
«The Blue Room» de Coldplay
En el año 1999, mucho antes de álbumes como «X&Y», «A Rush of Blood to the Head» e incluso antes de su álbum debut «Parachutes», una joven banda inglesa llamada Coldplay lanzaba lo que sería su primer EP, mismo que, cargado de nostalgia, 26 años después nos reúne en este nuevo sábado de Unknown Treasures: esto es «The Blue Room».
Siendo una obra discreta compuesta por cinco canciones, «The Blue Room» marcaría los cimientos del sonido melancólico y emocional de la banda, logrando capturar, de manera auténtica, la influencia de finales de los 90, la juventud y el deseo de experimentar con su propio sonido.
Iniciando con «Bigger Stronger», Coldplay deja entrever uno de los temas principales de «The Blue Room»: la autosuperación. compañada de un riff distintivo, la voz de Chris Martin expresa su anhelo de ser algo “más grande”, una metáfora clara de su deseo de cambio y de alcanzar el éxito.
Otorgandole un carácter potente al EP desde sus primeros minutos, convirtiéndose al mismo tiempo en el contraste perfecto con lo que será la siguiente canción: «Don’t Panic».
Con una producción menos pulida, caracterizada por su distorsión, la clásica «Don’t Panic» nos abraza en la más pura desolación. La canción varía entre la vulnerabilidad del ser humano, su tristeza más profunda y su perspectiva sobre lo bello que puede ser el mundo que nos rodea, convirtiéndose en un llamado de atención, que recalca que, a pesar de la adversidad, hay pequeños detalles que nos hacen apreciar nuestra existencia.
A mitad del EP, nos recibe «See You Soon», una reconfortante balada mucho más cargada de sutileza que sus antecesoras. En ella, con un tono frágil y vulnerable, acompañado de una simple melodía de guitarra, Martin se dirige a un otre que, debido a las experiencias vividas, ha perdido la confianza en les demás y en sí misme. Al recalcar que «le verá pronto», el cantante ofrece esperanza sobre un futuro reencuentro, afirmando de manera indirecta que, pese al tiempo que tome, hará todo lo posible por permanecer a su lado.
Nos acercamos al final del EP con «High Speed», una pieza en la que, nos muestra el lado más crítico de la banda. Incapaz de manejar su propia existencia y abrumados por el paso del tiempo, Coldplay reflexiona sobre el agotamiento y las exigencias excesivas de las dinámicas veloces que, por desgracia, definen nuestra sociedad.
Este sentimiento se extiende hasta la última canción, «Such a Rush». Abordando el materialismo, la presión social y la falsedad del mundo, la banda hace un mea culpa, indicando que, aunque saben que esto está mal, es poco probable que muchos hagan algo para cambiarlo. La frustración y la melancolía llenan el tema mientras el mundo avanza a toda prisa, convirtiendo imposible despegarse del sistema.
«The Blue Room» es una joya perdida en el tiempo, pero también atemporal, que, a pesar de su escaso éxito y revuelo comercial, nos mostró el potencial de Coldplay desde sus inicios. Con su carisma y letras atrapantes, sentaron las bases de lo que sería su éxito total en la industria, convirtiendo este trabajo en una obra que, sin duda, vale la pena descubrir.