
Drab Majesty
Conocer a Drab Majesty es como encontrar un filme ochentero protagonizado por dos personajes de enigmática piel plateada y brillante que parecieran pertenecer a una orden esotérica, a la vez que están vestidos de detectives. Es ver una escena en donde estos personajes cruzan una ciudad entre ruinas y letreros de neón, dejando al pasar una estela delineada por figuras que parecen haber salido directo de los espectrales pasillos de Hogwarts. Y es que sí, en cierto modo se trata de dos hechiceros cuya magia es conjurar alquimia pura entre música y estética.
La recomendación del día de hoy está dedicada a esta especial dupla originaria de Los Angeles, Estados Unidos, cuyo portafolio musical acumula 10 años de trayectoria. El proyecto comenzó con Deb Demure, guitarrista y vocalista, en el año 2015, para ser consolidada un año después con la incoRporación de Mona D (alter ego de Alex Nicolau) en teclado, sintetizadores y voces.
Pues sí, vale la pena verlos y apreciar su estética visual como también escuchar y detenerse en su propuesta musical. Drab Majesty es una banda clave y en vías a ser de culto dentro del circuito del Dark Wave contemporáneo. Esto gracias a aquella diferenciación estética, el relato misterioso y el indelineado límite de influencias sonoras, entre las que se encuentran el Shoegaze, New Wave, Synthpop, Dreampop, entre otras. En esa misma línea, han compartido remixes con reconocidos artistas como Cold Cave, Patriarchy, Boy Harsher y colaborado con Rachel Goswell, vocalista de Slowdive, a quienes además acompañaron como teloneros durante su gira europea del presente año.
Como si su mezcla estética no fuera suficiente, la estampa de su sonido no se queda atrás en este palimpsesto de referencias. Su música presenta una suerte de anomalía dentro de la sutil homogeneidad sonora que es posible reconocer en el género. Esto ocurre gracias al uso de sintetizadores ochenteros y a ritmos más pausados que, muchas veces, se acercan tangencialmente a lo que podría haber sido la balada más romántica escrita por un Luis Miguel en clave gótica. El uso de reverberación en voces, distorsiones de guitarras y sintetizadores oníricos hacen que escuchar Drab Majesty sea instalarse en una atmósfera mágica y nostálgica.
Su portafolio de publicaciones musicales comienza con el sencillo de tres canciones titulado «Unknown to the I» (2015) en el que queda claramente trazado el camino musical que luego Demure desenvolvería con ritmos más bailables influenciados en The Cure y New Order, para su álbum debut «Careless» (2015), cuyo recibimiento fue positivo entre los oyentes que ya esperaban nueva música desde su sencillo debut.
El camino musical inicial fue madurando con el tiempo, tomando un tinte novedoso gracias a la inclusión de Mona D en los sintetizadores. Durante este periodo, compusieron más canciones que luego consolidaron en el álbum «Completely Careless» (2016) que también incluye temas de su disco sencillo.
Su segundo álbum de estudio (y primero como duo consolidado) se titula «The Demonstration» (2017), y tiene un tinte más oscuro, lúgubre y denso. Aquí su propuesta estética está orientada a lo escultórico y lo divino. Drab Majesty nos presenta simbología ocultista de manera desinteresada y en concordancia con su relato conceptual. Este álbum es como una niebla densa de madrugada que abraza sin perder los tintes synth de sus trabajos anteriores.
El lanzamiento de «The Demonstration» significó también un hito en la maduración del sonido de Gran Majesty. Demure ha señalado en varias entrevistas lo importante que fue entregar este proyecto al productor Josh Eustis para dar con los arreglos perfectos para su propuesta: “Bueno, en realidad lo produjo (el álbum) alguien que sabe lo que hace. Yo no sé lo que hago. No tengo ni idea de grabar música. Tengo un conocimiento muy amateur. Josh Eustis, el productor, tenía una visión estética de productor, de cómo conseguir los sonidos adecuados, de cómo mezclarlo y darle cohesión”, declaró para Music and Riots Magazine.
Su tercer disco «Modern Mirror» (2019) es una propuesta más poética que trata de enmarcar la manera en que las personas lidian y conectan con su propia identidad, en una sociedad llena de proyecciones y reflejos. Aquí hay guiños a una suerte de reinterpretación del mito de Narciso que, en palabras de Demure, “trata de reimaginar el mito griego en la era de las redes sociales, donde el reflejo de uno mismo ya no está en el agua, sino en las pantallas” (post-punk.com). Sonoramente, este disco es más suelto, bailable y despreocupado, sin descuidar la producción.
El último lanzamiento de estudio de la banda se titula «An Object in Motion» (2023), un EP cuyo sonido se inclina a una propuesta ya no tan bailable, sino más introspectiva y ambient. Este trabajo contiene la colaboración con Rachel Goswell titulada «Vanity», donde comparte interpretación con Demure en una balada dreampop, onírica y emotiva. En este trabajo compuesto por 5 canciones, encontramos guitarras arabescas, poesía, nostalgia y madurez.
Se han presentado en grandes festivales de talla mundial como Cruel World (2022) y Levitation (2021). Hace algunos meses montaron su show en terreno chileno por segunda vez, entregando un show performático y muy esperado por su fanaticada nacional. Han sido teloneros de bandas importantes como H.I.M., Deafheaven y también de Slowdive durante su gira europea, como se hizo mención anteriormente.
Drab Majesty es de aquellas bandas que no solo suenan y se ven bien, también abogan por regalar un relato a sus oyentes y compartirles una propuesta conceptual cuidadosamente diseñada de principio a fin. Detrás de cada aspecto y decisión, hay una intención.
El uso de maquillaje y vestimentas enigmáticas tiene una base performática con un componente casi político. Como ellos mismos han afirmado, buscan eliminar todo rastro de humanidad y salir de lo común llevando la atención en el arte y no en ellos como músicos: “Tratamos de tomar distancia de nuestras personalidades y hacer que se trate más sobre la estética. Nuestras personalidades son irrelevantes” afirma Alex en una entrevista para Montreal Rampage.
Drab Majesty es de aquellas bandas que no solo suenan y se ven bien, también abogan por regalar un relato a sus oyentes y compartirles una propuesta conceptual cuidadosamente diseñada de principio a fin: una propuesta testigo de la colisión de estéticas y referencias disímiles, retrofuturistas, fantásticas y elegantemente amalgamadas. No solo son una banda más de Dark Wave ni un conjunto de influencias recicladas, son un universo en sí mismo, un sistema de estrellas que espera ser visto y apreciado por quienes se atrevan a perderse en su sombra, para encontrarse en su plateado resplandor.