«Coraline y La Puerta Secreta»
Hoy jueves, casi viernes, casi fin de semana al fin, volvemos con una nueva recomendación audiovisual. Esta vez hablamos sobre una película que de seguro formó parte de la infancia de muchxs y que probablemente traumó a más de algunx. Nos referimos a «Coraline y la puerta secreta».
Basada en la novela del escritor Neil Gaiman, «Coraline», más conocida en hispanoamérica como «Coraline y la puerta secreta», es una película de animación stop motion del año 2009, dirigida por Henry Selick y protagonizada por la voz de Dakota Fanning.
La historia gira en torno a Coraline, quien acaba de mudarse a una nueva ciudad y que, impulsada por el aburrimiento y la falta de atención de sus padres, decide explorar los rincones de su nueva casa. Es así como descubre una pequeña puerta que la lleva a una versión de fantasía de su vida, donde aparentemente todo es mejor y que incluye nuevas versiones de sus padres y vecinos, quienes lucen muy similares a los originales, pero varían en un detalle: todos tienen botones en lugar de ojos.
En este lugar llamado el “Otro Mundo” es donde conocemos a la “Otra Madre”, quien cumple con la única misión de hacer feliz a Coraline al entregarle todo lo que le falta a su vida, creando un mundo sin reglas, lleno de magia y cosas que llamarían su atención. De esta forma, Coraline se deja llevar rápidamente por los regalos, comidas y lo atractivo del lugar. Todo esto sin saber que la verdadera intención de la “Otra Madre” es convencerla de coserle botones en sus ojos para que permanezca allí para siempre y ella pueda alimentarse de su alma.
Cuando Coraline se da cuenta del peligro que corre, decide enfrentar a la “Otra Madre” para exigirle que la deje volver con su familia real. Pero esto no sería tan sencillo, ya que el enojo de la madre impostora revelaría su verdadera forma, ahora mucho más aterradora e inhumana, dispuesta a hacer todo lo posible para lograr su cometido.
Este es el primer largometraje realizado por los estudios Laika y el que mayor éxito ha obtenido pese a todos los factores que tenía en contra, incluso desde antes de lanzar la película. Recibió muchas críticas ligadas a que el stop motion no era un medio cinematográfico viable y que el hecho de que tuviera como título el nombre de una niña era algo negativo, debido a que ningún niño se interesaría en verla y a las niñas les daría miedo por la trama.
Sin embargo, esto no estuvo ni cerca de ser la realidad, ya que fue muy bien recibida tanto por la audiencia como la crítica, llegando a recaudar $124 millones de dólares y convirtiéndose en una de las películas de stop motion más taquilleras de la historia. Además de obtener nominaciones al Globo de Oro, Oscars y BAFTA por mejor largometraje de animación, y el premio ANNIE por mejor banda sonora.
Y es que un elemento que caracteriza a «Coraline» es, precisamente, la música que une toda la historia. Inicialmente, la banda encargada de componer dicha música sería They Might Be Giants, pero a medida que el proyecto fue avanzando y tomando un aspecto más sombrío, Selick decidió que sus composiciones no se ajustaban al tono final de la película. Fue debido a esto que «Other Father Song» terminó siendo la única canción de la banda presente en el largometraje, y que permitió presentar al “Otro Padre”, quien le canta esta canción a Coraline como parte del plan para persuadirla a quedarse en ese mundo.
El resto de composiciones quedó en manos del francés Bruno Coulais y, como se puede apreciar a lo largo de la película, la música es más bien incidental, formando parte importante de la narración al momento de generar la atmósfera de fantasía y terror en la que se desenvuelve la historia. Esto incluyendo las canciones cantadas las que, aunque al escucharlas se puede deducir que es francés, no cuentan con una traducción clara y precisa.
Un dato no menor es que tomó 4 años y alrededor de 500 personas completar la película. Para hacerse una idea, en promedio 10 personas tardaban entre 3 y 4 meses en construir una sola marioneta de Coraline, personaje que además contaba con 28 títeres idénticos y 6.300 reemplazos faciales creados en una impresora 3D.
Ya sea por la animación, banda sonora o simplemente por la historia, «Coraline» es una película que sin duda cautiva a todos quienes la ven y nos demuestra que, por muy tentador que parezca, a veces hay puertas que es mejor no abrir.