
«Lady Bird»
Graduarse. Aprender a conducir. Cumplir 18 años. Pelear con tu amiga. Enamorarte. Pelear con tu mamá. Tener el corazón roto. Reir. Llorar. Gritar.
Todas estas son experiencias comunes que probablemente has vivido en tu adolescencia y hoy, en este nuevo jueves de cine, veremos como se retratan en «Lady Bird», el debut de Greta Gerwig como directora.
En este coming of age seguimos el tempestuoso último año de secundaria de “Lady Bird” quien, originalmente bautizada por sus padres como Christine McPherson, se niega a ser llamada por su nombre real. Es una adolescente inquieta y creativa de 17 años con el pelo rosado que vive en un lugar que menosprecia, los suburbios de Sacramento.
La joven interpretada por Saoirse Ronan tiene el sueño de escapar de su ciudad natal y estudiar en una universidad en Nueva York.
Esta aspiración crea múltiples conflictos con su madre, una enfermera de carácter fuerte que se enfrenta a los problemas económicos del hogar, ella cree que su hija debe quedarse en Sacramento en una universidad comunitaria, limitando los sueños de «Lady Bird».
La relación entre madre e hija cada vez es más compleja. A lo largo de la película vemos momentos especiales entre las dos, momentos en los que se odian y pelean, además de momentos que son una mezcla agridulce de emociones contradictorias.
Uno de los momentos más significativos entre madre e hija, ocurre en una tienda de segunda mano donde buscan un vestido para el baile de graduación. Lady Bird encuentra un vestido rosado que ama, pero al probarlo su mamá lo critica, a lo que la adolescente manifiesta su deseo de agradar a su mamá tal y como es.
A lo que ella responde: “Quiero que seas la mejor versión de ti misma que puedas ser”. Ante lo que Lady Bird cierra la puerta del probador tras responder: “¿Y si esta es la mejor versión de mi?”.
El conflicto persigue a Lady Bird mientras entra a la adultez. Además de discutir continuamente con su madre, se pelea con su mejor amiga, descubre que su novio es gay, obtiene malas calificaciones, aplica a escondidas a la universidad de sus sueños e intenta descubrir cuál es su camino en la vida.
El drama entra una vez más a la vida de Lady Bird después de conocer a Kyle, un chico edgy, misterioso y pretencioso, que toca el bajo y no posee un teléfono. Este personaje interpretado por Timothée Chalamet se vuelve el novio de nuestra protagonista, quien la hizo pasar por su segunda ruptura tras mentir sobre su virginidad. Dejando una vez más a nuestra protagonista con el corazón roto y haciendo que se reconecte con las personas de las que se alejó tras empezar esta tempestuosa relación.
«Lady Bird» no es una protagonista perfecta. Ella nos muestra la complejidad que existe detrás de situaciones comunes, situaciones en las que quizás otras personas no prestarían atención solo porque le ocurren a una adolescente que está aprendiendo a vivir y encontrando su identidad.
Sin duda, debes ver esta película si deseas experimentar una historia con la que puedas conectar profundamente e identificarse con los personajes que la conforman. A pesar de no tener una trama compleja, es una película realista y humana, que toca las fibras sensibles de sus espectadores.
Esta película trata sobre la vida. Nos deja la enseñanza de que está bien equivocarse, que la juventud está para aprovechar y experimentar al máximo todos los momentos y sentimientos que nos trae la vida.
Vestida con su uniforme de colegio católico, el pelo de un rosa intenso y una mano enyesada, Lady Bird encarna la complejidad de las relaciones y el difícil paso a la adultez. Esta película nos recuerda que, por mucho que reneguemos de nuestro origen, este sigue siendo parte de nosotros. Al final, todo lo que amamos y odiamos conforma la persona en la que nos convertimos.