Reseña por Valito

El estrellato es algo que muches buscan alcanzar, rodearse de las más grandes influencias y celebridades del mundo, miles de fans gritando tu nombre y, sobre todo, obtener el prestigio que viene acompañado de todo aquello. Pero, más allá del glamour, existe la otra cara del éxito: el agotamiento y la sobreexigencia que aparecen en el día a día y que, de pronto, te hacen cuestionar incluso tu verdadera esencia.

Eso es lo que, en casi 20 años de carrera, 5 Seconds of Summer ha tenido que aprender. Entre el éxito mundial, las críticas de los medios de comunicación, ser considerados la peor banda durante dos años consecutivos y un sinfín de rumores y polémicas, nada ha pasado en vano. 

Con un sonido similar al de sus primeros álbumes, junto a una vibra digna de los 2000 y distanciándose por completo de su introspectivo antecesor «5SOS5», «EVERYONE’S A STAR» nos recibe con la canción que le daría nombre al álbum. El deseo de destacar, sentirse especial y conectar con une otre, se hace presente desde el primer momento. «EVERYONE’S A STAR» nos introduce a los reflectores con la premisa de que, sin importar quién seas, puedes llegar a ser una estrella, pero solo si estás dispueste a quedarte.

Satírica, divertida y con momentos influenciados por Gorillaz, nos encontramos con «NOT OK», el primer single de esta era, que nos invita a abrazar ese lado oscuro que tanto buscamos ocultar. La búsqueda de la perfección, el buen ejemplo y la distinción se corrompen entre un sonido rápido y contagioso que nos enseña a liberarnos de las ataduras, recordándonos que ser imperfecto es humano y que sumergirse en expectativas ajenas solo conduce a la distancia y al aislamiento.

Continuamos este paseo por la fama junto a «Telephone Busy», que, con un sonido envolvente, nos habla de la superficialidad de las relaciones. Lo efímero y el deseo se encuentran, pero todo ello en medio de la confusión, mostrando lo hipócritas que pueden llegar a ser las relaciones humanas y lo agotador que resulta, a veces, entablar una conexión con une otre.

Pero la canción no se queda ahí: durante sus versos, el protagonista hace un mea culpa, reconociendo que parte del deterioro de sus relaciones se debe a su propia falta de claridad, sobre todo en un mundo que parece no dejar de girar. «Telephone Busy» termina convirtiéndose en un espejo de las relaciones modernas, impulsadas y desconectadas por la tecnología y el ritmo acelerado del mundo.

¿Qué pasaría si decidieras adoptar todo aquello con lo que te han asociado para volverlo a tu favor? Algo así ocurre con la canción que nos recibe a continuación. Haciendo alusión a, y burlándose un poco de la imagen errónea que los medios han construido sobre su carrera, llega «Boyband», el segundo y polémico single de esta era.

En él, se habla de la superficialidad y de ser visto como un objeto de consumo en un mundo que no te percibe como un ser humano real: un objeto de deseo, alguien admirable pero inalcanzable. Además, expone el doble filo del anhelo de ser visto de esta manera entre referencias al amor por la juventud y la belleza frente a cualquier imperfección.

«Boyband» nos presenta las dos caras del fanatismo: ese amor y obsesión que se hacen presentes, creando una relación codependiente, adictiva y difícil de abandonar, incluso cuando ya se sabe que puede llegar a ser dañina.

Pero esta no sería la única vez que este tema aparecería a lo largo del disco. Con un sonido más alineado al rock, «No. 1 Obsession» continúa esta narrativa: la serotonina de encontrar algo que te gusta, pero también lo frágil y desechable que puede volverse debido a las tecnologías y a la cultura de la inmediatez. El llamado de atención, la búsqueda de miradas y de permanencia se hacen presentes, representando una vez más esa relación ambigua y codependiente entre la fama y el sentirse amado.

De este modo, la canción crea una atmósfera llena de energía, pero también de profunda reflexión sobre lo mediático y lo consumista del espectáculo.

A medida que avanzamos, el ritmo baja y nos encontramos con «I’m Scared I’ll Never Sleep Again». Las voces de Luke Hemmings y Calum Hood se contrarrestan en un momento completamente vulnerable. De manera suave y directa, la canción nos habla del efecto que tienen las personas a lo largo de nuestra vida, convirtiéndose en un testimonio sobre lo poderoso del amor y lo devastador del anhelo y la pérdida. Un punto que marca muy bien la transición del álbum hacia su segunda mitad.

Un poco más adelante, «istillfeelthesame» mantiene viva esta representación del anhelo y la complejidad de las relaciones humanas, entregando una perspectiva más centrada en la lucha por mantenerse presente para la otra persona a pesar de todo. La canción invita al oyente a reflexionar acerca del impacto de los vínculos humanos y lo complejo que nos volvemos al momento de hablar del amor, desarrollando en la canción, con un ritmo mucho más acelerado que su antecesora, una representación del juicio y de la ansiedad.

Con un ritmo muy similar a los proyectos solistas de Hemmings, quien, además, se dedicaría a una gran parte de la letra, aun cuando reconoce que nunca admitiría realmente de qué trata, avanzamos junto a «Ghost», una balada que se detiene para exponer la lucha con la propia identidad. La representación de nuestros defectos como fantasmas que nos acompañan genera un miedo hacia nosotres mismes.

La autodestrucción y la imposibilidad de escapar se hacen presentes, convirtiéndose en las grandes protagonistas de la canción, que nos invita a reflexionar sobre nuestro propio desarrollo y las sombras que cargamos a lo largo del camino.

¿Hasta dónde puede llevarnos el temor de enfrentarnos a nuestras propias inseguridades? «Ghots» se abre ante esta pregunta, admitiendo el miedo a perderse, pero también el miedo a no saber cómo seguir adelante. Algo que refuerza lo humano y vulnerable que la banda busca mostrar a lo largo de esta era.

Con un ritmo mucho más animado, pero con una letra que refleja un sentimiento bastante similar, nos recibe «Sick of Myself». ¿Alguna vez te has sentido atrapade en tu propia piel? Eso es precisamente lo que afirma la canción: el deseo de ser alguien más y escapar, aunque sea por un momento, del peso de nuestra propia existencia. La insatisfacción con la identidad y el sentimiento de vacío se intensifican a medida que la melodía avanza, acompañada por una guitarra sorprendentemente alegre que genera un contraste entre lo que mostramos hacia el exterior y cómo nos sentimos por dentro.

Todo esto cambia cuando aparece la imagen de otra persona que, a pesar de todo, nos acepta tal como somos. Surgiendo entonces el deseo profundo de que su presencia no se pierda, casi rogando que se quede.

Acercándonos ya al final del álbum, «Evolve» es un viaje en sí misma: enérgica, divertida y bastante irónica, esta canción corta momentáneamente la narrativa de la lucha con la identidad y nos habla del empoderamiento. Pero no del empoderamiento de la banda, ni de los músicos, ni siquiera de lo masculino, sino de una forma de honrar a su fanaticada, que, según ellos, es en su mayoría femenina, jugando con la idea de que las mujeres maduran mucho más rápido que los hombres.

Con líneas como: “sé que puedes hacerme un hombre de un mono” y “sé que para amarte debo evolucionar”, la canción se refiere a la inmadurez masculina y destaca la figura femenina como alguien en un nivel superior. Así, «Evolve» se convierte en un momento divertido para les fans, quienes hasta ahora han destacado esta canción dentro del tracklist, resguardando la imagen femenina como un signo de poder, más allá de lo reconocido.

Junto a la colaboración de Jake Sinclair, productor de «She Looks So Perfect», y con un sonido marcadamente rockero, «The Rocks» se roba los reflectores. La soledad y el sacrificio son la temática principal de la canción, representadas de una manera íntima al hablar de reflexión, arrepentimiento y vacío, pero también abriendo un espacio profundamente empático.

El acto de “lanzarse a las rocas” se convierte en el eje central del relato: al ver el dolor ajeno y reconocerlo como propio, el protagonista decide lanzarse junto a la otra persona, no para caer, sino para que esa persona no se sienta sola. Para que, aunque sea por un instante, pueda sentirse acompañada, tal como alguna vez el protagonista también necesitó.

Así, «The Rocks» invita a todes a reconocer la importancia de la conexión humana, especialmente en estos tiempos marcados por la soledad, valorando la compañía frente a todo malestar.

Y así, sin darnos cuenta, llegamos al final. La última parada está representada por «Jawbreaker», una canción que nos habla del cambio: del tránsito entre el vacío y la exploración de algo nuevo, y de cómo son, precisamente, aquellos acontecimientos inesperados los que terminan marcando nuestra vida.

«Jawbreaker» funciona como un cierre simbólico, mostrando que, incluso los golpes más duros pueden convertirse en el punto de partida hacia una transformación personal. Es un recordatorio de que, aunque el camino duela o se vea oscuro, siempre existe la posibilidad de encontrar algo nuevo por lo que seguir avanzando y que, sin importar qué pase, no sabemos qué puede estar esperándonos allá afuera el día de mañana.

Evolucionando desde sus raíces hasta ahora, «EVERYONE’S A STAR» es una exploración del crecimiento, del precio de la fama, de estas relaciones de doble filo y de cómo, pese a todo, 5 Seconds of Summer ha sabido aprovechar cada oportunidad que se les ha presentado. El álbum nos enseña que muchas veces el camino no será fácil, pero que siempre vale la pena comenzar una vez más.

Lleno de color, energía y sonidos bastante distintos entre sí, este álbum funciona como una catarsis para la banda que, a lo largo de todo este tiempo, ha dejado su huella en el mundo. Es la representación perfecta de su legado y de cómo, incluso después de dos décadas, siguen encontrando nuevas formas de brillar, de reinventarse y de mostrarse tan humanos como siempre, entregando un trabajo completo que, sin duda, dará mucho de qué hablar.