
Tokio Hotel en Chile: Una adole(s)cente espera
Reseña por @showmelights
Fotos por @crisrock_photography (vía @atenea.events)
El pasado martes 10 de diciembre, en el Teatro Caupolicán, Tokio Hotel finalmente se presentó en nuestro país luego de 14 largos años. Y es que no es que la banda no haya querido volver a ver a su público chileno, pero luego de haber tenido que cancelar sus shows en el 2015 y 2020, la espera se extendió. De todas maneras, el fandom de Tokio Hotel es, sin duda, uno de los más fieles y por su lado, la banda demostró que la espera valió la pena.
La emoción se hizo notar incluso antes del show, con un público ansioso que al más mínimo sonido de la batería, las pruebas de humo o movimiento en el escenario, gritaba, haciendo que la ansiedad creciera y que los minutos se hicieran un poco más largos, cosa que se extendió debido a los veinte minutos de retraso del show. Esto hizo que la expectativa aumentara, ya que en cualquier minuto podía empezar.
Comienza a sonar la intro del concierto, con un gran telón que cubre todo el escenario y solo nos permite ver las luces y la pantalla de fondo con el texto “Tokio Hotel” y con eso, comienzan los gritos ensordecedores junto con la primera canción «White Lies», que fue coreada de principio a fin.
En el público se pueden ver a personas de todas las edades, madres y padres con sus hijas, adultas que tenían que trabajar al día siguiente y adolescentes que quizá hoy no fueron al colegio. Sin embargo, la edad no importaba, en nuestros corazones todas éramos esas adolescentes escuchando Tokio Hotel por primera vez. El reencontrarse con una banda así, siempre es un momento mágico y muy personal que remonta a cada persona a un recuerdo, o para las personas más jóvenes, la emoción de ver a una de tus bandas favoritas por primera vez.
El show que traían lo incluía todo, visuales, cambios de vestuario y un setlist en su justa medida, que, aunque siempre se pueden incluir más canciones, este consideraba la mayoría de sus trabajos y sus hits. El concierto comenzó por canciones como «Automatic», «The Heart Get No Sleep», «Girl Got a Gun» y «World Behind My Wall».
Luego de «Feel It All», Bill Kaulitz, su vocalista, hace una pausa para dirigirse a su público diciendo “muchas gracias”, confesando que es lo único que sabe decir en español. De todas maneras, aprovecha el momento para agradecer la fidelidad y apoyo incondicional de sus fans, haciendo hincapié en que demoraron 14 años en volver a presentarse en Chile y admitiendo que éramos el mejor público del tour (cosa que esperamos no hayan dicho tan seguido).

Tras presentar «Home», y un cambio de vestuario, entramos de lleno en el momento acústico del show, donde los hermanos Kaulitz son el foco principal, presentando primero «Schwarz», donde Bill pregunta a sus fans si quieren escucharla en alemán o en inglés, y pese a que al parecer la tendencia era por la versión alemana, ante la indecisión, dice que por esta vez será en inglés. Un nostálgico y mágico momento al tratarse de una canción del 2006. Esta emoción continuó en «Just a Moment» con el público lleno de flashes encendidos.
Después de este momento tan íntimo y un nuevo cambio de vestuario de su vocalista, seguimos con «Run, Run, Run» y «HIM», canción donde Bill cuenta que la escribió en un momento donde tenía el corazón roto, como siempre lo está, según él, comentando además que el amor le resulta un poco difícil, con el ánimo de intentar suavizar y agregar un poco de risa, pese a lo triste que pueda llegar a ser ese sentimiento.
Llega uno de los momentos más emotivos e importantes del concierto, donde Bill menciona que viene una canción antigua que escribió a los 17 años y que de alguna forma, salvó su vida. Se trata de la versión alemana de «Don’t Jump»: «Spring Nicht», la cual fue cantada, gritada y por sobre todo, llorada.

Luego de secarnos las lágrimas, volvemos al entusiasmo con «Easy» para luego bailar con «Love Who Loves You Back» y «What If», y dar paso a una canción “para los og fans” en las palabras de Bill: una versión electrónica de «Darkside of the Sun», para ir cerrando esta parte del show con el cover que realizaron para Disney de «Colors of the Wind».
De todas maneras, faltaba la canción estrella «Monsoon», por lo que aprovecharon el encore para descansar antes de volver al escenario con su sencillo emblema. Esta no solo fue cantada y gritada a todo pulmón junto con la banda, sino que Tokio Hotel hizo una pausa para que su público le cantara de vuelta, momento que le estaba dando broche de oro a la noche. Finalmente, la canción encargada de cerrar la jornada fue «Runaway» de su último álbum «2001».
Esperamos que esta vez y tal como nos prometieron, no demoren 14 años en volver y así, poder disfrutar de otras antiguas canciones, así como las nuevas que están por venir y sentirnos, aunque sea por una noche, adolescentes otra vez.