
Arctic Monkeys en Glastonbury 2013
¡Comenzamos una nueva semana con nuestro infaltable lunes de icónicos! En esta oportunidad, quisimos recordar uno de los más grandes e inolvidables conciertos de la banda británica Arctic Monkeys. Nos referimos a su presentación en Glastonbury del año 2013.
Comencemos por aclarar que esta no fue la primera vez que se enfrentaron al público de Glastonbury. El 2007, la banda se encontraba justo en la cima de un vertiginoso ascenso que ellos mismos a duras penas podían comprender. Como era de esperarse, la ingenuidad y despreocupación los tomó por sorpresa e hizo que esa velada fuese una experiencia un tanto decepcionante para los más exigentes de su público.
Sin embargo, seis años pasan rápido, y siendo una banda casi completamente diferente, con una carrera muchísimo más consolidada, tuvieron la oportunidad de presentarse por segunda vez y, sin duda alguna, en esta revancha arrasaron con todo.
Más de 90.000 fanáticos se reunieron para escuchar una de las bandas más icónicas del indie rock de lo que llevamos de este siglo, receta perfecta para convertir este concierto en uno de los más memorables. La formación oriunda de Sheffield, ciertamente, le regaló una noche inolvidable al mundo de la música.
La banda liderada por Alex Turner inició su presentación con «Do I Wanna Know?» y, sin dar ni el más mínimo espacio para siquiera una bocanada chiquita de aire, siguieron las poderosas «Brianstorm» y «Dancing Shoes», éxitos que dejaron en evidencia el talento, la experiencia y madurez que el grupo ganó a través de los años.
En la potente «I Bet You Look Good on the Dancefloor» se escuchó el coreo a todo pulmón de un público maravillado. Magia pura y conexiones de emociones que, al llegar a la popularísima interpretación de «R U Mine», la sensación del ambiente se volvió completa y totalmente desbordante. Los sentimientos se convirtieron en una gigantesca ola, culminando maravillosamente en la tan reconocible intro de «Flourescent Adolescent», la que se dejó escuchar con la icónica energía tan característica que la compone.
Arctic Monkeys terminó su set principal con «A Certain Romance». Pero obvio eso no sería todo, ya que no podían partir sin interpretar los clásicos «Cornerstone», «Mardy Bum», «When The Sun Goes Down» y «505». En esta última canción, aguardaba una sorpresa. Miles Kane, asociado de la banda desde hace mucho tiempo y miembro de Last Shadow Puppets, subió al escenario para interpretar el éxito junto a los monos.
La presentación es un testimonio viviente de que las secuelas pueden superar con creces a sus predecesores y dejó en total evidencia la enorme entrega de la fanaticada que generaron a través de los años, y que hasta el día de hoy sigue creciendo.