
«ANATA WO TAMOTSU MONO»
Este especial de Unkwown Treasures comienza con una conexión igual o más rebuscada que el especial mismo: ¿Qué podría tener que ver la música de Beck con la serie «La Visión de Escaflowne»? Aparentemente nada, en tanto Beck no sea un fan del animé. Sin embargo, el vasto mundo de la animación y música japonesa se presta para todo tipo de paralelismos. Algunas personas sostienen parecidos entre Beck y Cornelius, cofundador de «Flippers Guitar», sugiriendo que Cornelius podría considerarse como una versión japonesa del músico estadounidense. ¿Coincidencia? Tal vez. ¿Justificado? Se podría evaluar. Lo realmente relevante aquí no es Beck, sino cómo Cornelius se juntó con la tremenda cantante y compatriota Maaya Sakamoto, intérprete del opening del mencionado animé, y lanzan un sencillo de tres canciones que es, simplemente, espectacular.
El año 2015, Cornelius se une a Maaya Sakamoto, una de las voces que definió la experiencia de los fans del animé durante los 90 con su interpretación del icónico opening de «Escaflowne» y su voz en personajes de series como «Gundam», «Seed Destiny» y «Ouran School Host Club».
Esta colaboración, si bien estuvo en el top 15 de las listas del «Japan Daily Songs» ese año, curiosamente pasó casi desapercibida en occidente. Este encuentro entre dos tremendos talentos e importantes figuras muestra cómo, en ocasiones, las verdaderas joyas pueden quedar ocultas esperando a ser redescubiertas, como hoy.
Cornelius es el proyecto musical de Keigo Oyamada, pilar importante para la música experimental y el J-pop, y naciendo desde y para la vibrante escena del Shibuya Kei en Tokyo durante la década de los 90. Primeramente, Oyamada fue parte de la banda Flipper’s Guitar, destacando luego como solista por tener un estilo muy ecléctico al mezclar pop, rock, electrónica y una serie de sampleos muy innovadores para la época. Este enfoque le permitió forjar una carrera que desdibuja los límites entre géneros, creando un sonido único que lo distingue en la industria musical, y por tanto abriendo puertas para un sin fin de colaboraciones interesantes.
Por otro lado, Maaya Sakamoto también es otro gran pilar en la música pop japonesa, aunque sosteniendo un terreno diferente al de Cornelius. Sakamoto se hace conocida no sólo por su cálida y dulce voz al cantar, sino también por su trabajo en la industria del anime desde su vereda musical y vocal. Sakamoto ha lanzado numerosos álbumes y sencillos desde su debut en 1996, muchos de los cuales han alcanzado primeros lugares en las cartas musicales locales, consolidándose así como una de las voces más queridas y respetadas del J-pop. Desde occidente, probablemente un segmento mayor dentro del fandom de «Gundam» o «Escaflowne» podría reconocer fácilmente la voz de Sakamoto e incluso considerarla como una suerte de sinónimo para estas series tan icónicas y memorables.
Luego de haber pasado por esta pincelada de contexto para ambos artistas comienza la revisión de este sencillo: Lo que comienza siendo una especie de complemento a la banda sonora original de la serie de películas «Ghost in The Shell: Arise», germina finalmente en esta colaboración fascinante entre Cornelius y Sakamoto: «Anata no Tamotsu Mono» es un sencillo compuesto por tres canciones que capturan la diversidad y el talento de ambos artistas. Las pistas, tituladas «Anata no Tamotsu Mono», «Sayonara wa Iya», y «Kore Kara no Sekai», cada una con su propia identidad, comparten una atmósfera de exploración sonora y una fusión electrónica y coquetamente pop que resulta deliciosa de oír.
La primera canción homónima es un delicado equilibrio entre la experimentación de Cornelius y la voz emotiva y sedosa de Sakamoto. Los sintetizadores, el ruido metálico de ciertos acentos, una batería como sacada de videojuegos, coros delicados, armonías vocales reverberadas y sonidos ambientales son la mezcla perfecta para dibujar un paisaje sonoro etéreo con ritmos característicos de Cornelius. A ratos interrumpe un sonido que pareciera ser un teléfono router noventero conectándose a internet, para luego volver de lleno a este paisaje etéreo y fantasioso. Este detalle se distingue sobre otros porque, si bien la canción suena muy actual, son guiños como estos los que la hacen sentir nostálgica a la vez que retrofuturista, adjetivo que acompaña muy bien la trama y la estética de «Ghost in the Shell». Toda esta sonoridad ocurre mientras la acompaña la preciosa y suave voz de Sakamoto, que parece flotar sobre todo lo anterior aportando calidez y mucha emoción con su canto, ante este collage de sonidos metálicos. Estas dos capas sonoras, que a primera impresión se podrían considerar antónimas, se fusionan perfectamente bien, desarrollando una complejidad única en esta canción.
En «Mada Ugoku», la colaboración se mueve hacia un tono más melódico y nostálgico, con arreglos que evocan una sensación de despedida cargada de emociones. La canción capta un sentimiento de pérdida y esperanza, logrando ser a la vez reconfortante y melancólica. Aquí, la voz de Sakamoto resuena con un tono más profundo y maduro, mientras que la producción de Cornelius la rodea con una instrumentación que se siente íntima y expansiva, como si la música abrazara al oyente.
Por otro lado, «Tokyo Samui» explora un estilo más experimental, lleno de texturas sonoras y ritmos irregulares que capturan el espíritu innovador de Cornelius, melodías optimistas de sintetizadores como si se tratara de percusiones. Esta canción es quizás la más aventurera del sencillo, rompiendo con las estructuras tradicionales y ofreciendo una experiencia auditiva que desafía las expectativas, llevando al oyente de viaje hacia una tarde de verano en la playa, sol, palmeras, viento y un paisaje dibujado por el sonido casi robótico ya familiar a estas alturas del sencillo. La colaboración de esta pista muestra a Sakamoto en un registro más experimental, empujando los límites de su propio estilo vocal y desafiando su timbre hacia una voz un poco más grave y susurrada, para adaptarse a la visión audaz de Cornelius.
A pesar de que estas canciones alcanzaron el top 15 en Japón, el sencillo completo ha pasado relativamente desapercibido en Occidente hasta la fecha, lo que lo convierte en una joya oculta más que merecedora de poner en valor en la nota de esta semana de Unknown Treasures, y especialmente para los amantes de la música pop japonesa noventera. Este lanzamiento es un ejemplo de que cuando dos artistas de la categoría de Sakamoto y Cornelius se juntan, y su creatividad fluye en conjunto con la química musical, pueden llegar a crear algo verdaderamente especial y único.