¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza al pensar en Twenty One Pilots? ¿Acaso es su propuesta? ¿Sus antiguos Vines? ¿Una era en específico? Independientemente de esto, hay algo sobre lo que no tenemos dudas: su música ha marcado a una generación que cada vez se hace más y más grande. Pero toda historia tiene un comienzo, y hoy, en este domingo de gente triste, exploraremos uno de los álbumes más poéticos, profundos y el que nos daría a conocer toda la historia de esta banda que se ha ganado nuestro corazón. Mucho antes de la cinta roja, amarilla e incluso de Josh Dun, hoy hablaremos de «Twenty One Pilots», el álbum debut del dúo.

Explorando temáticas relacionadas con la búsqueda y pérdida de la fe, el pecado, la salud mental y las expectativas, el álbum homónimo de Twenty One Pilots nos da la bienvenida con «Implicit Demand for Proof», que, con un delicado piano hasta convertirse en una melodía acompañada de sintetizadores.

Nos abre este viaje con un protagonista que, ahogado en su pérdida de fe, le exige a Dios una prueba de su existencia. Algo que se repetiría en otras canciones como «Fall Away» y «Addict With a Pen», en donde, en forma de confesión, Tyler le habla directamente a Dios, afirmando no haber sido el mejor de los hijos debido al crecimiento de sus dudas.

Continuamos con «The Pantaloon». Con una melodía un poco boba y una letra cruda, Tyler Joseph nos presenta la realidad de que el tiempo nos vuelve tontes, dejando entrever los traumas generacionales y cómo existen ciertos patrones de los cuales es imposible escapar, o por lo menos, no a primera vista. Esta no sería la única vez que dentro del álbum se tocaría el tema de la familia, pues más adelante, con «Johnny Boy», Tyler busca alentar a su padre, quien debido a un despido, comienza a caer en un abismo que afectará a toda su familia.

Y es que la depresión y la tristeza son un tópico constante durante el álbum. Una muestra de esto es «Friend, Please», un vals en donde el cantante intenta convencer a su amigo de que la vida vale la pena, siendo uno de los momentos más desgarradores y vulnerables del disco. Más adelante, «March to the Sea» nos mostraría la reflexión de un joven Tyler que, criticando la conformidad de las personas quienes buscan seguir a la multidud y la pérdida de autenticidad, comienza a ver la vida de una forma mucho más cansada, perdiendo cada vez más la esperanza, con una voz de fondo que le indica que siga «remando» y no se detenga.

Pero el punto máximo de la lucha respecto a la salud mental se vive en «Trapdoor». Ahora desde una visión mucho más pesimista, nuestro protagonista nos habla de su lucha con su propia depresión, algo que de a poco lo está haciendo perder la cordura, sintiéndose constantemente en la horca y fingiendo ante el mundo que todo está bien.

Pasando a la segunda mitad del álbum, nos encontramos con «Mrs. Believer». Siendo una de las más delicadas del disco, la canción nos muestra a un personaje bautizado con el mismo nombre, quien constantemente deja ver su inferioridad. Aquí, el cantante utiliza metáforas relacionadas con la intimidad y el invierno para explorar cómo afectan los pensamientos intrusivos en nuestra vida, además de evidenciar el poder de la unión y el apoyo en las relaciones sociales.

La primera canción interpretada en vivo por Twenty One Pilots, e irónicamente una de las más olvidadas dentro de su repertorio, nos cuenta la historia de un Tyler que metafóricamente compara el sentir atracción hacia alguien con el caer sin paracaídas. Con un ritmo potente y un tanto contraproducente, «Air Catcher» nos muestra la lucha del artista por aceptar sus propios sentimientos.

Llena de dudas, múltiples interpretaciones y una letra caracterizada por la poesía, «A Car, a Torch, a Death» nos habla acerca del sacrificio y la redención, con un protagonista que nos invita a sumarnos a su viaje cargado del peso emocional de sus decisiones y aquellas luchas que le fueron impuestas. 

Y así, sin darnos cuenta, nos topamos con la canción que, en palabras del mismo Tyler, le daría más orgullo: «Taxi Cab». Aquí, con una letra bastante metafórica y compleja, el cantante nos habla acerca de la salvación, dejando esto a libre interpretación. A lo largo de la letra se hace referencia a la búsqueda de significado, al sentirse completo y seguro de sí mismo, así como también a referencias bíblicas que remarcan la imagen de Dios como ese alguien que le ayuda a salir de la perdición.

Nos encontramos con la penúltima canción del álbum que, al igual que «Mrs. Believer», se reconoce como una de las obras más vulnerables y melancólicas del disco: «Before You Start Your Day». Siendo la otra cara de «Trapdoor», esta canción nos muestra la cotidianeidad para resaltar una temática oculta dentro del álbum y que, como patrón, se ha repetido a lo largo de las canciones: la inseguridad y el sentirse perdide. Haciendo un llamado a conectar con une misme «antes de comenzar el día», la canción cierra con una búsqueda de armonía en aquellos momentos en los que nos sentimos totalmente soles.

Culminando este viaje junto a «Isle of Flightless Birds», Twenty One Pilots se comienza a despedir con una pregunta un tanto difícil que durante generaciones nos hemos hecho y que, probablemente, nos sigamos haciendo: ¿Cuál es el propósito de la vida? Entre una lucha del bien y el mal, la canción nos habla del sentimiento de sentirse atrapade entre las limitaciones de la vida, una que se reflejaba ante la imagen de aquellos pájaros que no pueden volar. La presión y la inconformidad serían una de las muchas esferas que llenan de dudas a nuestro narrador, quien concluye que la mejor forma de vivir es la autenticidad, y que, tanto los momentos buenos como malos, nos acompañan formando nuestro carácter y nuestra historia. Por último, cierra con un compromiso con quienes le escuchan, conectando de cierta manera todas las canciones de este álbum: “Your soul knows good and evil, your soul knows both sides. And it ‘s time you pick your battle, and I promise you this is mine”.

Complejo, brutal y honesto; así definimos el primer álbum de Twenty One Pilots, uno que, a casi 20 años de su estreno, sigue dándonos de qué hablar, poniendo sobre la mesa temáticas que acompañarán a la agrupación por el resto de su trayectoria y siendo la mano de ayuda para una generación que, sumida en un mundo lleno de problemáticas, caos y deterioro, ve en sus letras cargadas de tristeza, melancolía e inseguridad un igual, incluso encontrando una esperanza entremedio de aquella tristeza.