«The Drugs Don’t Work» de Richard Ashcroft
Las fiestas de fin de año son un periodo de aparente alegría, pero en muchas realidades también son días que enfatizan la pérdida y ausencia de aquellas personas que fueron importantes en nuestras vidas.
A lo largo de las décadas, varios artistas han abordado el duelo en su música, pero en los 90, durante el ocaso del britpop, Richard Ashcroft compartió una balada que encontró su lugar como himno dentro de todas las melodías más alegres y guitarreras que sonaban en la época.
En este nuevo domingo de gente triste, el último antes de Navidad, traemos de vuelta el clásico de The Verve, «The Drugs Don’t Work».
Lanzada un 1 de septiembre de 1997 como segundo sencillo adelanto del gran tercer álbum de la banda, «Urban Hymns», su título ya nos dice bastante de lo que debemos saber sobre él.
Los británicos anteriormente habían introducido su disco con «Bittersweet Symphony», que se transformó en un hit instantáneo; sin embargo, ahora llegaban con este tema más lento que, a primeras impresiones, hablaban del consumo de drogas. El propio cantante lo abordó desde esa perspectiva en un inicio.
“Acabo de escribir una nueva canción […] Dice: ‘Las drogas no funcionan, solo me empeoran, y sé que volveré a ver tu cara’. Así es como me siento ahora mismo. Me empeoran, pero sigo tomándolas. Por aburrimiento y frustración, recurro a otra cosa para escapar”, le adelantaba Ashcroft a la revista Select dos años antes del lanzamiento.
Pese a sus palabras, estaba claro que se trataba de algo más amplio, y como pasa naturalmente, las personas la adaptaron a sus experiencias. Es más, el propio Richard sabía de lo que hablaba, tras perder a su padre a los 11 años producto de un cáncer y vivir algo similar, pero con su suegro, a mediados de los 90.
“All this talk of getting old (Toda esta conversación de envejecer) / It’s getting me down, my love (Me esta deprimiendo, amor mío)”, canta el frontman en el inicio de «The Drugs Don’t Work», quien a sus 25 años ya comenzaba a sentir el paso del tiempo, producto de esos golpes de realidad que te da la vida. “Like a cat in a bag waiting to drown (Como si fuera un gato en una bolsa esperando ahogarse / This time I’m coming down (Esta vez me estoy viniendo abajo)”, continúa en el primer verso.
Si «Bittersweet Symphony» tenía a Richard literalmente en el video caminando por la calle, resignado al sentido agridulce de la vida, en este single nos traslada a la soledad, el silencio y la intimidad de una habitación a oscuras, escenario siempre perfecto para ceder a las emociones más dolorosas.
El segundo verso, así, enfrenta la inminente pérdida: “And I hope you’re thinking of me (Y espero que estés pensando en mí / As you lay down on your side (Mientras te acuestas de lado) / Now the drugs don’t work, they just make you worse (Las drogas ahora ya no funcionan) / But I know I’ll see your face again (Pero sé que volveré a ver tu cara)”.
Durante la canción, Richard Ashcroft se consuela con la idea de un reencuentro en otro plano. No obstante, en el post estribillo atiende la posibilidad de su propia muerte, ya sea por perder el propósito luego de despedir a un ser querido, o la mera consciencia de ella tras verla tan de cerca.
“‘Cause, baby, if Heaven calls, I’m coming too (Porque nena, si el cielo me llama, también voy / Just like you said, You leave my life, I’m better off dead (Tal como dijiste tú, si te vas de mi vida, estoy mejor muerto)”, canta la icónica voz que popularizó a The Verve en una de las partes más coreadas de la canción.
Han pasado más de 28 años desde que este himno vio la luz, pero aun así se mantiene como uno de los momentos más emotivos de los conciertos del músico de Wigan, quien en su carrera solista continúa tocando los éxitos que hicieron grande a su anterior banda. Así sucedió en su más reciente visita a Chile.
Como telonero de Oasis, el pasado 19 de noviembre, Ricardo (como lo llama de cariño la gente hispanohablante) emocionó al Estadio Nacional con algunas de sus más recordadas obras; entre ellas, «The Drugs Don’t Work», que precisamente se la dedicó a quienes ya no están en el mundo.
“Esta canción va para quienes hemos perdido a alguien. Amigos y familia, que nos encantaría que estuviesen esta noche. Les dedico esta canción a ellos”, introdujo antes de pasar a interpretarla junto a las voces del público que lo acompañaban.
Quedan tres días para Nochebuena, y siempre vamos a extrañar a los seres que perdimos, pero al mismo tiempo debemos recordar que el dolor es la evidencia del amor que hubo en vida y que queda incluso más allá de la muerte. Especialmente si tenemos en nuestro cancionero clásicos como el de The Verve.
Estas fechas y «The Drugs Don’t Work» nos alientan a abrazar y mantener vivo el pasado, apreciando, a la vez, a todos quienes aún se mantienen aquí en carne y hueso y necesitan de nuestra presencia.