
«Somebody» de Depeche mode
Un clásico indiscutible para algunes o un descubrimiento que abraza aquellas noches de melancolía para otres; esa es solo una forma de empezar a definir la canción que nos reúne en este último domingo de gente triste de, este eterno, enero. Con un abrazo a la nostalgia y destacando, una vez más, el legado de una banda que ha dejado una huella profunda en la vida de muches, hoy hablaremos de «Somebody» de Depeche Mode.
Corría el año 1984, cuando la banda británica Depeche Mode publicaba su cuarto álbum, «Some Great Reward». En medio de la experimentación sonora y lírica, este álbum marcaría un cambio hacia una estética mucho más cruda, mientras los elementos electrónicos, cada vez más oscuros, comenzaban a reflejar la propuesta que la banda buscaba alcanzar.
Entre los sintetizadores que acompañan la temática social, religiosa y política del álbum, «Somebody» emerge con un piano como único acompañante, ofreciendo una atmósfera de vulnerabilidad.
La canción, interpretada por Martin Gore, explora la fragilidad humana cuando se enfrenta a la soledad, desnudando nuestra perspectiva frente a la frustración y el enojo hacia un mundo que nos parece indiferente y distante.
Con sonidos que incluyen latidos y el constante murmullo de personas a su alrededor, «Somebody» juega con la sensación de intimidad y de invisibilidad ante el resto del mundo, mientras le protagonista expresa su más profundo y efímero deseo: ser comprendide.
Distinguiendo la importancia de la independencia personal, en «Somebody» le narrador destaca que las verdaderas relaciones humanas no nacen del deseo de cambiar al otre, sino del entendimiento mutuo. Concluyendo que, independiente de sus anhelos, rechaza las expectativas falsas impuestas por la sociedad, negándose a lo artificial. La letra sugiere que lo perfecto no es lo que realmente necesitamos, sino lo real.
Pero, también la canción incluye autocrítica, reconociendo en sí misme el descontento que siente con su propio ser, algo que va más allá de la compañía, con la necesidad pendiente de sanar su autoperspectiva. Casi al final, nuestre narrador toma un momento y habla, además, de lo irreal y fantasioso de sus anhelos, pecando por buscar lo que elle sabe que no existe y de lo que se estaba quejando, reflejando no solo la fragilidad, sino también dejando ver lo contradictorio que puede llegar a ser el ser humano.
A más de treinta años de su lanzamiento, y pese a que «Somebody» nunca fue publicada como un single oficial, se ha convertido en una de las canciones más queridas por el público. Su simplicidad y sutileza destacan entre el vasto repertorio de Depeche Mode, siendo un desahogo necesario, un recordatorio constante de que, a pesar de todo, está bien dejar salir aquellos sentimientos que, por miedo, solemos reprimir.
Siendo de ese tipo de canciones que te acompañan independientemente del contexto o el lugar, «Somebody» se vuelve una joya atemporal, capaz de conmovernos profundamente pese a los años, abrazando la belleza simple del ser humano, convirtiéndose en un himno de reflexión y conexión personal.