«Blood Bitch» de Jenny Hval
Es un nuevo sábado de Unknown Treasures, y con Halloween a la vuelta de la esquina, venimos a hablar de un álbum ideal para disfrutar durante el mes de octubre: «Blood Bitch» de Jenny Hval, una obra experimental y vanguardista que se adentra en temas tabú relacionados con la sangre y la identidad.
Toca, en primer lugar, introducir a Jenny Hval, artista noruega de art pop y fol experimental que se desempeña como cantante, escritora y co-productora del álbum. Jenny cuenta con seis álbumes solistas a su nombre y dos bajo el seudónimo Rockettothesky, todos destacados por su riqueza lírica y sus distintas exploraciones de lo personal a través de la poesía y la música.
«Blood Bitch» es el sexto álbum de estudio de Jenny, lanzado el 2016. La propia artista lo define como una “investigación sobre la sangre”. Se trata de un álbum sumamente conceptual, que recoge inspiración de distintas obras literarias y colecciones fílmicas de terror para dedicarse a ahondar en las experiencias de Hval como artista. Aborda, además, un fenómeno que plantea como esencialmente identitario y personal: la menstruación, proponiéndose llevarla más allá del estigma.
Así, el álbum sigue la historia de Orlando, un peculiar personaje que nace inspirado del libro de Virginia Woolf del mismo nombre: «Orlando: A Biography», y que consiste en una vampiro una vampiro capaz de viajar a través del tiempo. Orlando está atascada en la eternidad, a través de los siglos vive la desesperanza y las pérdidas del paso del tiempo, transformando su identidad, género y esencia a medida que los años corren. Jenny Hval encuentra una resonancia personal en esta idea, acercándola a su realidad y a uno de los ejes temáticos esenciales del álbum: la historia de una músico femenina en tour.
«Blood Bitch» es entonces un álbum que habla sobre la sangre, sobre la menstruación y la identidad, ahondando en exploraciones sexuales, románticas y reflexivas que se viven como artista. A pesar de que la influencia del terror y del cine de explotación es evidente, adentrándose en el lenguaje mediante referencias a, por ejemplo, el Giallo italiano, son el black metal y el noise quienes tienen notable presencia. Esto se puede ver en canciones como «In the Red», específicamente en la forma gráfica e incluso carente de pudor en que se aborda a la sangre y a la vulnerabilidad, estableciendo un estilo narrativo particular desde el comienzo.
En «The Great Undressing» Hval nos presenta una afirmación ponderosa: “debes estar asqueado, pero yo necesito seguir escribiendo, porque todo lo demás es muerte”, y en «Period Piece» agrega: “debe haber algún arte en donde pueda verter toda esta sangre”. Estos. versos descubren las metáforas y el simbolismo que Jenny intenta incorporar, mostrando cómo lo más profundo y lo más inherente a su persona se conecta con su arte y sus experiencias como cantautora. Entre los diversos tópicos que aborda «Blood Bitch», y entre lo mucho que Jenny Hval intenta comunicar, su necesidad como artista de expresarse y de crear es algo que destaca, tal. como. lo anuncia en «Ritual Awakening», primera canción del proyecto: “es todo tan ruidoso y tengo tanto miedo así que comienzo a hablar”.
Así, la muerte y la sangre reaparecen y nos visitan durante las diez canciones que comprende el álbum. Primero a través del agotamiento y la confusión de estar perdido en la inmortalidad, donde las horas se mezclan y fusionan durante un tour ecléctico, y el tiempo y la vida se vuelven difusos ante la realidad de existir en un medio tan exigente. Y segundo, mediante el sufrimiento, el dolor y, al mismo tiempo, las sensibilidades de esperar y tener la menstruación.
Como siempre en la música de Hval, la composición es sumamente poética, efectivo frente a la tonalidad musical que enfrentamos. El álbum consiste en un ambient pop experimental y onírico, que podría perfectamente pasar por soundtrack de alguna película de terror de los 70. Con influencias directas y claras de Bjork, de la magnífica Kate Bush, y de otros artistas como Cocteau Twins, quienes notablemente tienen una canción llamada «Blood Bitch», homónima al nombre del álbum.
Además, Jenny incorpora en este álbum influencias más distantes a su discografía previa, tales como el metal. Así, «Blood Bitch» logra exitosamente crear el ambiente y las condiciones para que las temáticas mencionadas puedan desarrollarse de manera correcta.
«Blood Bitch» es, ante todo, un álbum sumamente etéreo y atmosférico. Al igual que todos los proyectos de Jenny, construye una experiencia única al escucharlo, incitando a reflexionar y a ahondarse en sus exploraciones ya sea a través de la música como de la poesía que encierran sus letras. Como siempre, les extendemos la invitación a escucharlo por sí mismos y a embarcarse en este viaje tan peculiar.