«A Moon Shaped Pool» de Radiohead
En este nuevo domingo de gente triste, revisitamos una de esas bandas de culto que marcaron una época, un antes y un después en los límites de la música actual. El disco en específico que nos cita el día de hoy es «A Moon Shaped Pool», el reconocido LP9 de Radiohead.
Por ese 2016, nos encontrábamos en un contexto peculiar. The King of Limbs había salido hace ya cinco años, y no habían señales de que algo nuevo viniese en camino. Llegó el primero de mayo de ese año, día en que, sin anuncio, la banda dejó sus redes sociales en blanco (literalmente). Después de dos días de especulación, en que todos los medios de comunicación salieron con las teorías más delulus posibles, Radiohead lanzó «Burn the Witch», junto a su video oficial, dirigido por el amigo íntimo de la banda, y para quién Jonny Greenwood ha creado distintos soundtracks, Paul Thomas Anderson.
Luego de otros tres largos e intensos días sin noticias, «Daydreaming» saldría a la luz, junto al anuncio del lanzamiento del disco (sin dar nombre en ese momento) con fecha del domingo siguiente
En el lanzamiento no se realizaron entrevistas ni hubo preparación previa, ya que según los comentarios de Ed O’brien, no estaban listos para conversar acerca del disco cuando salió. Cuando nos sentamos a escucharlo, estas poderosas palabras toman sentido. Comenzamos la ya mencionada «Burn the Witch» con cuerdas y violines, creados a partir del trabajo conjunto de Jonny junto a la LCO, la orquesta contemporánea de Londres. A lo largo del disco, podemos apreciar el uso de estas de manera talentosa y contextual, y serán un tópico que contrastará muy bien con los elementos electrónicos que caracterizaron este período de la banda.
La canción, de la que conocemos sus letras desde el trabajo de arte de «A Hail to the Thief», que 14 años antes nos decía , abarca la cacería de brujas, el fenómeno de condenar a un enemigo público a la muerte en la plaza del pueblo, mientras lo vemos arder. Esto no es algo nuevo, ya que, como ciertamente retrata la canción, se ha vivido desde los tiempos inmemoriales (según la misma letra, que compara las rocolas con un “sixpence”, una notación antigua para referirse a seis peniques, y que se utilizaba en canciones infantiles del siglo 17), y sigue ocurriendo hoy en día.
El disco toca en varios tópicos contemporáneos, como el cambio climático, el pensamiento de grupo, la conformación con el status quo, y todo esto de manera metafórica, permitiendo así entregarle varias capas interpretativas al arte mismo. Así es como, en esta apertura, nos entrega letras cortas, poéticas y bien trabajadas, de esas que poco a poco se van sumergiendo en el inconsciente, y en las encrucijadas más dolorosas de tu vida, aparecen y te revelan tu secreto más oscuro al oído.
«Daydreaming» es una de las piezas centrales en el disco, y hay varias razones de por qué. Las vocales al final del tema son de Thom cantando la frase “Half of my life”. Sabemos que el disco se sitúa en el contexto del quiebre de la relación de Thom con su exesposa Rachel Owen, siendo esta la relación que motiva parte de la lírica del disco, y quién además falleció meses después de lanzado el disco.
Más alusiones a este tema aparecen en el video oficial, donde Thom atraviesa 23 puertas, la misma cantidad de años que estuvieron casados, al igual que el tiempo que lleva vivo Radiohead, conectando así con “la mitad de la vida” a la que hace referencia al final de la canción.
En lo musical, es un viaje de seis minutos bello, doloroso, y conmovedor a más no poder, y que marca el tono del nivel de detalle que tiene el disco. Un ejemplo de esto es que, en la parte posterior del audífono izquierdo, en los últimos dos segundos de la canción, se puede escuchar cómo una voz femenina deja de respirar. Un detalle mínimo, ciertamente, pero que contextualmente es poderoso, y el disco está lleno de, dispuestos para le oyente que se entregue el tiempo para sentarse, vaciar la mente y se deje caer en la emocional experiencia de escuchar el disco completo.
Continuamos con «Decks Dark», donde retoman la temática espacial que comenzaron hace 30 años con «Subterranean Homesick Alien», y ahora retomamos con una nave espacial de la que no podemos escapar, que nos observa y nos persigue y no hay donde esconderse; fácilmente conectable con la inevitabilidad de la muerte, y con aquellos fenómenos de los que es imposible huir. «Desert Island Disk» es un juego de palabras al nombre del programa clásico de voz de la BBC “Desert Island Discs”, que invita a artistas y celebridades, y les pregunta qué ocho canciones se llevarían consigo a una isla desierta. Thom asistió a este programa también, generando un episodio de lo más peculiar.
«Ful Stop» ya había sido tocada en vivo años antes, en 2012, siendo una canción frenética, muy Radiohead en su forma instrumental, tanto en las guitarras, como las percusiones y el nivel de detalle que tanto los caracterizan, mientras repite constantemente “Realmente lo arruinaste todo”, al igual que “la verdad te la liará”, recordando inspiraciones del «Kid A». «Glass Eyes» es una balada corta que se ha ganado el corazón de muchos, comentando acerca de la ansiedad, conversando con otro, mientras la ansiedad y los pensamientos que carcomen, y la única salida a esta situación es huir hacia lo desconocido.
«Identikit» comienza diciéndonos el nombre del álbum, mientras profundiza en el concepto de las imágenes mentales que nos creamos de las personas, equipajes identitarios que les atribuimos según nuestras propias perspectivas, y que son estas perspectivas las que hacen daño, las nocivas para la sociedad, generando individuos que se auto. Los coros casi angelicales se suman a los sonidos más electrónicos, generando una mezcla llamativa y única, distintiva de la banda.
«The Numbers» y «Present Tense» nos transportan hacia el poder interior, la primera siendo la más citada para argumentar la postura que tiene el disco frente al cambio climático, enfocándonos en el poder individual que tiene cada humano para consigo mismo y el resto, con frases como “el futuro está dentro de nosotros, no en otro lado”, apelando al poder que, sin darnos cuenta, le entregamos al sistema, o al poder económico, que no dejan de ser invenciones y convenciones humanas.
La parte interna viene de la mano del tiempo presente, en el que encontramos estos pensamientos intrusivos, representados con esos ecos de Thom, frente a la situación que tenemos ahora mismo en frente.
«Tinker Tailor Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief» es una canción ominosa, una de las más difíciles al oído, que nos pavimenta el camino hacia el glorioso final, «True Love Waits», canción que tenía más de 20 años desde que se creó, hasta que finalmente se lanzó su versión de estudio.
La historia detrás es de lo más peculiar, siendo tocada por primera vez en vivo en 1995, con una versión acústica (que reside en el corazón de muchos de sus fans), y que pasó por distintos episodios de grabación, como su primera vez para las sesiones de «OK Computer», luego a las de «Kid A», apareciendo una versión de estudio en el EP recopilatorio de «I Might be Wrong», que incluye distintas versiones en vivo, como de «The National Anthem», «Dollars & Cents», y por supuesto, «True Love Waits».
Así es como continúa la producción de esta canción, generando otra versión, que su instrumental terminó siendo su propia canción «Pulk/Pull Revolving Doors», para el «Amnesiac», y podemos encontrar el corte en «Kid Amnesiac». Así, con cientos de intentos de parte de la banda para acertar con la producción musical ideal para la canción, terminó consolidándose en esta entrega, con un piano que acompaña las vocales, haciendo que esta preciosa canción tenga su versión final.
Para el lanzamiento del disco en 2016 había comentarios del estilo “aún le queda vida a la voz de Thom”, considerando que estaba llegando a sus 50’s, y mantenía bien su registro. Con el pasar de los años, a quienes planteaban eso se les dibujaba una cara de payaso, al ver cómo ha seguido demostrando. De hecho, este próximo mes, la agrupación The Smile, de la que Thom y Jonny son parte, junto a Tom Skinner, lanzará su segundo disco este 2024.
Mirando en retrospectiva, no sabemos lo que pasará en el futuro con respecto a la banda, si es que aquellas teorías de que sería el último álbum de Radiohead son certeras, pero el mundo y la fortuna tienen humores impredecibles, pero como dice el dicho de sabiduría popular, uno nunca sabe, ya que para que los cinco se vuelvan a juntar se tienen que alinear los astros, pero eso ya ha ocurrido antes. Ahora toca sentarse y esperar, y como bien nos dice Thom, enfocarnos en el poder que tenemos sobre nosotros mismos, mientras cada miembro de la banda continúa con su camino.