«Red (Taylor’s Version)» de Taylor Swift
En este Domingo de Gente Triste abordamos los momentos más emblemáticos del dramático y profundo proyecto de rompimiento por excelencia de Taylor Swift, «Red (Taylor’s Version)» en el que, a través de algunas de las composiciones más crudas y honestas de su carrera, se despedía de su adolescencia con una intrincada narrativa que se ha establecido como un referente clásico entre su diversa colección de álbumes.
Musicalmente, Taylor Swift se encontraba en un instante crucial, solía ser una gran intérprete de éxitos country, pero también, quería hacer pop en toda la extensión de la palabra. Sin embargo, algo más estaba sucediendo en ese momento de su vida y la transición entre géneros se vio entrelazada con uno de los romances más efímeros e impactantes de toda su vida, y la catarsis resultante, elevó el nivel de su poesía a su máxima expresión.
A unos días del tercer aniversario del lanzamiento de una de las re grabaciones más importantes en su discografía, celebramos hoy, la juvenil y cruda emotividad que recorre las pistas más importantes de este álbum, que encapsula además, en totalidad, la fórmula de su grandeza.
«Red», el cuarto álbum de estudio de Taylor Swift, lanzado en 2012 puede resumirse a grandes rasgos como una transición para su carrera, por un lado, su estilo musical encontró mayor estabilidad acercándose cada vez más a la música pop y sus estribillos pegadizos, a medida que marcaba distancia del country pop romántico que le había otorgado notoriedad hasta ese entonces.
Pero además, previamente su fantasía romántica llegaba inclusive a una resolución matrimonial en las propuestas más amorosas de sus primeros lanzamientos, «Love Story» o «Mine» se resguardaban en un idilio adolescente.
Y, aunque desde entonces, Swift conocía la densidad de su pluma para el desamor en pistas sólidas como «Last Kiss», «Forever & Always» o «Cold As You», la intensidad magna de aquella habilidad se encontraría precisamente, en los cortes más profundos del «Red».
Mientras sus álbumes previos eran compendios antológicos sobre sus desventuras adolescentes y la realización de su personalidad mientras abandonaba la vivaz y confusa juventud, en este álbum la raíz estructural es la herida, la pérdida del más grande amor de su adultez jóven, un romance tan fugaz, como intenso y caótico.
Descrito por ella en su momento como: «todas las distintas maneras que tienes para despedirte de alguien… cada distinta forma de extrañarle», escucharlo implica desenredar todos sus puntos de vista en torno a tal vínculo. Y es una historia con varios capítulos cruciales, sea por su iconicidad como éxitos en listas, o por su significativa composición.
“Nunca te ví venir y nunca volveré a ser la misma» es el corazón de la apasionada declaración de enamoramiento que introduce la narrativa en «State Of Grace», una de las clásicas y más bellas canciones de amor de todo el repertorio de Swift, en la cual, celebra la vulnerable y deslumbrante flama de la infatuación y que probablemente no recibe más reconocimiento por ello, dado que es el punto de partida para el quiebre en el álbum.
La canción «Red», guarda la desesperada y conflictiva memoria de un romance complicado, en cierto sentido, como pista titular pareciera establecer una referencia casual al clásico de folk de 1971, «Blue» de Joni Mitchell, y aunque probablemente, esta no sea la canción en la que Taylor alcance tal maestría en su composición, indudablemente, hay otros momentos en los que ambas se comunican con claridad en su entendimiento sobre evocar sensibilidad y consuelo.
Los matices del significado de esta relación en la vida de la artista se tornan más vivaces y certeros en la canción «Treacherous», una sutil y progresiva composición de country sobre su entrega absoluta, en cuerpo y espíritu ante alguien que desde un inicio despertaba todas sus alarmas, un sentir profundo, pero permeado de atisbos de duda y miedo “alejarme sería inteligente, pero tú eres arenas movedizas… esta pendiente es traicionera, y me gusta”.
Los riesgos se aceptaron y ahora las consecuencias son frenéticas, la historia continúa con uno de los grandes éxitos del álbum, «I Knew You Were Trouble.», una pista estrictamente pop influenciada por las tendencias del EDM de su época, pero que representa un completo arrepentimiento por haber cedido a las pasiones del amor trágico, la composición se expresa de manera más trivial pero en el vídeo musical, en su monólogo introductorio enuncia “creo que la peor parte de todo, no fue perderlo a él, fue perderme a mí”.
Otra cúspide dramática en el álbum es la dolorosa y reflexiva «Sad Beautiful Tragic», un corte tradicional de música country en el que su autora se desploma completamente frente a los pensamientos más profundos sobre su herida; “en sueños, nos encontramos en tibia conversación y el tiempo se está tomando su dulce tiempo borrandote”, y entonces, la consciencia se aclara, el cierre además de certero, es también, una necesidad genuina.
La historia de «Red» es una de esas que vale la pena contarse dos veces y en cada caso, palabras distintas la componen, en un primer momento una joven de 22 años mostraba los primeros guiños al abandono de su zona de confort hacía el pop de glitter que deseaba realizar, mientras sanaba de uno de los más tórridos y desventurados romances de su juventud.
Pero, en un segundo momento, tras la disputa legal por la recuperación de los masters de sus primeros 6 álbumes, «Red» recibió su momento y la regrabación expresa en plenitud un secreto a voces entre el fandom swiftie: este es probablemente su álbum favorito entre todos los que ha hecho, y en esta segunda vuelta, aprovecha todas las oportunidades para ampliar su trasfondo y reflexionar casi 10 años después, mirando al pasado desde una perspectiva más madura, pero aún capaz de reconocer, la profundidad de ese quiebre.
En «Red (Taylor’s Version)» lanzado el 12 de Noviembre de 2021, además de una producción mucho más pulida en los detalles instrumentales, hay extensiones de la narrativa principal del álbum 2012, entre las que destacan primeramente, dos que fueron realizadas en su época de composición, pero que terminaron siendo interpretadas por otros artistas, «Babe» y «Better Man» de los grupos de música country Sugarland y Little Big Town, respectivamente.
Mientras que «Babe» es un amargo y directo reclamo directo ante la confirmación de una infidelidad, «Better Man» es una introspección bastante más profunda, un reconocimiento al desbalance en una relación no recíproca en la que una despedida dolorosa y estricta, es la única salida segura.
Es cierto que, entre las canciones “From The Vault” hay muy diversos matices de tristeza, sea a través del coraje voraz de «I Bet You Think About Me» junto al músico de country Chris Stapleton, el dolor que implica amar a una persona con depresión en «Forever Winter», e inclusive, el homenaje al fallecimiento de un niño a los 4 años a causa del cáncer en «Ronan».
Pero hay puntos de inflexión muy claros entre el álbum de 2012 y su regrabación, uno de ellos es el miedo al paso del tiempo en plena cúspide del éxito como estrella pop. Aunque Swift ya reflexionaba sobre ello en «The Lucky One», la adición de la pista «Nothing New» en colaboración del icono de indie folk Phoebe Bridgers, añade una perspectiva mucho más cruda y definitiva a tal temática.
Es curioso, pero entendible que algunos de los versos más dolorosos del álbum están en esta canción: «¿cómo puede una persona saberlo todo a los 18, pero nada a los 22? y ¿me querrás todavía, cuando no sea nada nuevo?”; y en un reconocimiento más claro de la aparición de nuevos iconos pop, “diré que estoy feliz por ella, y después lloraré hasta quedarme dormida”, en tanto que resulta intrigante apreciar que Swift ahondaba en tales pensamientos desde muy joven y tan temprano en su carrera.
Especialmente considerando que, este álbum contiene la que con bastante mérito, es probablemente, la composición más destacable de toda su carrera como artista, el corazón del álbum y el clímax de la historia de rompimiento que atraviesa la mayor parte de su recorrido, «All Too Well», originalmente la pista número 5 en su listado de canciones y presentada también como una nueva versión de 10 minutos, en la que no solo se repiten los pasionales e inteligentes versos iniciales, sino que además, retoma bastante de su crecimiento como compositora y plasma la radiografía más completa que conocemos de aquel romance.
«All Too Well (10 Minutes Version)» es una decodificación completa sobre su con el actor Jake Gyllenhaal, y funciona como un núcleo en la historia porque repasa el frenesí de enamoramiento, las dudas y el rompimiento, pero también su perspectiva después de tanto tiempo, su reflexión sobre la diferencia de edad y la idealización; una canción cargada de citas memorables e icónicas para su imaginario narrativo.
En «Begin Again», la cantante reflexiona sobre el paso del tiempo ante su duelo romántico, y asume en consciencia total el cierre de aquella etapa, mostrándose optimista ante la posible aparición de un nuevo amor “un miércoles, en una cafetería, lo he visto comenzar otra vez” y tal vez este sea digno de reconocerse entre las líneas más dulces de «State Of Grace» “el amor es un juego despiadado, a no ser que lo juegues correctamente”
La clave de una buena historia puede ser en ocasiones su más dramática ingenuidad, y Taylor indaga en la profundidad de esas posibilidades, aprovechando todos los recursos que su composición conocía, por lo que, mientras un proyecto actual como «The Tortured Poets Department» encuentra grandeza en el lore y la reflexión adulta, «Red» fue un instante que le recordó a su joven audiencia que el duelo por desamor es algo cercano a un sentir universal.
Por lo tanto, sería injusto considerar el magnetismo de su pluma como una banal capitalización de sus rompimientos, porque en su núcleo, reconoce la importancia de la empatía en sentires tan complejos y humanos como los que aborda, y mientras se consolida como la estrella pop más grande de la historia, rara vez olvida que ese estatus no es ajeno a la conexión masiva, a través de poesía sobre una mujer aprendiendo a amar sin límites, pero también sanando su corazón con música, cada vez que se rompe.