«Run Away With Me» de Carly Rae Jepsen
Una de las emociones más conmovedoras que pueden experimentarse a través de la música, es al encontrar una de esas canciones que se sienten como un código especial para compartir con las personas que más queremos, como si fuese posible encapsular emociones vibrantes o amores intensos y fluorescentes, en los pocos minutos que dura una pista.
Ese sentimiento de amor universal prevalece en la canción que protagoniza el especial de hoy. Poética en su directa convicción amorosa y tan nostálgica a través de la química perfecta entre versos, estribillo y puente, «Run Away With Me» redefinió el espíritu creativo de su autora Carly Rae Jepsen, antes de convertirse en una de las canciones pop más aclamadas de la década pasada.
Hace ya una década, la cantante y compositora canadiense lanzó un emotivo tema en el que combinaba sintetizadores vibrantes y un riff de saxofón sutilmente distorsionado, para intentar canalizar en una sola pista la inmensa potencia de un enamoramiento vivaz.
«Run Away With Me», que inicialmente se consolidó como un clásico juvenil para playlists románticas, eventualmente podría percibirse como una detallada radiografía de la música pop en su contexto, como si se tratase de una fotografía panorámica de su instante musical.
El nombre de Carly Rae Jepsen antes de 2015 pasaba el infortunio de ser apenas reconocido por el público general, uno de esos casos en los que un hit masivo se impregna en la memoria colectiva, pero sin generar la estabilidad suficiente para catapultar todo el catálogo de su intérprete.
Muchas personas cercanas a los éxitos radiales de inicios de la década podrían reconocer la tonada de «Call Me Maybe», una juvenil y divertida canción pop con uno de los estribillos más representativos de su momento, una canción veraniega que a la fecha se mantiene como una de las primeras que saltan a la memoria cuando se evoca en la memoria a los éxitos de 2012.
Tras haber obtenido un éxito como ese en su segundo trabajo discográfico «Kiss», Carly Rae Jepsen se tomó el tiempo para moldear su siguiente proyecto, y contra toda expectativa, rechazó completamente la posibilidad de repetir aquella fórmula funcional pero casi ausente de su personalidad. Así, poco a poco, uno de los clásicos pop de la década iba tomando forma; su tercer álbum «Emotion» sería un punto de inflexión para ella, así como una importante transición para la percepción crítica del pop femenino.
El álbum fue presentado por «I Really Like You», una pista brillante y directamente atractiva para la percepción radial del momento, sin embargo, no es representativa de lo que establecería el álbum en un sentido más concreto, y aunque parecía coquetear con la idea de convertirse en un éxito exponencial, los siguientes adelantos confirmaron que Jepsen estaba buscando con mayor profundidad en las posibilidades de la canción pop.
Y nada es más definitorio de tal transición que la pista introductoria y segundo sencillo oficial del álbum «Run Away With Me», una canción pop perfecta en todos los aspectos, un giro completo para su presentación como artista frente al público general, con una producción clásica y vibrante para un hit pop de la época, pero con una carga emocional muchísimo más definida. Una captura perfecta del enamoramiento y el sentimiento de confidencia y pertenencia junto a una pareja.
Los años dorados de las grandes divas pop comenzaban una transición en la que cada una se transformaría hacia vertientes más conceptuales y herméticas, experimentos más personales en contra de la expectativa de un público masivo.
En cierta medida, el estribillo enérgico de «Run Away With Me» parece evocar los últimos suspiros de un pop saturado en rosa pastel, apenas reminiscente pero emocionalmente cercano a la vibra jovial y brillante de un «Teenage Dream» de Katy Perry.
Los años venideros para la música pop, se caracterizaron por una tendencia hacia las composiciones más cautivadoras, aquellas que impactaron de manera masiva en los corazones de miles y millones de adolescentes viviendo sus vaivenes amorosos. Con el tiempo, los intermitentes sintetizadores del «Melodrama» de Lorde, evolucionaron hacia el agridulce acceso al diario personal de Olivia Rodrigo en su «SOUR», pero la constante siempre fue aquella impetuosa emotividad.
«Run Away With Me» puede colocarse como una de las canciones pop más especiales e icónicas de la década de los 2010 porque su pulsante melodía, acompañada de una poesía vulnerable, pero entregada en cuerpo y alma a su amor, se desarrollaban desde 2015 a través de una noción musical que presagiaba desde un encanto indiscreto, el protagonismo del sentir emocional, la pasión adolescente y los más brillantes colores de una nostalgia construyéndose en tiempo real.
La canción significa una declaración amorosa ferviente, una invitación al escape pero también, un solemne susurro a mantener la mágica calidez de un abrazo tan dócil que te recuerda la humanidad que hay en ti. Es una celebración del acto de entrega y la casualidad encontrando amor en la honestidad de un enamoramiento.
Carly Rae Jepsen entregaba lo que para muchísimos críticos especializados fue una de las canciones pop más remarcables de su año; lo que para ella fue una inflexión entre el pop radial y las canciones matizadas con emoción intrépida; y para su generación, fue un instante musical único, uno que si no transporta a la nostalgia inmediata de su época, expresa entonces entre sus sublimes melodías, un jovial abrazo, tan sincero y cálido como creativo y soñador.