Hoy queremos hablar de una mujer bacán que se ha ganado los corazones de muches con sus melodías increíblemente honestas y su lírica inspirada en sus propias experiencias con la adicción, las dificultades de vivir en sobriedad y su relación con la religión al ser lesbiana.

En el inicio de su carrera, Julien Baker se convirtió en una figura de interés para el público gracias a su honestidad al hablar sobre su identidad. Orgullosamente lesbiana, católica y socialista, muchas de sus entrevistas se han centrado en cómo ella ha navegado su vida personal y profesional con la miríada de desafíos que conllevaban sus ideales.

Es difícil alejar la música de la cantante de su identidad, ya que la orientación sexual de Julien da un extra contexto a su lírica, las cuales relatan experiencias muy similares a las que muches hemos pasado. La misma Julien nota cómo ella también es fanática de otres artistas LGBTQIA+: “Tal vez es algo subconsciente con lo que te puedes identificar, como, oh, esta persona entiende los matices de la narrativa romántica/social de una persona queer».

Nativa de Tennessee e hija única de padres devotos, Julien tuvo sus orígenes musicales dentro de su iglesia, luego convirtiéndose en fanática de géneros como el rock, punk y metal. Durante su adolescencia, Julien llegó a formar parte de una banda de indie rock llamada The Star Killers, posteriormente conocidos como Forrister, incluso lanzando un álbum, titulado «American Blues», en 2013 a través de la plataforma de música Bandcamp.

Durante su primer año estudiando en la universidad, Julien continuó escribiendo música, esta vez lejos de su banda. Inspirándose en una pasada relación, sus problemas con el alcohol y las drogas, un reciente accidente automovilístico y su propia mortalidad, Julien terminó escribiendo un álbum lleno de canciones emo-indie folk que merecían ser escuchadas. Así es como «Sprained Ankle» se convirtió en el álbum debut de Julien, siendo grabado esporádicamente durante sus vacaciones de verano para luego ser subido a Bandcamp.

El éxito de «Sprained Ankle» no fue inmediato, al ser un álbum autopublicado en el cual Julien no tenía mucha fe, como comentó posteriormente: “Pensé que mi primer álbum iba a ser un fracaso (…) Pero aquí estamos. Qué interesante giro de acontecimientos”. Sin embargo, tras meses de giras y el relanzamiento del álbum por el sello discográfico 6131 Records, «Sprained Ankle» llegó a convertirse en el favorito en muchas listas de los mejores álbumes de 2015.

El disco está lleno de canciones honestas y personales, con un ritmo tranquilo que deja brillar el talento natural de Julien, sonando casi como confesiones privadas. Por ejemplo, en una de sus canciones, «Everybody Does», Julien se abre totalmente ante la audiencia, admitiendo: “Vas a correr cuando descubras quién soy, sé que soy un montón de escombros sucios que desearás nunca haber tocado. Pero vas a correr cuando descubras quién soy, vas a correr, está bien, todos lo hacen”.

Tres años después, Julien lanzó su segundo álbum, «Turn Out The Lights», el cual grabó en solo 6 días. Esta vez, Julien incorporó más instrumentos dentro de su música, dándole un aspecto más cercano al indie rock cinemático, experimentando con su sonido y alejándose de lo más callado de su álbum anterior.

«Turn Out The Lights» continúa explorando aún más las temáticas ya mencionadas, siendo un álbum íntimo que marca la madurez musical y personal de Julien. Pese a esto, el disco es mucho más que un conjunto de canciones tristes, sino que está marcado por la esperanza de un futuro mejor para la cantante.

El año posterior, Julien formó la banda Boygenius junto a Phoebe Bridgers y Lucy Dacus, dos grandes artistas indie que también forman parte de la comunidad LGBTQIA+, lanzando un EP homónimo en conjunto que fue aclamado por la crítica. El trío se reunió nuevamente este año para lanzar su disco debut, titulado «The Record», el cual nuevamente obtuvo muy buenas críticas y trajo aún más fanáticos hacia los miembros de esta banda.

Volviendo a la artista, en 2021 Julien lanzó su tercer proyecto, «Little Oblivions», el cual logró acumular las mejores cualidades de sus álbumes anteriores, con doce canciones llenas de honestidad, dificultades y vicios. Siendo escrito durante una época donde Julien encontró cada vez más difícil mantener su sobriedad, este disco continúa evaluando los desafíos de la adultez, el escapismo y la salud mental.

Este álbum fue presentado junto a un ensayo del poeta Hanif Abdurraqib, donde él encapsuló los sentimientos que atrae el escuchar este disco : “Me he sentido solo, he estado solo y he estado aislado. Hay músicos que conocen los matices entre los tres. Lo que se susurra a través de las grietas del tiempo de una persona a solas. Julien Baker es uno de esos artistas. Una escritora que examina su propio desorden, no en busca de respuestas, sino a veces solo de una salida. (…) «Little Oblivions» es un álbum que detalla el gateo, detalla el grito. Un disco que no ofrece reparación, ni perdón. A veces, sin embargo, una oportunidad de revelarse en la vida que nunca está garantizada. (…) Estas son canciones de supervivencia y canciones de reinventar un yo mejor, y ¿qué es eso sino esperanza?”.

Tal como explicó Hanif, Julien es sin duda un artista que ha logrado brillar en tiempos de dificultades y desafíos, convirtiéndolos en arte que es mucho más que solo canciones para llorar, sino también son experiencias que muches hemos vivido, que siempre tienen debajo la esperanza que algún día todo podría mejorar.