
Lunes de Icónicos: «Maps» de Yeah Yeah Yeahs
¿Se acuerdan del post-punk revival? ¿Esos pocos años a principios de la década del 2000 donde los White Stripes y los Strokes eran lo más genial del mundo? La NME denominó a esta explosión retro «La revolución del nuevo rock». Bandas como Franz Ferdinand, The Libertines o LCD Soundsystem trajeron una ola completamente nueva de indie rock al mainstream, una ola que se oponía rotundamente a la ira sin forma del Nu Metal y a la jugarreta adolescente del pop-punk. Canciones insignes como «Last Nite», «Seven Nation Army» o «Losing My Edge» se destacaron durante esta colmena de reinvención musical. Pero quizás la banda que creó la canción más perdurable de este microcosmos fue Yeah Yeah Yeahs y su declaración de amor alternativa para todos los tiempos. Por eso, este especial de día lunes se lo dedicamos a la hermosísima «Maps».
Los orígenes de la banda se remontan a finales de los 90 en el Oberlin College de Ohio, donde la vocalista Karen Orzolek conocería al futuro baterista Brian Chase. Más tarde conocida como «Karen O«, se transfirió a la Universidad de Nueva York donde conocería al guitarrista y maestro de sintetizadores Nick Zinner en un bar local. Inspirados por la floreciente escena del art-rock, el sonido de Yeah Yeah Yeahs nace desde la premisa del ruido, el baile, la basura y el punk.
La mayoría de su sonido primal y característico se debió a la mezcla de guitarras y sintetizadores que creasen una pared de sonido en el escenario, y que supliese su “falta” de bajista. Rápidamente se hicieron conocidos por sus eléctricas actuaciones en vivo, donde la pieza central era la propia O, siendo descrita por la revista SPIN como un «Iggy Pop para nerds tímidos que quieren soltarse«.
Para 2003, lo que la banda necesitaba era un álbum para demostrar que eran reales contendientes dentro de esta escena alternativa, en lugar de una banda de moda que tuvo suerte. Y no sólo obtuvieron eso, sino aún más: un himno para definir a la banda en los años venideros. Su álbum debut «Fever To Tell» fue autofinanciado, debido a que no querían comprometer su música para el público general. Karen afirmaría al respecto en 2004: «Era muy importante para nosotros hacerlo en nuestro territorio, en nuestros términos. Todos vivíamos juntos, y todo el dinero que usamos para financiarlo salió de nuestro bolsillo«. La mayor parte del álbum es una evolución un poco más refinada de lo que habían creado antes: temazos de baja fidelidad inspirados en el punk con los que podías bailar. Pero una pista se distinguió justamente por su diferencia, la moderada canción de amor «Maps».
La pista se basó en un loop de batería con el que Zinner había estado jugando. O le dijo a la BBC en 2019: «Fue como un sueño hacer esa canción. Simplemente sucedió sin esfuerzo (…) Nick tenía este sample sonando en su habitación, yo estaba pasando por su puerta, escuché el sample, fui y me quedé como ‘¿Qué es eso?’ y cinco minutos después estaba básicamente cantando la letra«. Orzolek también ha declarado que, literalmente, sólo hay dos demos de la canción previos a su versión de estudio, y que se grabaron con cinco minutos de diferencia. El emotivo y característico breakdown de guitarra no se agregaría sino hasta su versión de estudio.
La canción fue escrita sobre el líder de Liars, Angus Andrew, con quien O había comenzado a salir seriamente justo antes de la grabación de «Fever To Tell». «Acabábamos de empezar a hacer muchas giras. Había mucha inquietud emocional. La tierra se levantaba y el agua se volvía muy turbia. Me acababa de enamorar y establecerme con alguien, pero constantemente iba lejos y volvía. Todo eso causó la canción del corazón sangrante«, afirmaría Karen al respecto. La letra clave del coro «Wait, they don’t love you like I love you» (Espera, ellos no te aman como yo te amo) fue tomada de una carta de amor que Orzolek le había escrito a Andrew mientras estaba de gira. También se ha sugerido que el título no es sólo una alusión a la gira internacional que mantuvo a la pareja separada, sino también un acrónimo de «My Angus Please Stay» (Mi Angus por favor quédate).
Pese a haber lanzado el disco en 2003, no sería hasta febrero de 2004 que «Maps» se lanzaría como sencillo, y pasarían otros tres meses hasta que entrase en las listas de Billboard de EE. UU., alcanzando el número 87 en el Hot 100 y el número 9 en la lista de Alternative Rock durante la primera semana de mayo.
Su icónico vídeo (dirigido por Patrick Daughters, amigo de la banda) es, a simple vista, una típica actuación de estudio de una banda de rock. Sin embargo, este se caracteriza por la efusiva muestra de emociones de O, y sus lágrimas en el video fueron provocadas por el mismísimo tema de la canción, Andrew. Karen le dijo a NME en 2007: «Fueron lágrimas de verdad. Se suponía que mi novio en ese momento (Andrew) vendría al rodaje; llegó tres horas tarde y yo estaba a punto de irme de gira. Pensé que ni siquiera iba a venir y esta era la canción que había escrito para él. Eventualmente apareció y me puse en un estado emocional real«.
Con el paso del tiempo, «Maps» sigue teniendo y adquiriendo poder de permanencia. Pitchfork la nombró la sexta mejor canción de la década en 2009, mientras que Rolling Stone también la colocó en el número 6 de su lista de las mejores canciones del siglo hasta ahora, en 2018. Orzolek dijo en 2004: «Soy una tonta por el amor. La única razón por la que quería estar en un sello importante era para que la gente escuchase Maps. Espero que los jóvenes la escuchen en un estacionamiento en el verano. Es para todo el mundo, pero la imagino como el soundtrack del romance adolescente, la banda sonora de las relaciones desdichadas«.
Mientras que las bandas de la época eran indiferentes y «cool», rara vez expresando emociones a través de su música que fueran algo más que un poco de alteración, Yeah Yeah Yeahs estaban allí empapados de sudor, manchados de lágrimas, deseando desesperadamente que su Angus se quedara. Eso es lo que pasa con lo «cool»: rara vez es así para siempre. La emoción, la verdadera y sentida emoción, atraviesa toda esa pretensión y desapego y eso es lo que ha hecho que «Maps» resuene más allá que cualquier cosa.