
Ethel Cain
Advertencia: El álbum que exploramos contiene referencias a abuso sexual. Si este tema lxs afecta emocionalmente, recomendamos evitar escucharlo y leer este especial.
Por fin es viernes, y como cada término de semana, lo dedicamos a una gran mujer bacán. La reina de hoy es una estrella en ascenso, con una carrera corta pero llena de halagos, un estilo único y temas muy oscuros. Hoy hablamos de Ethel Cain.
Es una cantante, compositora y productora estadounidense, nacida en Taylor County, Florida en 1998 bajo el nombre de Hayden Silas Anhedönia. Creció en una familia de la convención bautista sureña. Su padre era diácono y estuvo involucrada en el coro de la iglesia desde muy temprana edad, y la dejó luego de declararse gay ante su familia a los 12 años. En su cumpleaños número 20 se declaró públicamente como una mujer trans.
En 2017, mientras consideraba ir a la universidad de cine de Florida, comenzó a experimentar en Garageband creando música etérea, inspirada en el canto gregoriano. Lanzó varios mixtapes y EPs en soundcloud y algunas plataformas de streaming para sus amigos y seguidores de twitter y Tumblr bajo el seudónimo de White Silas. El primer single bajo su seudónimo actual fue «Bruises» el 2019. Florence Welch fue una de las personas que escuchó su trabajo temprano y la convenció de continuar por ese camino, y ahora Ethel incluso ha abierto algunos de sus shows de la gira de «Dance Fever».
Su música lidia con la nostalgia y la gótica sureña, fuertemente inspirada en Estados Unidos, sus paisajes y la cultura en la que creció y observó en sus viajes por carretera. Habla sobre pobreza, abuso de sustancias, violencia doméstica, abuso sexual, muerte y trauma transgeneracional, tomando prestados elementos del gospel, el country, el rock clásico y la musica alternativa para acompañar sus usualmente oscuras letras.
En mayo de este año finalmente llegó su primer álbum de estudio, «Preacher’s Daughter», bajo su propio sello Daughters of Cain, como el primero de una trilogía que se centra en tres generaciones de mujeres, y comienza con la más joven, la hija. Pretende explorar cómo las acciones de tus padres y abuelos pueden afectarnos y cómo las cosas que no sanan, regresan a atormentar a la siguiente generación.
En «Preacher’s Daughter» nos cuenta la historia de la ficticia Ethel Cain, situada en 1991 en Alabama, detallando su problemática relación con la religión y lidiando con múltiples traumas hasta su muerte. Para nada una linda historia, pero es contada de forma tan magistral, con tantos detalles y tanta atmósfera que sentimos con la misma intensidad que Ethel la alegría, la tristeza, la confusión, el terror y la aceptación.
Abre la historia con «Family Tree (Intro)», donde nos plantea de lleno el tono que tendrá el álbum, sumergiéndonos de una en su etérea épica. Continúa con «American Teenager», quizás la más amable de todas en cuanto a sonido por sus similitudes a Taylor Swift o Bruce Springsteen, pero habla de que a los jóvenes les hacen creer que todo es posible y que al menos se debe morir intentando, y la frustración con todo lo que el “adolescente americano” debería ser, pero nunca se le da oportunidad alguna de conseguir serlo.
En «A House in Nebraska», Ethel recuerda a un ex amor, que dejó el pueblo antes de los eventos que ocurren en el álbum. Una canción llena de nostalgia, anhelo y melancolía. «Western Nights» nos presenta a otro ex amor, no tan amable y a veces incluso violento, pero de quién estuvo perdidamente enamorada y esperaba que no se aprovechara de eso. En la terrible «Hard Times» relata el abuso sexual que sufrió de pequeña a manos de su propio padre, las sicatrices emocionales que aún carga y los sentimientos complicados que tiene hacia él.
Con «Thoroughfare» comienza el segundo acto del álbum, escapando de casa y conociendo a su último amor, con quién viaja de Texas a California y se enamora en el camino. Lamentablemente, en «Gibson Girl» nos enteramos que este hombre comienza a actuar como su proxeneta en la parte trasera de clubes de striptease, llenándola de drogas regularmente, hasta que comienza a perder el sentido de la realidad en «Ptolemaea», donde en sus alucinaciones confrontamos el terror de frente.
En las siguientes dos canciones instrumentales, Ethel se da cuenta de la verdadera naturaleza de este hombre, acepta su destino y encara su final. Luego muere y asciende al cielo con una melodía a ratos hermosa y a ratos inquietante. En «Sun Bleached Flies» desde el cielo, Ethel hace las paces con su muerte y reflexiona sobre su vida, su familia, su primer amor a quién nunca dejó de amar y la iglesia. La frase “God loves you, but not enough to save you so, baby girl, good luck taking care of yourself” (Dios te ama, pero no lo suficiente para salvarte, así que niña, buena suerte cuidando de tí misma) resume bastante bien su conflicto con la religión en la vida que le tocó, y honestamente, en la vida que nos toca a todxs.
Finalmente Ethel termina descuartizada, devorada lentamente por su secuestrador y con sus restos conservados en una nevera en «Strangers», donde se hace llamar Freezer Bride, piensa en que ojalá haga sentir enfermo a este hombre al estar dentro de su estómago, en lo traumático de su desaparición para su madre y le envía un último mensaje de amor desde el más allá.
Una historia desgarradora y oscura, que a pesar de lo grandioso de su escritura, nos deja con ganas de saber mucho más. Habrá que esperar un tiempo para la trilogía prometida, pero mientras tanto, lo que hay disponible de su música no deja a nadie con gusto a poco.