Milky Chance en Chile: La fiesta de los «Pisco» Boys
Reseña por Val Uribe
Fotografía por Fran Quijana
Eran las 21 hrs en Teatro Coliseo este pasado martes 14 de mayo, cuando un público expectante que ya se había entretenido en la barra y con DJ Sónido Ácido, ahora esperaban con ansias la primera presentación propia de Milky Chance en Chile. A pesar de que gran parte del público era local, muches de les asistentes parecían venir de otros países, escuchándose el inglés por varios lados.
El dúo había venido por primera vez a nuestro país en 2018 para el festival Lollapalooza, y se fueron felices con la calidez del público, buscando esa misma energía en este show. Y eso es lo que definitivamente tuvieron, ya que si hay algo de lo que podemos estar segures, es que Milky Chance ya no es para los niños indies y tristes.
El show comenzó con «Synchronize», «Ego» y el title track de su segundo disco de estudio: «Blossom». Con este comienzo, el público pudo darse cuenta de que sería la noche más bailable que han tenido en sus vidas. La fiesta siguió con «Purple Tiger», «Feeling For You» y «Reckless Child», donde el dúo original mostraría sus mejores pasos de baile.
La banda tuvo varias pausas para interactuar con su público, tanto para recordar cariñosamente el recibimiento de su show en 2018, como para también agradecer el cariño de esta ocasión. Dentro de estas interacciones, las más icónicas estuvieron alrededor de una botella de pisco, regalo que habían recibido de fans en el aeropuerto. Clemens, quien ya había entrado con un poco en un vaso, procedió a beber en nombre del público en varios momentos del show, haciendo también caso al clásico “al seco”, así como entrar la botella por completo, e incluso entregarle el vaso a alguien en la primera fila para hacer un pequeño brindis.
Siguiendo con el show, Clemens revelaría que la gente siempre les pregunta qué tipo de música es la que hacen, y que ellos siempre respondían que solo querían hacer bailar a la gente, incluso cuando estaban tristes. Con esta introducción comenzó «Living in a Haze», canción que no solo le daría nombre al último álbum y a su tour, sino que, al ver el show como una totalidad, estuvo armado de principio a fin bajo este concepto de bailar incluso cuando estás triste.
«Cocoon» y «Down by the River» siguieron en el setlist, y luego Clemens y Philipp rindieron un homenaje acústico a «Scarlet Paintings», a petición de un fan en el público. Aprovechan también de hacer que la gente le cante feliz cumpleaños a alguien de su staff llamado Mario. El público a estas alturas es absolutamente complaciente y feliz de seguirle el juego a todo lo que la banda quiera, la química entre la banda y los asistentes es perfecta.
«Golden» da paso a la parte más electrónica del show con covers a «Tainted Love» de Gloria Jones y «Do you really want to Hurt Me» de Culture Club, con «Fado» y «Don’t let me down» entre medio.
Volviendo a las interacciones, Clemens hace una broma sobre una máscara con su cara que vendían a las afueras del teatro, mencionando que era algo digno de una película de terror, para luego ver a Philipp tocando el bajo con la misma máscara, lo cual hace reír a todo el mundo, incluido Clemens.
Las últimas canciones antes del encore son «Flashed Junk Mind» y «Stolen Dance», esta última teniendo que empezar de nuevo ya que un fan en primera fila estaba teniendo problemas, deteniendo el show para asegurarse de que la persona estuviera bien.
El encore constó de tres canciones: «Colorado», «Running» y «Sweet Sun», todas siguiendo lo bailable y con el público rebosando energía hasta las plateas. En general, el show fue agradable en todos los sentidos. Sin contar algún que otro problema de sonido del Coliseo, que esta vez pareció sonar demasiado fuerte en ciertas locaciones, este habría sido un show 100% perfecto.