Gente Triste: Mount Eerie
Existen pocas situaciones tan tristes como la muerte de un ser amado, sobre todo cuando esta ocurre de manera inesperada e injusta. Es de esperar también que lo tremendo y terrible de una circunstancia como tal pueda truncar la capacidad de razonamiento y reflexión sensata frente a la vida por delante. En otras palabras, el sufrimiento que deja la pérdida tiene el potencial de influir tan positiva como negativamente, de acuerdo a cómo la persona en cuestión decida y pueda expiar su sinfín de emociones. Bajo esa premisa, el trabajo al que dedicamos el especial del día de hoy puede ser definido como el sentido desenlace de una historia de amor interrumpida por la muerte: «A Crow Looked at Me», octavo álbum de Mount Eerie.
Además de ser el título del cuarto álbum de la banda insigne The Microphones, Mount Eerie es el proyecto solista iniciado el año 2003 por Phil Elverum, su vocalista y líder. Su particular nombre proviene de la montaña homónima ubicada en las cercanías del pueblo natal de Phil. El año 2003 también marcaría el comienzo de la relación de Elverum con la artista gráfica y músico canadiense Geneviève Castrée, con quien contraería matrimonio un año después.
Tras 12 años de relación y poco después del nacimiento de su hija en 2015, Castrée fue diagnosticada con un cáncer de páncreas que acabaría con su vida en Julio de 2016. Así, lanzado en 2017, el álbum fue compuesto por Elverum a raíz del diagnóstico de Geneviève, y es el testimonio del desarrollo de su cáncer, su muerte, el luto y la vida de músico y padre posterior a la tragedia.
«A Crow Looked at Me» sería la primera de 3 partes lanzadas en los 2 años posteriores («Now Only» y «Post Wisdom pt. 2», respectivamente) que están enfocadas en la muerte de la artista y sus implicancias emocionales. Elverum escribió y grabó las canciones que lo componen durante un período de seis semanas en la habitación donde Geneviève murió y usando principalmente sus instrumentos, a lo cual el artista atribuye su inmediatez y la franqueza del álbum. En una entrevista con KUOW, afirmaría que quería crear asociaciones positivas con la habitación para que no quedara definida únicamente por los últimos días de Castrée. Optando por la practicidad, y utilizando sólo un micrófono, una guitarra acústica, algunos instrumentos puntuales de Geneviève y un computador para registrar las grabaciones, el álbum se convirtió también en el primer trabajo de Elverum en optar por un enfoque digital, en oposición a la tradición analógica que había caracterizado su música.
La composición del álbum fue inspirada por el poema de Gary Snyder «Go Now», que Elverum leería meses antes de la muerte de su esposa, y que se quedaría inconscientemente con él durante los 14 meses del horror transformador del cáncer. “Estas frías mecánicas de enfermedad y pérdida son reales e ineludibles, y pueden aportar una agudeza alienante y distante. Pero no es lo que quiero recordar. Un cuervo me miró. Hay un eco de Geneviève que aún resuena, un recuerdo del amor y la eternidad debajo de toda esta obliteración. Este es el motivo”, explicaría el músico en un comunicado respecto a la composición del álbum. En las notas que acompañaron al lanzamiento del álbum, Elverum escribió que las canciones aparecieron durante el otoño mientras él «miraba los días grises y veía a los vecinos del otro lado del callejón derribar y reconstruir su casa». En un comienzo, se vio obligado a hacer el álbum al descubrir que las obras que una vez había atesorado eran ineficaces para ayudarlo a sobrellevar la enfermedad y muerte de Geneviève, e incluso mientras lo escribía, no estaba seguro de si alguien, excepto él, lo oiría alguna vez, y no tenía ningún objetivo en mente.
El álbum es un trabajo honesto, confesional y sanador a partes iguales, cuya lírica llena de figuras literarias, poética y misticismo nos presenta usualmente ideas de impermanencia, vacío y desorientación. Siguiendo la línea de trabajos como «Hospice» de los Antlers, «Carrie & Lowell» de Sufjan Stevens o el «Blackstar» de Bowie, «A Crow Looked at Me» es una exploración de la muerte en la que cada canción describe un período específico durante el proceso de duelo, y sus letras no escatiman en detalles. Ya sea describiendo cómo lo persigue la imagen del rostro de Geneviève mientras daba su último respiro, cómo él y su hija van a depositar sus cenizas en la ladera de una colina para que ella pueda ver la puesta de sol para siempre, o explicando su dificultad para deshacerse de sus pertenencias personales, Elverum combina una intimidad y franqueza pocas veces vista en la música contemporánea.
A diferencia de otros álbumes de Mount Eerie, éste casi no presenta texturas ambientales adicionales, lo que permite escuchar cada palabra con claridad. Pero su música no es un simple wallpaper sónico. Con beats que suben y bajan, instrumentos que a menudo entran y se desvanecen a intervalos impredecibles, líneas melódicas a menudo elípticas y estrofas vagamente atadas a un esquema de métrica y rima, las canciones se desarrollan por su propia lógica interna. Así, la música logra sentirse tan inestable e inmersa en el momento como las historias que está contando.
Pese a que Elverum había planeado originalmente un lanzamiento a pequeña escala en su sitio web, quiso llegar a una audiencia más amplia a medida que el álbum tomaba forma. De ese modo, en abril de 2017, realizó una breve gira acústica en solitario por América del Norte, seguida de otra en septiembre de 2017. Los conciertos se llevaron a cabo en lugares pequeños, como salas de conciertos, iglesias y teatros, en los que el músico omitió algunas pistas del álbum, considerándolas demasiado emocionales para tocar en vivo.
En sus más de 20 años de carrera Phil Elverum ha escrito y cantado sobre la mortalidad en innumerables ocasiones; sin embargo, «A Crow Looked at Me» sería la primera vez en que el músico se encontraría con la muerte frente a frente para así narrar sus procesos de luto y sanación. El disco fue completado y publicado para abrir su emocionalidad, dar a conocer la intensidad del amor por su esposa y establecer una distinción entre el arte y la «experiencia de la vida». De acuerdo al artista, la creación del álbum terminó siendo terapéutica, al sentir como si estuviera pasando el rato con Geneviève durante su producción, logrando una parcial sanación a su dolor tras su finalización.