
Lola Young
Hay artistas que nacen para hacer ruido. No por sonar fuerte, sino por decir con una honestidad casi irreverente lo que sienten. Lola Young es una de ellas. Con una voz impregnada de historias vividas y prestadas y letras que no le temen a lo incómodo. Este viernes de mujeres bacanes se lo dedicamos a ella, quien se ha ganado un espacio dentro del mapa musical actual. Y no solo por volverse viral en TikTok con «Messy» (aunque sí, eso ayudó bastante).
Lola Emily Mary Young nació en Londres, Inglaterra, en 2001, y creció en un hogar donde la música no era solo un pasatiempo, sino parte del día a día. Su padrastro, bajista, y su madre alentaron desde temprano su talento, nutriendo la chispa creativa que marcaría su vida. A los seis años ya se movía entre teclas y cuerdas, tomando clases de piano, guitarra y canto; y para los once, había descubierto una pasión inquebrantable por componer sus propias canciones.
Su temprana dedicación la llevó a participar en certámenes como «Open Mic UK», donde, con apenas 15 años, ganó el concurso interpretando su tema «Never Enough». Ese triunfo le valió un paquete de consultoría con Future Music y, sobre todo, la puerta de entrada a la prestigiosa BRIT School, cuna de grandes artistas británicos, donde perfeccionó su voz y su visión artística.
En 2016, su nombre volvió a resonar al convertirse en subcampeona del programa «Got What It Takes?» de CBBC. Tras graduarse en 2018, continuó forjando su camino en escenarios locales y noches de micrófono abierto, hasta que su voz y su autenticidad llamaron la atención de dos figuras clave en la industria: Nick Shymansky, ex mánager de Amy Winehouse, y Nick Huggett, el primer cazatalentos en firmar con Adele. Ellos, convencidos de su potencial, no tardaron en convertirse en sus representantes.
En 2019, dio un gran paso en su carrera al firmar con Island Records y presentar su sencillo debut, «6 Feet Under», seguido por el EP Intro. Un año después, el 28 de abril de 2020, lanzó su segundo EP, Renaissance. Pese a las restricciones y desafíos que trajo la pandemia, se mantuvo activa con presentaciones virtuales y nuevos lanzamientos, entre ellos el sencillo «Woman».
Desde un comienzo Lola Young no se queda en un solo género, y creemos que eso es parte de su encanto. Se mueve entre el R&B y el indie con una soltura que recuerda a Amy Winehouse, pero con una vibra más callejera, menos jazz y más diario íntimo. Ha mencionado influencias que van desde Prince y Lauryn Hill hasta artistas más contemporáneas como Frank Ocean o Jorja Smith, pero al final, lo que hace es profundamente suyo. No se trata de sonar como alguien más. Se trata de contar lo que a muchas nos cuesta poner en palabras.
En 2024, Lola Young lanzó su primer álbum de larga duración, «This Wasn’t Meant For You Anyway», un trabajo de once temas en el que brillan piezas como «Big Brown Eyes», «Conceited» y, por supuesto, «Messy».
Fiel a su estilo, Young no se anda con rodeos al abordar cuestiones profundamente personales, lo que hace que su música resulte intensamente identificable para el público. Su voz, versátil y cargada de matices, transita con naturalidad entre la vulnerabilidad más íntima y la fuerza más contundente. Parte de su encanto radica en esa mezcla de franqueza, frivolidad y agresividad pasiva que le otorgan un magnetismo malhumorado.
El gran protagonista del álbum es «Conceited», un R&B de guitarra potente que lanza una demoledora crítica a un personaje narcisista. Por su parte, «Wish You Were Dead» retrata con crudeza una pelea amorosa, tan realista que casi parece extraída de grabaciones domésticas. En el extremo opuesto, «Intrusive Thoughts» se sumerge en un tono más suave para explorar las voces que habitan su mente, mientras que en «You Noticed», con tintes folk, Young lamenta una relación imposible.
Aunque su identidad artística está claramente definida, el álbum se mueve por un amplio espectro estilístico. «Big Brown Eyes» coquetea con el reggae, mientras que «Good Books» se aproxima a la épica de Florence Welch. El resultado, quizá, carece de cohesión, pero Young domina como nadie el arte de lo desordenado. Y aunque tiene de sobra el talento vocal para abrazar una imagen más sofisticada de diva, es precisamente esta energía cruda y despreocupada la que la hace tan refrescante.
Lola Young no es una artista para poner de fondo. Es para escuchar con atención. Para cuando necesitas canciones que no te endulcen el momento, sino que lo acompañen en toda su intensidad.