
A 5 años de «how i’m feeling now»
música hyperpop y emotividad queer en la virtualidad de la pandemia
Reseña por Daniel Fernández
Si la Tierra fuese invadida por extraterrestres melómanos ansiosos por recorrer nuestras creaciones musicales, su expresión de sorpresa sería invaluable al descubrir la intensidad melódica que puede resguardar aquel álbum con una chica posando sensualmente en su portada. Y es esa una de las cúspides más esenciales del hyperpop femenino, su abrazo a la brutalidad estética y disruptiva de la electrónica hecha por artistas que además, posicionan su arte como simbología feminista y queer, al mismo tiempo que se atreven a desnudar su corazón y adornarlo con arreglos metálicos y trances burbujeantes.
En mayo de 2020, Charli xcx ofrecía una selección de canciones hechas en casa como prueba tangible de que podríamos brillar en nuestras propias habitaciones y dominar nuestros demonios en consciencia de que en algún momento volveríamos a salir para enamorarnos, bailar hasta resplandecer en el club y seguir corrompiendo las normas arcaicas del cis-tema con nuestra originalidad, incluso detrás de la cálida seguridad de nuestros auriculares a todo volumen.
«how i’m feeling now» fue lanzado un día como hoy, enmarcado por un concepto colaborativo, realizado en 6 semanas junto a fans, demos y experimentación sonora que terminarían convirtiéndose en el soundtrack de nuestro confinamiento, así como una pieza fundamental de la música hyperpop, hoy celebramos su quinto aniversario y el lanzamiento del nuevo video de «party 4 u».
Los años de pandemia representaron una pausa para cualquier cotidianidad conocida, sus estragos emocionales resuenan aún en nuestros corazones y el arte se vio directamente influenciado por el exceso de tiempo libre. Fuese por la inevitable introspección, las guerras contra la densidad de pensamientos o el existencialismo mismo, las formas en que la creatividad fue capaz de procesar tal incertidumbre resultaron clave en la definición del lenguaje cultural de la década en curso.
La artista británica Charli xcx había consolidado ya, un claro estatus de icono en el pop vanguardista entre los burbujeantes sintetizadores de «Vroom Vroom» patentados por SOPHIE, el manifiesto de saturación computarizada en su mixtape «Pop 2» y la incesante parranda creativa de el proyecto homónimo, pero es como si todas esas nociones de exceso artificial y explosión digital estuviesen aún buscando su destino más trascendental.
Ella misma comentaba en esa época sobre la posibilidad de extraer el espíritu rebelde del mítico EP que la introdujo a las periferias del pop experimental y maximizarlo hasta su versión más desafiante, fue entonces que los bosquejos de «how i’m feeling now» se materializaron a través de la nostalgia que evocaba un mundo paralizado, la potencia del romance en su alma y por supuesto, su ambicioso perfeccionismo, tan consciente de sí, que el proyecto nacería de un arriesgado reto personal a contrarreloj.
Cuando Charli compartió con sus fans la dinámica colaborativa con la que imaginaba la arquitectura de su cuarto álbum de estudio, su nicho ya le otorgaba devoción máxima a su trabajo como exposición creativa, en tanto que, su participación a través de videollamadas en Zoom en las que se definían las líricas de las canciones, los cientos de increíbles ediciones fotográficas que competían por convertirse en las carátulas oficiales de los sencillos y la mera compañía en el proceso, venían de una íntima conexión de la artista con sus oyentes.
La cultura es capaz de moldear al espíritu, y mientras SOPHIE, Charli y A.G. Cook confrontaban la tarea de inyectar con sensibilidad a las texturas más rígidas de sus sintetizadores, miles de jóvenes queer encontraban un resguardo de la cruda e intolerante violencia del mundo real, a través de sus audífonos al reproducir frecuencias agresivas. Un hyperpop que al cerrar los ojos, les transformaba en hadas eléctricas, alienígenas pixelados y entes de colores desconocidos, tan descaradamente auténtiques como excesivamente humanes, incluso dentro de tal teatralidad futurista y virtual
El resguardo por la inquietante cuarentena trajo consigo un instante de introspección inusual, la oportunidad de cuestionar las estructuras identitarias desbordó como cascada a la interrogante del género. El consenso patriarcal y binario del mundo parecía una caricatura impersonal y les aventureres emocionales encontraron la conveniencia de plasmar el dibujo más preciso posible de sí mismes. Uno que coexistió con el dramatismo y rareza de las comunidades de internet, les biches rares, gaymers y geeks.
En consecuencia, lo que superficialmente podría parecer una compilación musical de notas emocionales, críticas personales y cartas de amor robotizadas, resguarda en su núcleo en realidad, una detallada captura sentimental de un sector generacional confrontando al miedo con arte, la violencia con voracidad melódica y la preocupación con la esperanzadora promesa de que volveríamos a estar bien.
«Como me siento ahora» introduce al oyente con una sensual interpretación del borde radical de los 100gecs en «pink diamond», asumiendo la responsabilidad total de crear una de las piezas más emblemáticas de deconstructed club, al radicalizar sus rarezas. “En la vida real, ¿Podría el club siquiera manejarnos?” El delirio por abstinencia de aquella libertad en la vida nocturna, se funde en un bucle metálico que cierra con un derroche de melancolía agresiva antes de permitirnos conocer la vulnerabilidad romántica de Charli.
En contraposición, algo que caracterizó a las 6 semanas de creación, conceptualización y masterización del proyecto, fue una celebración del amor como fuerza infinita. Mientras «forever» entrega una sensible promesa de trascendencia romántica con una colorida base de bubblegum pop y un vídeo collage de amor entre fanáticos; los versos de «claws» enmarcan un enamoramiento devoto en medio de un hiper caótico paisaje sonoro, construido por la producción de Dylan Brady y en dónde las burbujas metálicas colisionan ante un fervor apasionado “me gusta todo de ti.”
A medida que avanza el tracklist, la vulnerabilidad atraviesa con mayor fuerza a la escucha, «7 years» y «detonate» perfilan aristas más sinceras en la narrativa del álbum. En tanto que, la primera lo hace en una electro balada ultra cursi con montones de coloridos arreglos, la segunda parece más bien, una transcripción directa de los pensamientos ansiosos de su autora entre bucles de sintetizadores tan magnéticos que llegan a proyectar el desorden e intensidad de tal flujo emocional. “No confío en mí sola, ¿por qué habrías de amarme?”.
El caos instrumental parece ceder su protagonismo en totalidad hacia las notas más personales del conjunto. «enemy» indaga en el miedo de ser conocida en totalidad por una persona y se introduce como un eslabón indefenso en el que se profundiza la espontaneidad del álbum con la adición de una nota de voz de Charli grabada posterior a sus sesiones personales de terapia: “se sintió correcto incluirlo como una especie de momento real, uno en el que tienes dudas reales sobre ti misma.”
«i finally understand» cierra el bloque romántico de «how i’m feeling now» con una nota completamente íntima y melódicamente desnuda, en donde la producción sutil del británico Palmistry precede a la completa inmersión hyperpop de «c2.0», un remix radicalmente transformador de su clásico de 2019 «Click» que se caracterizaba por ser un testimonio de empoderamiento y seguridad colectiva entre pares, mientras que esta nueva versión contiene una inyección de nostalgia pura por tales memorias.
En «c2.0» escuchamos la voz de Charli modificada con el efecto de autotune más intenso del que se tenga registro en su discografía, hasta que el loop de repetición de su voz como un elemento sintético en la mezcla, explota en un resplandor de recuerdos agridulces junto a sus amistades “les extraño todas las noches, les extraño a mi lado, atrapando mis lágrimas al llorar.”
Pero si hay algo que materializa el alma vanguardista en el álbum, es su segmento de cierre, inaugurado por el nuevo clásico «party 4 u», una brillante producción de A.G. Cook que inició su travesía como posible lanzamiento desde que se interpretaba en vivo en 2017, para después encontrar su lugar en este tracklist de añoranza fiestera y finalmente ser reconocida por la nueva gran ola de fans que Charli adquirió con el lanzamiento de «BRAT» en 2024, quienes elevaron la canción a un grado tal, que posee ahora un vídeo musical lanzado en conmemoración de su quinto aniversario.
La influencia de texturas agresivas propia del estilo de los 100gecs alcanza otro ápice en «anthems», la segunda colaboración de Brady y en la que Charli captura la intensidad del deseo por ese espacio en el que se alcanza una libertad genuina, entre el calor de los cuerpos, el flirteo y los decibeles reventando nuestros oídos y alcanzando nuestra piel con sus notas más graves. La fiesta y sus himnos inmortales: “finalmente cuando esto acabe, podríamos estar, incluso más cerca”.
En gran medida, «how i’m feeling now» surgió de la resistencia ante la incertidumbre, la creatividad frente a la monotonía y también, la valentía de ser vulnerable. Tan incierto parecía el destino en ese momento, que incluso la seguridad de la compañía amorosa parecía un riesgo inevitable. Uno que aún así nos atrevemos a correr, porque incluso así bailamos e incluso así nos enamoramos.
«visions» es el testimonio concreto de esa dualidad en la incertidumbre en dicha época, la proyección de imágenes de días mejores, en los que una conexión profunda y auténtica se convierte en el visual central en la pista de baile: “no puedo cambiar lo que siento, nunca había visto el futuro tan real, pero quizá únicamente estoy fantaseando, creo que al fin me he dado cuenta».
El álbum cierra transformando uno de sus momentos más dulces en sublime corrosión cibernética, las melodías estallan en un segmento de techno industrial en el que Charli ostenta la seguridad de haber alcanzado el fin último de la música electrónica.
Dicho trance instrumental se desenvuelve con una naturaleza ficticia, un artificio sintético que se infecta de humanidad cuando el cuerpo responde a su tensión. Con «visions» puede apreciarse la pasión sensorial que persigue la música electrónica más arriesgada, un instante de unión pasional entre el corazón palpitante del oyente y la posibilidad que ofrece la máquina.
Y probablemente ese sea el mayor tesoro que resguarda el cuarto trabajo discográfico de Charli xcx como una de sus piezas más monumentales: el resultado de un anhelo ferviente de fusionarse con el ritmo de los sintetizadores y otorgarles una cúspide emocional a través del baile y la oposición queer de sus oyentes a las normas cis hetero patriarcales en el mundo real.
Actualmente Charli xcx se ha ido desconectando de la efervescencia intensa del club deconstruido a medida que ese lapso queda plasmado en la historia de la música, pero su reconocimiento como precursora se sostiene con firmeza en los 37 minutos del «how i’m feeling now», un diario personal futurista, tan colaborativo como vulnerable y construido en tiempo récord, con la compañía de miles de fieles seguidores descubriéndose a sí mismes en medio de la inquietud del cambio y la posibilidad revolucionaria del amor.
«how i’m feeling now» es indudablemente una de las recopilaciones más efectivas del ánimo adolescente durante la pandemia, una colección que permitió transformar las inseguridades personales de la icónica artista en cantos de fortaleza que nos conmovieron a través de su libertad instrumental y autenticidad.
Es un florecimiento de creatividad contemporánea que sucede en un lapso de incertidumbre para la historia mundial que impactó en la creciente cultura de la virtualidad, aquella que se constituye con los sentires y anhelos de individuos cada vez más conscientes de la belleza que guardan sus particularidades y quienes en este preciso instante están compartiendo, a través de sus canciones favoritas, el cómo se sienten ahora.