
«Camden» de Gracie Abrams
Terminamos la primera semana de agosto y, como ya es costumbre, nos encontramos en otro domingo de gente triste. Esta vez viajamos al 2021, directo al corazón, con «Camden» de Gracie Abrams.
Hace unos años, antes de «The Secret of Us» y de «Good Riddance», Gracie Abrams escribía, en completa soledad y desde su habitación, lo que sería su segundo EP: «This Is What It Feels Like». Este trabajo seguía la línea vulnerable de su antecesor, «Minor», y, de distintas maneras, funcionó como un desahogo para la joven cantante, misma que atravesaba una lucha profunda con sus inseguridades y su autoimagen.
Entre los altibajos emocionales del EP, casi a la mitad, nos encontramos con «Camden», una balada que, desgarradora por sí sola, deja entrever los demonios internos de Abrams. Con una melodía suave, casi susurrada, Gracie confiesa desde los primeros segundos de la canción que no se imagina a sí misma más allá de los 25 años, haciendo una gran pregunta que marcaría la canción en su totalidad: ¿acaso podemos sobrevivir a nosotres mismes?
Reconociendo que no es buena para enfrentar situaciones difíciles, con «Camden» Gracie nos hace oyentes de un discurso lanzado al vacío, un sollozo silencioso sobre cómo su propia percepción la ha llevado a sentir que nada de lo que hace es suficiente, que todo lo que ha aprendido ha sido en vano. La insatisfacción y el ruego por ser vista aparecen en la frase “por favor, alguien note que lo estoy intentando”, repetida a lo largo de la canción como un pedido constante que resuena en quien escucha.
El deseo imposible de cumplir expectativas inalcanzables y la autocomparación que surge al ver que, aunque se sienta rota, el mundo sigue girando y todes parecen avanzar menos ella, dejan en evidencia lo abrumador que es convivir con los propios conflictos internos. Cayendo en un círculo vicioso entre el “¿debería?” y el “voy a fingir hasta que pueda aprender a disimularlo”, el discurso de la artista choca frente a frente con el miedo inevitable de crecer y enfrentar la vida adulta.
El silencioso ruego por ayuda se intensifica en el puente, mientras la invariable melodía, suma capas y elementos que refuerzan esa sensación de creciente agobio.
«Camden» es, sin duda, una de las canciones más sinceras y vulnerables del catálogo de Abrams; una pieza que, a día de hoy, cuando está por cumplir 26 años, le sigue pesando. En las ocasiones que ha decidido interpretarla, Gracie ha contado que prefiere mirar directamente a las personas, como un gesto de acompañamiento mutuo: un abrazo compartido, silencioso, pero cálido que busca y ofrece entendimiento.
La canción se vuelve esa compañera en los momentos cuando la soledad nos abruma, cuando sentimos que el tiempo avanza demasiado rápido o cuando no estamos satisfeches con nosotres mismes.
Siendo un espejo, «Camden» puede reconocerse como el reflejo de nuestros pensamientos más oscuros, pero también como una prueba de que, incluso en la confusión y el dolor, podemos encontrarnos con alguien que se ha sentido igual. Así se abre un espacio de empatía y contención que puede entenderse incluso sin hablar. Dejando ver, muy en el fondo, ese deseo profundo de poder sobrevivir a todo, pese a que en el mismo momento no seamos conscientes de ello.