso y generalmente emocional, y gran parte de la música de la banda se alinea con estos descriptores, pero todas estas características se refractan y transforman lo suficiente, dada la dinámica y el crecimiento del quinteto: se lanzan sintetizadores; los efectos se agregan, descartan, expanden y el resultado es reflejo de una banda con ojo para los detalles, habiendo florecido como músicos, creando algo suelto, pegadizo y bastante nuevo.

El propio vocalista lo explica mejor que nadie: “Quiero que Turnstile mantenga el sentido de comunidad que encontramos en el hardcore, pero quiero una comunidad más grande, para conectarme con tantas personas como sea posible. Me gustaría que se sintieran como yo cuando descubrí la música, como si existiera la magia, como si todo fuera posible. Esa es una sensación increíble, ¿no? Creo que todos deberíamos tratar de llevar eso tan lejos como podamos en nuestras vidas”.