«Breach» de twenty one pilots

28-09-2025 | Reseñas

el emotivo epílogo al universo musical de Twenty one pilots

Reseña por Bel (@bel.rc) y Valito (vxl.ink)

La última pieza del rompecabezas ya está aquí. Nos encontramos en el frente de batalla, en el cierre de una era que ha marcado a toda una generación. Tras diez años de enigmas, símbolos y resistencia, Twenty One Pilots nos presenta lo que parece ser el desenlace definitivo de la historia que comenzó junto a «Blurryface».

Con «Breach», Tyler Joseph y Josh Dun levantan la voz por última vez contra las murallas de DEMA. Esta vez no habrá vuelta atrás, es el final. Y en esta despedida, no caminan solos, nos llevan con ellos, a todos los que nos hemos mantenido firmes como leales banditos, en un viaje hacia la tan ansiada libertad.

Lo que alguna vez fue solo el inquietante rostro de «Blurryface», la personificación de nuestras inseguridades y sombras, se convirtió en la puerta de entrada a un universo mucho más grande y oscuro. 

Un mundo marcado por coordenadas ocultas, gobernado por obispos enigmáticos de tierras distorsionadas y por Clancy, el fugitivo, el eco de quienes nunca dejaron de resistir y quien, sin duda, sería el gran protagonista de este universo.

Ahora, su historia se entrelaza con la nuestra en un último capítulo. Prepárate, que la batalla recién comienza.

Dando inicio a la contienda, «Breach» nos da la bienvenida junto a «City Walls», una introducción que marca el tono de lo que está por venir. En ella, la lucha interna se hace más presente que nunca, y el intento por sobrevivir bajo el caos se vuelve inevitable. Con un coro que refleja el deseo de ser guiado, el protagonista busca encontrar el camino a seguir, aunque el silencio del otro lado nos enseña que, a veces, las respuestas solo las podemos encontrar en nosotres mismes. Conectando el pasado y el futuro, «City Walls» transmite esa sensación de desafío constante, como si cada paso dado fuera clave ante el enfrentamiento con los propios miedos y limitaciones.

El uso de la frase “Entertain my faith” / “Alimenta mi fe” nos recuerda, por un segundo, a «Holding on to You», pero con una diferencia clara: en este caso es el último intento, uno que no va a asegurar la victoria.

Con una energía muy similar a la de «Blurryface», entre gritos protagonizados por las hijas de Tyler Joseph y un sonido que acelera con la premisa de “La vida es simplemente una sensación que nunca disminuye”, nos recibe «RAWFEAR». Incluyendo algunas de las letras favoritas de Joseph y caracterizada por un puente distintivo en medio de toda la canción, que cambia completamente la atmósfera de la misma, esta pieza se despliega con una intensidad única. A lo largo de ella, la canción nos habla de cómo el miedo nos mueve, pero también nos impulsa hacia el doloroso cambio y el avance, mencionando cómo estos elementos son esenciales en la experiencia humana y cómo, de alguna manera, coexisten en nosotres, transformándonos en quienes somos hoy.

En palabras del mismo Josh Dun, «Drum Show», el segundo single de esta era, habla un poco de su experiencia lidiando con la ansiedad y el mostrarse más abiertamente hacia el mundo. Todo esto bajo la perspectiva de Tyler Joseph, quien, en un giro inesperado en la creación del álbum, convertiría esta canción en el manifiesto de Dun. En un acto de gran simbolismo, Dun se convierte en el protagonista al cantar durante el puente de la canción, siendo su debut de forma oficial en las versiones de estudio de la banda, dando un paso significativo hacia el cambio. Las vocales de Josh se acoplan perfectamente con la desgarradora voz de Tyler, dejando entrever no solo su crecimiento como artista, sino también la complicidad que ambos comparten.

“No me des por vencido” es el potente mensaje que transmite «Garbage», la canción que continúa esta travesía. Explorando el sentimiento de inferioridad, la canción se cuestiona: ¿realmente somos alguien que vale la pena? esto, acompañado de un sentimiento de inferioridad constante, deja ver en sus primeras frases al protagonista afirmando sentirse como basura.

El piano que acompaña la melodía no solo destaca de manera sutil, sino que nos da un espacio para comprender lo persistente que es este sentimiento de inferioridad. La lucha entre el propósito y la propia percepción de une misme se hace palpable. Al final, la vulnerabilidad se abraza, dejando ver el verdadero problema: el deseo de ser aceptade, a pesar de todas las dificultades que una persona puede estar enfrentando, dejando entrever una última pregunta: ¿Acaso alguien se quedaría?

«The Contract» sería el primer vistazo hacia Breach, anunciado con el mensaje: “Hola Clancy, hola Blurryface, terminemos esto”, a través de las redes sociales de la banda, contando con la participación de YUNGBLUD en la composición. 

Atrapades en una constante ansiedad y paranoia, la canción nos teletransporta a la vigilancia máxima, creando una atmósfera asfixiante que refleja la lucha interna por identificar lo que es real y lo que es creación de la propia imaginación. La presión se siente cada vez más fuerte, con un puente similar a «RAWFEAR», que nos arrastra a otro escenario, donde el caos y la confusión se vuelven más palpables, la canción refleja esa delgada linea de estar a punto de perderse a une misme frente a las expectativas y al juicio ajeno.

Con un sonido que deja entrever lo difícil de avanzar, similar a su antiguo trabajo «Regional at Best», y manteniéndose oculta por más de 14 años; nos encontramos frente a frente con «Downstairs», una canción que transmite la sensación de estar a la deriva, buscando desesperadamente un refugio emocional, dando guiños a la religión, una temática muy tocada por Twenty One Pilots en sus primeros años. Reflejando cómo cada intento por ascender hacia la superficie es constantemente contrarrestado por la presión que se siente en las profundidades y llevando a ver en las sombras el único lugar seguro y el único escape del mundo exterior.

La lucha con la propia identidad y la entrega hacia el otre, si este llega a mostrar siquiera un poco de afecto, se mezcla con una constante sensación de vergüenza. «Downstairs» se convierte así en una de las composiciones más complejas del álbum, donde la voz desgarradora de Tyler Joseph clama por piedad, pero no solo hacia el mundo exterior, sino también hacia sí mismo, mientras intenta separarse de los demonios que lo acompañan y poder llegar a la aceptación.

Llegando a la mitad del álbum, «Robot Voices» da un giro a la narrativa. Encontrada de casualidad por Joseph en Internet y originalmente escrita por Blanket Approval, Tyler decidió ponerse en contacto con la banda para poder experimentar con la canción, lo que concluiría con una versión totalmente renovada que su autor original, Shane Hagan, reconocería, al igual que el talento de Joseph.

Respecto a su letra y su ritmo mucho más “animado” en contraste con sus antecesoras, la canción aborda la complejidad de las relaciones humanas frente a la decepción de la humanidad y la dominación de las tecnologías, en las cuales encuentra un “refugio” artificial. Deja ver el miedo al amor, la vulnerabilidad y a los espacios más allá del aislamiento. «Robot Voices» funciona como un impulso para mirar hacia el exterior, encontrando un equilibrio antes de que sea demasiado tarde, llamando al mundo a experimentar y a no quedarse quieto frente a la incertidumbre o al temor de fracasar.

Tras un inicio intenso, la segunda mitad de «Breach» se sumerge en territorios aún más profundos, tanto en lo sonoro como en lo lírico.

La introducción de «Center Mass» retoma el famoso “drumgate” (denominado así por el clique), cuando, insólitamente, una fan en Mánchester se llevó uno de los tambores de Josh en pleno concierto. Ese audio funciona como punto de partida para una canción que Tyler considera su favorita del disco, aunque reconoce que puede ser difícil de digerir, ya que “pasan muchas cosas a la vez”. En ella, se describe a sí mismo como un blanco de inseguridades, “that part they aim for”. El caos instrumental, los rellenos de batería, los sintetizadores superpuestos y los giros abruptos refuerzan esa sensación de cargar con un peso abrumador.

Con «Cottonwood», el tono cambia hacia lo íntimo y lo nostálgico. La canción está dedicada al abuelo de Tyler, recientemente fallecido, y toma como metáfora el álamo que, una vez al año, suelta una pelusa blanca que le recordó a su cabello. La canción retrata la dificultad de vivir el presente cuando el pasado se impone con fuerza. Versos como “I look back in time through a telescope” o “You tore me up more than you know” evocan la experiencia de duelo, pérdida y arrepentimiento. El resultado es un himno conmovedor, quizás el más personal del disco.

La energía regresa con «One Way», uno de los cortes más pegajosos de todo el álbum. Su bajo contagioso y su coro expansivo lo convierten en un respiro antes del siguiente golpe emocional. El final incluye un mensaje de voz de Josh preguntando a Tyler por el “cambio de vibra”, lo que enlaza directamente con «Days Lie Dormant». Esta, a su vez, abre con un instrumental brillante que acompaña una interpretación vocal desgarradora: el conflicto entre la vida en gira y la añoranza por estar en casa. Tyler canta: “cause I just can’t afford it to waste my time inside a place you’re not”, resumiendo la tensión entre vocación y vida personal.

En la recta final, «Tally» emerge como una de las canciones más potentes del repertorio. Su fuerza recuerda a la época de «Vessel» y «Regional at Best», pero con una madurez renovada. La letra narra la lucha de Clancy por escapar de Dema, mientras Torchbearer mantiene la fe en que podrá lograrlo. El clímax llega con un grito doloroso de Tyler que condensa rabia, miedo y esperanza en un solo instante.

El cierre llega con «Intentions», quizás la pieza más simbólica del disco. Su base instrumental en reversa está tomada de «Truce», la canción que en «Vessel» representaba la esperanza y el recordatorio de “mantente con vida”, pero aquí se resignifica con un mensaje contrario. Si «Truce» era un parche curita, «Intentions» es la herida abierta. En el video de «City Walls» se escucha al final mientras Clancy pierde la batalla y se convierte en obispo, simbolizando la derrota. No obstante, lejos de un final cerrado, la canción sugiere que siempre habrá una lucha constante contra los demonios internos. El contraste entre ambas piezas convierte a «Intentions» en un broche desolador, un recordatorio de que la fragilidad también forma parte de la narrativa de Twenty One Pilots.

En conjunto, «Breach» reafirma que este es el trabajo más complejo y emocional del dúo hasta la fecha. Entre la vulnerabilidad y la crudeza, Tyler y Josh entregan un cierre cargado de simbolismo, donde cada canción añade una pieza esencial a la historia de Dema y, al mismo tiempo, a la evolución artística de la banda.

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